TRINIDAD Y TOBAGO: Los riesgos de depender en exceso del petróleo

La caída de precios del petróleo aún en curso tuvo graves consecuencias para los pequeños exportadores de crudo como Trinidad y Tobago, que ahora se lamenta por no haber ampliado sus áreas de producción en épocas de vacas gordas.

El petróleo Brent del Mar del Norte llegó a su pico más bajo en 12 años, 9,55 dólares por barril, hace dos semanas atrás. El crudo de Trinidad y Tobago se vende a un precio algo superior.

Pero el ministro de Finanzas, Brian Kuei Tung, erró en sus pronósticos al estimar un precio promedio de 14,10 dólares para el período 1998-1999.

"Dadas las tendencias internacionales actuales, el gobierno considera que se trata de un pronóstico realista", afirmó el ministro en su informe presupuestal, el 5 de octubre.

No es el primer error de predicción de Kuei Tung. Para el presupuesto de 1998 había pronosticado un precio promedio de 19 dólares por barril, y nueve meses más tarde se vio obligado a explicar por qué el precio, en realidad, promediaba los 14,50 dólares.

El error de cálculo fue la causa de un déficit de más de 136 millones de dólares en el presupuesto nacional. El ministro estimó que la economía crecería cinco por ciento en 1998, pero pocos economistas respaldaron su proyección.

No obstante, ni los analistas considerados más acertados resultan confiables a la hora de estimar el precio futuro del petróleo. Los economistas del Fondo Monetario Internacional llegaron a pronosticar un precio promedio de 21 dólares para 1998 y de 14,51 dólares para el período actual.

Oliver Flax, presidente de la Cámara de Industria y Comercio, cree que es hora de que el país se despierte a la realidad y se dé cuenta de que debe darse mayor importancia a áreas de producción que no se basen en la energía.

La Cámara de Industria y Comercio representa a las compañías que operan en las industrias del petróleo y gas de este país, entre ellas AMOCO-Trinidad y Tobago, el mayor contribuyente individual de divisas extranjeras a la economía nacional.

"Cuando los precios del crudo están altos, existe una lógica tendencia a prestar menor atención a los sectores que generan menos ingresos, como la agricultura y el turismo", explicó.

No hay buenos presagios para Trinidad y Tobago. El sector de la energía, que incluye la producción de gas natural, emplea a más de 20.000 personas y representa 21,2 por ciento de los ingresos del gobierno y 71 por ciento de las ganancias del país en divisas.

A su vez, las condiciones impuestas a la industria incluyen altos costos en protección del ambiente, y la introducción de nuevas tecnologías con su correspondiente impacto en la competitividad y los mercados laborales.

El panorama parece haber excedido las peores expectativas de las instituciones financieras internacionales. Los precios del petróleo caen a medida que la producción mundial continúa superando la demanda.

La Agencia Internacional de Energía estimó la sobreproducción de petróleo a junio de 1998 en de 2,4 millones de barriles de petróleo por día, tendencia que persiste en momentos en que la demanda cae abruptamente como resultado de la crisis financiera de los países asiáticos.

"El pronóstico de las agencias internacionales de que la economía mundial tendrá un crecimiento reducido o nulo el año próximo hace que no seamos optimistas de que Trinidad y Tobago pueda escapar ileso", dijo Flax.

El presidente de AMOCO, David Wight, no espera ninguna recuperación a corto plazo frente a la caída del petróleo y espera que los precios del crudo se mantengan bajos hasta finalizado 1999.

La compañía ya recortó algunos proyectos y revisará otros más.

Wight afirma que la estrategia de la compañía sería buscar aquellos proyectos que pueden ser "diferidos pero no perdidos".

Aún no se sabe con certeza lo que esto implicará para los 600 empleados permanentes de AMOCO, pero la compañía advirtió que se avecinan recortes. Los contratistas de servicios del sector ya sufrieron las consecuencias de las reducciones.

Tales recortes se producen en momentos en que la gigante Corporación AMOCO de Estados Unidos se fusiona con British Petroleum (BP), provocando así especulaciones de grandes despidos y reducciones.

La fusión de BP-AMOCO creará una compañía de 110.000 millones de dólares, la tercera petrolera mundial. La fusión Exxon-Mobil constituirá la mayor corporación petrolera del mundo, seguida de la Royal Dutch/Shell Group y BP-AMOCO.

Wight, que dirigirá la División Este de BP-AMOCO, afirmó que la unión de los dos gigantes ayudará a que la industria pueda sobrellevar la situación provocada por la caída de los precios.

La nueva compañía calculará los recortes de personal en una proporción de 60-40 para BP y AMOCO respectivamente, mientras ya comenzaron las reducciones en sus operaciones con subcontratistas, provocando grandes pérdidas de empleo este año.

Si embargo, un documento de gobierno se pronunció en forma positiva sobre el panorama de la industria energética. No es probable que se produzcan "ajustes drásticos o inestabilidad en el sector, tal como ocurrió durante el período entre mediados de los setenta hasta mediados de los años 80".

El colapso del crudo de fines de la década del 70 provocó una espiral descendente en la economía interna, con una contracción de entre 30 y 50 por ciento, y dejó a miles sin empleo.

El optimismo por una economía basada en una producción ampliada que actualmente incluye la urea, el metanol y el amoníaco se vio empañado por la caída de los precios de esos tres productos.

Los precios del metanol cayeron cerca de 50 por ciento en el primer semestre de 1998, mientras los mercados de amoníaco y urea experimentan nuevas caídas. (FIN/IPS/tra-en/wg/cb/mv/mj/if en/99

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