Una aguda polémica precede en México la cuarta visita en 20 años del papa Juan Pablo II, debido a la amplia comercialización de la imagen del jefe de la Iglesia Católica realizada por empresas mexicanas y multinacionales.
Juan Pablo II llegará el próximo viernes a la ciudad de México, donde permanecerá por cinco días, y el día 26 viajará a Estados Unidos. Participará en tres actos multitudinarios, en los cuales se espera la asistencia al menos de un millón de personas.
En vísperas de la visita, la figura del pontífice es incluso utilizada en la promoción de Sabritas, una compañía transanacional de papas fritas. Los paquetes de papas Sabritas lleva una estampa con la imagen de Juan Pablo II.
El Nuncio Apostólico, Justo Mullor, informó que el costo de la visita del Papa a México es de unos dos millones de dólares, una cantidad que sería sufragada en parte por la venta de 300.000 medallas acuñadas por un banco y otras empresas privadas.
Alfredo Santos, director del Consejo Mexicano de la Publicidad, negó que los afiliados a su asociación aprovechen la anunciada presencia del Papa para aumentar su ventas. Según dijo, la imagen del pontífice es manejada por la propia Iglesia Católica.
Santos calculó que cada patrcinador gastará al menos 200.000 dólares por cada acto en el que participen y entre las empresas que desean aportar su apoyo se cuentan Coca Cola, Pepsi Cola, Bimbo, Sabritas y la cadena mexicana Televisa.
Es legítimo realizar donaciones, "pero no lo es sacar partido comercial a la visita del Papa. No apruebo que una compañía condicione la venta de sus productos para realizar una donación", declaró José Antonio Lebrija, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Publicidad.
El asesor jurídico de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Luis Reynoso Cervantes, señaló que la comercialización de la imagen de Juan Pablo II "es inevitable". Pero también denunció "el fariseísmo" que se observa "ante la próxima visita".
Reynoso exhortó a los patrocinadores a "no rebajar" la imagen papal en malas campañas comerciales, que deben ser "de altura y de buen gusto", a tono "con la investidura pública de un hombre aceptado por todos".
Analistas económicos calculan que la camapaña comercial dejará ganancias a unas 25 grandes compañías por 80 millones de dólares en distintos rubros.
Los católicos mexicanos gastarán en el mercado formal y en el informal unos 1.000 millones de dólares en actividades y objetos relacionados con la visita de Juan Pablo II.
México es considerado el segundo país de América, después de Brasil, por población católica. Se cree que al menos 87 millones de los 98 millones de habitantes del país son de fé católica.
Juan Pablo II cubrirá a su llegada un trayecto de 37 kilómetros del Aeropuerto Internacional Benito Juárez hasta la Nunciatura Apostólica, y se cree que unas 700.000 personas se congregarán en las calles para recibirlo.
El día 23 celebrará una misa en la Basílica de Guadalupe, a la que acudiran más de 20 invitados oficiales, y antes realizará un recorrido público de 22 kilómetros, un tramo en el que se reunirán un millón de fieles.
El 24 oficiará un misa en el Autódromo "Hermanos Rodríguez", y al día siguiente será recibido por unos 100.000 jóvenes en el Estadio Azteca, también de la capital, en el encuentro "de las tres generaciones".
La presencia del Papa determinará la movilización en la ciudad de 6.000 efectivos, entre policías, soldados y guardias privados, y de un grupo especial de 200 hombres se encargará de la seguridad del visitante. (FIN/IPS/fv/ff/cr/99
