El cultivo ilegal de opio y el consumo de estimulantes del grupo de las anfetaminas siguen siendo los mayores problemas de drogas de Asia y el Pacífico, advirtió la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su informe anual.
El tráfico multimillonario de drogas ilegales crece en todo el mundo, a pesar de la recesión que afecta a varios países, afirmó la JIFE, una entidad independiente creada en 1968 para implementar las convenciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre drogas.
Los tentáculos de la industria internacional de drogas ilegales se extienden desde la selva de Birmania y las calles de Nueva York o de las ciudades de Europa occidental hasta los callejones de Bangkok.
La JIFE consignó en su informe, difundido simultáneamente en varios países el martes pasado, que el incremento del consumo de estimulantes del tipo de las anfetaminas y de heroína, y el cannabis (cáñamo índico, que da origen a la marihuana y el hachís) es cada vez más popular en el mercado de drogas ilícitas.
El uso impropio y la prescripción durante mucho tiempo de estimulantes legales como la benzodiazepina también son preocupantes, especialmente cuando los síntomas del paciente son dudosos, señaló la Junta.
Los consumidores de drogas ilegales de Australia y Nueva Zelanda cambian continuamente sus preferencias, según las drogas de moda, y se prevé el aumento en esos dos países del uso de anfetaminas para los próximos años, subrayó el informe.
"El abuso de cannabis parece haberse incrementado en Australia, donde también descendió la edad promedio del primer consumo" de drogas, indicó el estudio.
Por lo tanto, "la Junta insta al gobierno australiano a seguir resistiendo la presión a favor de la legalización del cannabis y a eliminar las nociones equivocadas sobre la droga a través de campañas educativas y de los medios de comunicación'.
Las islas del Pacífico también empiezan a quedar atrapadas en la onda expansiva de las drogas ilegales, ya que se convirtieron en puntos de transbordo.
Papua Nueva Guinea, por ejemplo, es base de una producción notable de "cannabis barato" de alto contenido de alcaloides, muy difundido ahora en Australia.
Las islas del Pacífico también se utilizan como lugar de tránsito para embarques de cocaína con destino a Australia y Nueva Zelanda, por lo que ha aumentado la incautación de esa droga procedente de América del Sur.
"Se ha incrementado la fabricación de anfetaminas en Australia, junto con la presencia de laboratorios transportables. En 1997, se encontraron dos laboratorios (clandestinos) de anfetaminas en Nueva Zelanda", advirtió la JIFE.
La requisa de 'éxtasis' (una droga sintética) aumentó tanto en Australia como en Nueva Zelanda, y un informe reciente reveló que empezaron a aparecer en el segundo de esos dos países los mismos patrones de consumo de drogas ilegales que en Europa.
La JIFE cuestionó lo que se ha dado en llamar nuevas soluciones para el problema de abuso de drogas ilegales, aplicadas especialmente en Europa.
Al respecto, destacó que una reforma de la legislación penal promulgada este mes en Suiza permite "prescribir heroína para casos severos de adicción". Esa posibilidad fue admitida por referéndum.
"La Junta recalca la inquietud que le produce este programa y lamenta que no se dispusiera de una evaluación del mismo por parte de la Organización Mundial de la Salud en el momento en que se hizo la enmienda a la ley", agregó.
La JIFE desaprobó iniciativas en algunos países para habilitar lugares especiales donde los drogadictos puedan administrarse sus dosis bajo supervisión y en condiciones de supuesta higiene.
"La Junta insta a esos países a considerar problemas tales como las consecuencias legales, la posibilidad de que esos lugares se conviertan en punto de encuentro para los adictos, el eventual tráfico ilícito y el significado que tendrían esos espacios para el resto de la población", advirtió el estudio.
Así mismo, observó que continúa la mundialización del tráfico de narcóticos. Grandes ciudades y puertos de Africa se utilizan cada vez más como puntos de transbordo hacia Europa de heroína procedente de Asia y de cocaína de América del Sur.
Birmania sigue siendo la principal fuente mundial de opio ilícito, del cual deriva la heroína. Desde allí se embarcan cargamentos hacia cinco rutas principales que se cruzan en China, la mayor avenida para el envío de estupefacientes a Europa y Estados Unidos.
Otra ruta va de Birmania a Indochina, pasando por Laos y Vietnam, y también desde el norte de Birmania hasta la capital, Rangún, tras atravesar Tailandia, uno de los países de mayor tránsito de heroína.
Sorasit Sangprasert, subsecretario general de la Junta de Control de Drogas de Tailandia (JCDT), aseguró que su gobierno logró evitar el incremento del cultivo de amapolas para el opio.
"La JCDT informó que en 1998, la superficie cultivada de amapola para opio fue de 1.485 hectáreas. Se calcula que la producción de opio será igual en 1999" que en el último año, declaró Sorasit.
El "Triángulo Dorado", la región en que se encuentran las fronteras de Tailandia, Birmania y Laos, produce 2.600 toneladas de heroína. Estados Unidos estimó que en Birmania hay más de 155.000 hectáreas de plantación de amapolas.
El gobierno de Birmania fijó el 2008 como plazo final para eliminar la producción ilegal de opio, que se realiza allí desde hace más de un siglo, pero algunas agencias internacionales recibieron su compromiso con escepticismo.
El Programa Internacional para el Control de Drogas de la ONU calculó que se necesitan 25 millones de dólares para erradicar el cultivo de amapolas opiáceas en Birmania, pero la ayuda financiera para ese propósito sólo llega hasta ahora a cuatro millones.
El escaso apoyo financiero se debe a la falta de confianza de la comunidad mundial en el régimen militar de Birmania. Esa desconfianza provocó el boicot de Estados Unidos y Europa a la conferencia internacional celebrada en Rangún contra las drogas ilegales. (FIN/IPS/tra-en/wd-pr/rc-js/js/ceb-ff/ip/99