Las bolsas de Brasil se mantuvieron hoy en alza por tercer día consecutivo, con menores oscilaciones que los días anteriores, mientras el real también registró una pequeña recuperación.
La moneda brasileña terminó el día cotizado a 1,55 por dólar en el cambio comercial, contra 1,58 en la víspera, y parece tender, según los operadores, a una devaluación de cerca de 25 por ciento, en relación al nivel del día 12, el último del régimen cambiario anterior, cuando el dólar valía 1,21 reales.
"Serán necesarios días, quizás semanas, para que el mercado encuentre el punto de equilibrio" en el cambio, dijo el ministro de Hacienda, Pedro Malán, en Washington, donde hace contactos con la comunidad financiera internacional para explicar las recientes medidas brasileñas.
La Bolsa de Sao Paulo, la más importante de América Latina, cerró sus negocios con alza de 3,75 por ciento, acumulando 45,9 por ciento desde el viernes, cuando el Banco Central sorprendió al mercado al adoptar la libre flotación del real.
Su índice osciló entre una caída de 0,6 por ciento en la mañana de este martes y alzas de hasta 3,85 por ciento, una inestabilidad mucho menor que en la víspera, cuando varió entre 3,8 por ciento negativo y 8,8 por ciento positivo.
En Río de Janeiro los negocios fueron más tranquilos y permitieron un alza final de 5,5 por ciento. Acciones de empresas estatales del sector energético, que deberán ser privatizadas este año, fueron las más valorizadas.
Ese desempeño de las bolsas brasileñas fue contra la tendencia mundial, y latinoamericana en particular, con resultados negativos en la mayoría de las bolsas, incluso en Nueva York.
Un mejor desempeño en la tarde de este martes se atribuyó a la aprobación por el Senado del impuesto sobre cheques, una de las medidas del ajuste fiscal que el mercado considera decisivo para la confianza en la economía brasileña.
Pero la decisión se daba por descontada, porque se trataba de una votación en segunda vuelta, que repitió el fácil triunfo oficialista de la primera vuelta, la semana pasada.
La recuperación de los títulos de la deuda externa brasileña en los últimos días, con estabilización este martes, contribuyó a la relativa tranquilidad del mercado accionario en Brasil.
En el mercado cambiario, aparentemente a ciegas en el tercer día de libre flotación tras 52 años de control, los negocios siguen siendo muy escasos, por lo que cualquier operación tiene efectos importantes, provocando fuertes variaciones, según los operadores.
El ingreso de 75 millones de dólares, por la montadora alemana Volkswagen, tuvo fuerte impacto en la mañana de este martes, elevando el real a 1,51 por dólar.
Un dato preocupante lo constituyó que cerca de las 19 horas (21:00 GMT) ya se registraba una salida de 391 millones de dólares, repitiendo con creces el flujo negativo de los dos días anteriores.
Esto se atribuye en parte a la cautela de los exportadores, que esperan una estabilización antes de traer sus divisas.
Muchos bancos prácticamente se niegan a vender divisas. Uno de ellos, por ejemplo, cotizó el dólar a 1,9 reales en Río de Janeiro, en una evidente exageración para desestimular a los compradores.
El mercado negro, muy reducido en Brasil desde el inicio de esta década, también varía mucho, comprando el dólar de 1,3 a 1,5 reales y vendiéndolo de 1,6 a 1,7 reales. (FIN/IPS/mo/ag/if/99
