Organizaciones humanitarias reanudaron la entrega de ayuda alimentaria de emergencia a Sudán, luego de que la ONU logró que el gobierno y el rebelde Ejército de Liberación Popular (SPLA) prorrogaran el cese del fuego, vencido el viernes.
El armisticio de tres meses fue logrado la semana pasada por Tom Eric Vraalsen, enviado especial del secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
"Ambas partes acordaron el cese del fuego aunque aún quedan ciertas diferencias", dijo Vraalsen a la prensa en Nairobi, el viernes.
Jartum prefiere un armisticio duradero que cubra toda la zona sur de Sudán, mientras el SPLA espera que el armisticio sea parte de un acuerdo político integral en el país del nordeste de Africa regido por un gobierno fundamentalista islámico.
La guerra civil se desató en mayo de 1983. El SPLA exige la autodeterminación de la población del sur, principalmente cristiana, que representa 40 por ciento de los 30 millones de habitantes. El resto de los habitantes profesan la religión islámica.
John Luk, portavoz del SPLA en Nairobi, dijo que el movimiento insurgente ampliará el cese del fuego, que cubre la zona austral de Bahr el Ghazal, hasta abarcar el Alto Nilo, también afectado por los combates y la hambruna.
El cese del fuego que venció el viernes fue firmado por ambos bandos en octubre, luego de la hambruna que padeció Bahr el Ghazal a partir de enero de 1997, una de las peores de esta década.
La misma fue provocada por los combates que obligaron a cientos de miles a huir de sus casas y a trasladarse a aldeas donde las poblaciones locales ya estaban debilitadas por el hambre.
La semana pasada, la Operación Salvavidas Sudán, de la ONU, que congrega a organizaciones benéficas que operan en el país, advirtió que este será un año difícil para los más de cuatro millones de habitantes sometidos al hambre, la guerra y las inundaciones durante 1998.
La Operación Salvavidas se creó en 1998 luego de que más de 300.000 personas, la mayoría de ellas no combatientes, murieron de enfermedades provocadas por el hambre en el sur, en 1997.
"Cientos de miles que perdieron sus viviendas, medios de vida y cultivos, aún viven al borde del hambre. La insuficiencia alimentaria podría destruir lo conseguido hasta ahora, por lo que es esencial el cese del fuego humanitario para impedir la hambruna" este año, advirtió David Fletcher, representante en Kenia del Programa Mundial de Alimentos, organismo de la ONU.
Vralseen explicó que además del cese del fuego, ambos bandos aceptaron un protocolo que garantiza la seguridad de los voluntarios y la creación de un corredor en la zona de guerra en el sur para el traslado de la ayuda humanitaria.
Los combates siguen en otras partes del sur de Sudán, en zonas no cubiertas por el cese del fuego.
La semana pasada, Médicos Sin Fronteras (MSF), una organización no gubernamental francesa, acusó al gobierno de "bombardear en forma intencional y sistemática a grupos de civiles y hospitales en zonas en control de los rebeldes".
Aviones militares sudaneses bombardearon un hospital civil en la localidad austral de Kajo Keji, en la frontera con Uganda, donde opera MSF. Tres de las bombas destruyeron el bloque de inmunización y dañaron el bloque quirúrgico y el sector de pacientes externos, según la organización.
Aunque el bombardeo no causó víctimas, fue un "acto deplorable dirigido claramente contra los civiles y la asistencia médica a la población civil", declaró MSF.
"El bombardeo tendrá un impacto enorme en la población. Muchos desplazados y refugiados se trasladaban a Kajo Keji principalmente por sus servicios médicos", dijo Ettore Larici, director de la misión de MSF en Sudán. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/aq/ip-dv/99