RUSIA: Los maestros quieren su salario y no ataúdes

Unos 500.000 maestros de Rusia se movilizaron esta semana durante tres días para exigir el pago de sus salarios en efectivo y de forma urgente, mientras el gobierno les ofrece veneno para ratas, fertilizantes orgánicos y ataúdes, en vez de dinero.

Los maestros no reciben su salario desde hace cinco meses y consideran que algo está muy mal cuando se les ofrece material fúnebre como paga. "Es indignante", dijo Tatyana Bakhtina, que trabaja en la escuela Kosmanino, de la central región de Kostroma.

Como consecuencia del atraso en sus haberes, viven al borde del abismo, consumiendo lo que les resta en reservas personales de papas y hortalizas de la última cosecha.

Las cursos no se reanudaron en enero, al finalizar las vacaciones de invierno, ya que en varias regiones, el personal docente rechazó el pago en especie y fue a la huelga para exigir su salario.

Unos 100 maestros huelguistas y padres de alumnos de una escuela bloquearon una vía férrea en la norteña región de Vologda.

La Federación de Sindicatos Independientes instó a los maestros a realizar una protesta nacional esta semana en reclamo de sus salarios. Se calcula que 500.000 maestros participaron de la medida, finalizada el viernes, y que otros 20.000 la apoyaron de alguna forma.

Los huelguistas se manifestaron con pancartas frente al Consejo de la Federación, la cámara alta del parlamento, y ante varias gobernaciones regionales.

"Creo que la acción conjunta podría obligar al gobierno a ocuparse de nuestros problemas", declaró Viktor Gavrilin, un profesor de la central ciudad de Ulyanovsk.

Gavrilin y sus colegas realizaron un ayuno de un día en memoria de Alexander Motorin, un maestro de 43 años que murió Ulyanovsk de un ataque cardíaco mientras hacía una huelga de hambre por salarios impagos junto a otros 450 colegas.

Motorin se convirtió en la primera víctima del movimiento de protesta. Los maestros hacen intentos desesperados por hacerse escuchar en un país donde las reformas recortaron el presupuesto destinado a educación.

Las asignaciones a la enseñanza decrecierom de 10 por ciento del producto interno bruto en la era soviética a 0,6 por ciento en la actualidad.

"Los maestros tienen razón al protestar, ya tuvieron demasiada paciencia", admitió el ministro de Educación, Vladimir Philippov.

El ministro prometió a los profesores y maestros un aumento de salarios de cinco por ciento a partir del 1 de abril, un débil consuelo, ya que el rublo perdió tres cuartos de su valor desde el comienzo de la crisis, en agosto.

Sólo seis de las 89 regiones del país pagaron los salarios al personal docente. Las seis regiones que están al día son Moscú, San Petersburgo y Samara, tres grandes ciudades, dos zonas productoras de petróleo de Siberia, y el balneario de Krasnodar.

Philippov reconoció que las escuelas rurales, que constituyen dos tercios del total, fueron las más golpeadas por la crisis. Allí, hace nueve y hasta 15 meses que los maestros no reciben sus sueldos, indicó.

El primer ministro Yevgeny Primakov aseguró al asumir su cargo hace cinco meses que tomaría "medidas extraordinarias" para pagar a fines de 1998 los haberes y pensiones atrasadas a los empleados públicos, incluido el personal militar.

Primakov afirmó que esa sería la prioridad de su gobierno, pero más tarde las autoridades concluyeron que no sería posible cumplir con la promesa.

El atraso en los pagos ascendió a 84.900 millones de rublos, unos 4.000 millones de dólares. El gobierno central debe 18.000 millones de rublos, y el resto son deudas de las administraciones regionales y de compañías privadas.

En vísperas de la huelga de los maestros, el gobierno informó que su deuda ante los empleados públicos había descendido a 16.500 millones de rublos, unos 777 millones de dólares.

La educación estatal dejará de existir en los próximos dos o tres años debido a la falta de recursos, advirtió a IPS el profesor Leonid Sokolov, miembro del comité de Auditoría del parlamento.

Mientras, 160.000 estudiantes participaron en un movimiento de protesta convocado por la Asociación Rusa de Sindicatos de Estudiantes, que se atribuye 2,6 millones de afiliados.

Los estudiantes se oponen al plan ministerial de reforma de la educación superior, que significa la "aniquilación total" del sistema universitario del país, según aseguró el vicepresidente de la Asociación de Estudiantes, Mikhail Mirny.

El controvertido plan de reforma propone recortar entre 10 y 15 por ciento la cantidad de estudiantes con derecho a educación gratuita, que era la regla en la Unión Soviética.

La Asociación pronostica que el número de estudiantes disminuirá entre 40 y 50 por ciento en los próximos tres o cuatro años, si la reforma se aprueba.

Es indudable que el sistema educativo de Rusia se hunde en un abismo, dijo Yuri Krupnov, director del proyecto educativo "Rusia 2010".

Los estudiantes rusos, que solían ser los mejores del mundo en matemáticas y en ciencias, tienen ahora otras prioridades y valores diferentes.

El principal sueño de los estudiantes durante la era soviética era ser astronauta, lo que constituía un símbolo de la fuerte apuesta al futuro que hacía el país. Hoy, los jóvenes preferirían ser gángsters o prostitutas, según reveló una encuesta.

Sólo uno de los mil alumnos del último curso de enseñanza secundaria encuestados por el Centro de Estudios de Opinión Pública seleccionó "astronauta" entre las opciones presentadas, lo que situó a esa profesión por debajo de "gangster" y al mismo nivel que "prostituta".

Las profesiones más prestigiosas son las relacionadas con los negocios: "contador" y "economista" acumularon cada una cerca de 20 por ciento de las preferencias. (FIN/IPS/tra-en/eu- dv/ak/js/ceb/nc-ff/ed/99

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