El presidente Bill Clinton trazó líneas de política exterior para sus dos últimos años de mandato, al señalar que Estados Unidos debe seguir involucrado en los asuntos mundiales por "la lógica inexorable de la globalización".
Durante una reunión con dirigentes empresariales y políticos en California, Clinton dijo este viernes que "la lógica inexorable de la globalización es el reconocimiento genuino de la interdependencia".
"No podemos limitarnos a desear que el mundo sea como queremos. En un mundo interdependiente, no podemos liderar si queremos hacerlo sin costos y según nuestros propios criterios. No seremos una potencia de primera clase si sólo estamos dispuestos a pagar por un viaje en tercera clase", afirmó.
El presidente agregó que el gobierno debe incrementar los gastos destinados a asistencia en el extranjero, diplomacia y defensa, y que es necesario pagar la deuda atrasada de Estados Unidos con la Organización de las Naciones Unidas.
También sostuvo que el conflicto en Kosovo se extenderá a los Balcanes, y quizá más allá, si Occidente no es capaz de detenerlo, y predijo que 1999 será un año decisivo para las transiciones a la democracia en Indonesia y Nigeria.
Para facilitar esas transiciones, según Clinton, Washington debe seguir aportando ayuda económica al gobierno de Indonesia y levantar las sanciones que fueron impuestas hace cinco años a Nigeria, alegando que ese país no colaboraba con la lucha estadounidense contra las drogas.
"Con independencia de que estos conflictos se desarrollen lejos o cerca, su desenlace nos afectará profundamente", subrayó.
El discurso, cuya intención parece haber sido trazar grandes líneas de política exterior para los dos años de gobierno que le quedan al presidente, fue el llamado más enfático de Clinton al involucramiento en los problemas mundiales desde los comienzos de su primer mandato, y una firme defensa de las acciones en curso.
Algunas de esas acciones enfrentan una creciente resistencia dentro de Estados Unidos, y diez años después del fin de la Guerra Fría surgen nuevas preguntas sobre la conveniencia de establecer compromisos, alianzas y libre comercio con China y Rusia.
La propuesta de Clinton de enviar tropas estadounidenses a una fuerza de paz en Kosovo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, por ejemplo, reactivó el debate sobre la conveniencia de involucrarse en conflictos potencialmente violentos que ocurren en lugares de interés estratégico marginal.
Por otra parte, la presión por una política comercial proteccionista se incrementó, aguijoneada por un déficit sin precedentes en el comercio exterior, pese al desempeño positivo sostenido de la economía.
Esta presión amenaza la campaña desarrollada por Clinton durante seis años a fin de promover, en forma agresiva, la apertura de mercados extranjeros para el comercio estadounidense
Resultó llamativo que el día elegido para este discurso fuera el mismo en que el Departamento de Estado dio a conocer dos importantes y polémicos informes, sobre el respeto de los derechos humanos en los demás países y sobre la cooperación de éstos con la lucha estadounidense contra las drogas.
"Todo, desde la fortaleza de nuestra economía hasta la seguridad de nuestras ciudades y la salud de nuestro pueblo, depende de acontecimientos que no tienen lugar solamente dentro de nuestras fronteras, sino también del otro lado del mundo", enfatizó el presidente.
Clinton planteó cinco grandes desafíos para la política exterior: mantener la paz, integrar a China y Rusia al sistema internacional liderado por Occidente, promover el comercio y los sistemas financieros, impulsar la adopción de regímenes democráticos y combatir varias amenazas de alcance mundial.
Entre estas últimas incluyó desde la proliferación de armas nucleares y el terrorismo hasta el cambio climático.
Pese a la ausencia de "amenazas fundamentales para la supervivencia" de Estados Unidos, el presidente sostuvo que existen serios peligros para este país en el mundo.
Clinton mencionó el riesgo de guerras regionales importantes y el de que terroristas o grupos del crimen organizado obtengan armas de destrucción masiva, y agregó que la inestabilidad financiera mundial podría "socavar el libre mercado, aplastar a las sociedades abiertas, y afectar nuestra propia prosperidad".
"Debemos evitar tanto la tentación de desestimar esos peligros como la ilusión de que la respuesta adecuada sería cerrar las escotillas para proteger a Estados Unidos del resto del mundo", añadió.
En opinión del presidente, Washington no debe ser disuadido de continuar sus esfuerzos para mantener la paz mundial por el hecho de que las partes en conflicto hayan sido "envenenadas por el odio de varias generationes".
Recordando su papel en las negociaciones de paz en Medio Oriente, Irlanda del Norte y Bosnia, Clinton advirtió que si fracasa el intento de otorgar autonomía a Kosovo, con supervisión de tropas de Estados Unidos, "el conflicto se extenderá, y para detenerlo deberemos asumir riesgos y costos mucho mayores".
"La medida de nuestros intereses no reside en lo pequeños o distantes que sean los lugares en que se desarrollan conflictos, ni en que tengamos dificultades para pronunciar sus nombres. La pregunta que debemos hacernos es: '¿Cómo afectaría nuestra seguridad que esos conflictos se agraven y se extiendan?", dijo.
"No podemos, y realmente no deberíamos, hacerlo todo o estar en todas partes, pero donde nuestros valores y nuestros intereses están bajo amenaza, y allí donde nuestra presencia pueda cambiar las cosas, debemos estar preparados para intervenir", argumentó.
En relación con Rusia, el presidente condenó a quienes sienten "satisfacción o pesimismo autocomplaciente" ante la crisis financiera y el fracaso de las reformas gubernamentales, y reclamó la continuidad de los compromisos de Estados Unidos con ese país.
De modo similar, exhortó a mantener "compromisos significativos sobre una base de principios con China", cuyo respeto de los derechos humanos se deterioró en forma aguda desde la visita a ese país de Clinton en julio de 1998, según el informe del Departamento de Estado divulgado este viernes.
El presidente subrayó también que Washington no puede luchar solo contra amenazas mundiales como la de las drogas.
Estados Unidos sería más eficiente en la protección de sus ciudadanos si "combate la droga junto a México en vez de desentenderse del problema", afirmó Clinton, anticipándose a las quejas del Congreso de que el gobierno mexicano no coopera con los organismos estadounidenses de lucha contra las drogas. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/mp/ip/99