El templo de Rosalila, el último descubrimiento de la civilización maya en Honduras, también conocido como el Templo de los Jaguares, podrá ser visitado por el público a partir de marzo.
Descubierto en 1989 por el arqueólogo hondureño Ricardo Agurcia, sólo ahora el templo será abierto a los turistas, luego de investigaciones para descifrar su enigma, ya que el mismo se encuentra bajo la estructura de otro templo, que lo protege y permitió mantenerse intacto.
El hecho de que los mayas hayan protegido a Rosalila con otra estructura igual de impresionante, "revela la importancia que este templo tenía para ellos, uno de los más sagrados y bajo el cual se depositaban hermosas y enormes ofrendas a los dioses y sus reyes", señaló Agurcia.
Rosalila se diferencia de los otros hallazgos por su llamativa estructura de colores rojo, verde, amarillo y blanco, que tiene a sus lados imágenes de los gobernantes de la época, serpientes y representaciones del Dios Sol.
El colorido fue logrado gracias a una apropiada mezcla de pigmentos con plantas, según las investigaciones. Los materiales utilizados fueron arena, arcilla, cal y el tronco de un árbol llamado Caulote.
Su construcción se le atribuye a Luna Jaguar, que gobernó del año 504 al 544 y adoptó ese nombre en honor a Ixchel (la diosa Luna) y al jaguar, un animal mítico que, según la tradición, se comía el sol por el atardecer para recobrar sus fuerzas.
El templo de cuatro niveles, ubicado en el sector noroeste de la ciudad de Acrópolis, una de las más grandes del amplio complejo maya descubierto en las Ruinas de Copán, en el oeste de Honduras, tiene 18 metros de alto por 12 de ancho.
Los túneles que conducen al centro del templo, donde hay un lugar destinado a los rituale, cuentan en su interior con dos ventanas tapadas con el rostro de un gobernante que en sus extremos tiene unas aberturas por donde salía el humo.
La directora del estatal Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Olga Joya, dijo a IPS que las ventanas que se encuentran a lo largo del túnel que conduce al centro del templo son cuatro con igual número de esculturas de serpientes y grandes representaciones del Sol, considerado "el astro Rey".
"Creemos que llegó el momento de abrir Rosalila al mundo para que conozcan sus misterios y la riqueza que esta civilización dejó en Honduras", expresó Joya.
La repentina desaparición de la cultura maya, que sentó sus bases en México, Guatemala, Honduras, El Salvador y algunas zonas de Belice, sigue siendo un misterio para los investigadores.
En el caso de Rosalila, se encontró un baño ceremonial con desagües, los que despertaron el interés de los expertos pues aún no han descifrado el uso que los reyes daban a los mismos. En su interior, se pueden apreciar grabaciones de pájaros y jeroglíficos que cuentan la historia de los gobernantes.
Los mayas construían sus ciudades una sobre otra de acuerdo a la dinastía que asumía el poder, de ahí que Rosalila se ubique en la ciudad de Acrópolis, debajo del llamado Templo 16, y en las cercanías al campo de pelota.
El templo, que habría sido dedicado al Dios del Sol, será abierto al público. En la zona de Copán, acuden anualmente un promedio de 100.000 turistas procedentes de todo el mundo.
Copán y Tikal, ubicada en Guatemala, son consideradas las dos grandes ciudades mayas. (FIN/IPS/tm/ag/cr/99
