La situación de los derechos humanos empeoró el último año en China, Cuba y Serbia, mientras viejos y nuevos conflictos armados en Africa y Afganistán causaron la muerte de miles de civiles no combatientes, afirmó hoy el gobierno de Estados Unidos.
El informe sobre derechos humanos que el Departamento de Estado de Estados Unidos publica anualmente desde hace 22 años es especialmente crítico de la situación en China, un país con el que el gobierno de Bill Clinton ha intentado crear vínculos estratégicos y al que el presidente visitó en julio.
El historial del gobierno de China en materia de derechos humanos empeoró a fines de 1998, debido a "la represión de la oposición política organizada", según el informe.
Beijing también continúa actuando contra grupos religiosos de presencia no autorizada y aumentó su represión en Tibet y contra los musulmanes en Xinjiang, aseguró el Departamento de Estado.
El informe, que considera las condiciones de los derechos humanos en 193 países, observó tendencias positivas en Nigeria, Corea del Sur e Indonesia, donde el cambio de gobernantes ha abierto las puertas a más libertades y a la democratización.
En cambio, hubo retroceso el año último en Rusia, Belarus y varias repúblicas ex soviéticas de Asia central, donde las elecciones fueron manipuladas y los activistas por los derechos humanos han sido amenazados.
El informe de este año, redactado por el nuevo secretario de Estado asistente para los derechos Humanos, Harold Koh, comienza por una introducción y destaca la importancia de la celebración de elecciones para garantizar el respeto de los derechos humanos.
Koh y su equipo exhortaron a crear "una cultura de democracia" que asegure el derecho a disentir, la presencia de una sociedad civil fuerte, el imperio de la ley, instituciones políticas vigorosas, una prensa inependiente, mecanismos de protección de las minorías y el pleno respeto de los derechos de la mujer y de los trabajadores, así como elecciones libres.
El informe anual, que normalmente tiene más de 1.200 páginas, ha sido elogiado por organizaciones independientes de derechos humanos por su amplitud y rigor. El Congreso de Estados Unidos lo utiliza como guía a la hora de tomar decisiones sobre ayuda al exterior, venta de armas y preferencias comerciales.
Pero grupos de derechos humanos han advertido que Washington ignora a menudo el contenido de su propio informe cuando están en juego intereses estratégicos y cuestiones comerciales importantes.
"La buena noticia es la alta calidad del informe sobre países, como documento de consulta, pero la mala noticia es que, en muchos casos, es la única oportunidad en que las cuestiones de derechos humanos son señaladas por el gobierno de Estados Unidos", dijo ante el Congreso un dirigente humanitario, inmediatamente después de conocido el documento.
El activista, Reed Brody, también criticó la "creciente selectividad" del panorama introductorio de 20 páginas del informe, que se concentra en países con los que Washington mantiene ninguno o escaso relacionamiento, como Iraq, Siria y Libia, en Medio Oriente, Cuba en América Latina, Sudán en Africa, y Corea del Norte en Asia oriental.
En cambio, los gobiernos autoritarios y represivos de la región del mar Caspio, cuyos recursos energéticos son de alto interés para Estados Unidos, son tratados con más contemplación.
Brody también advirtió que el Departamento de Estado ignoró dos importantes acontecimientos en materia de derechos humanos de 1998. Se trata de la creación del Tribunal Penal Internacional (TPI) y la detención en Londres del ex dictador chileno Augusto Pinochet.
La mención de esos casos habría sido inoportuna, dada la oposición de Estados Unidos al TPI y su silencio ante la detención del general Pinochet, comentó.
El Departamento de Estado es especialmente duro con Serbia, donde las condiciones de los derechos humanos "se deterioraron de modo agudo en 1998".
El informe denuncia medidas del presidente de Yugoslavia (conformada por Serbia y Montenegro), Slobodan Milosevic, contra opositores, y su "brutal represión de civiles y rebeldes separatistas" en la provincia serbia de Kosovo.
Unas 2.000 personas murieron y 180.000 debieron abandonar la zona en que vivían en Kosovo. "La gran mayoría" de las víctimas y los desplazados "son civiles desarmados de origen albanés", se consignó en el informe.
En Birmania continuó la represión contra la oposición al régimen militar. En Corea del Norte, un país "golpeado por el hambre", se aplican "medidas brutales" para silenciar a los disidentes, mientras el gobierno de China lanzó a fines de 1998 una campaña contra la oposición y las minorías religiosas.
El Congreso de Estados Unidos exige a la administración de Clinton que promueva una resolución de condena del gobierno de China en la reunión anual de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que se realizará el mes próximo en Ginebra.
Respecto de América Latina, la introducción del informe del Departamento de Estado se concentra en Cuba, donde pese a la visita del papa Juan Pablo II en enero de 1998, "el gobierno de Fidel Castro mantiene el control de todos los aspectos de la vida (social) y suprime implacablemente toda disidencia política". (FIN/IPS/jl/ff/hd/99