IRAQ: La crisis de las zonas de exclusión

Las zonas de exclusión de vuelos en el norte y sur de Iraq son cuestionadas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por China y Rusia, mientras persiste la tensión entre Bagdad y Washington.

Tres aviones de combate estadounidenses en vuelo de rutina en la zona de exclusión del norte dispararon este lunes dos misiles contra una unidad antiaérea iraquí que los había detectado con su radar, y luego se retiraron del área.

Bagdad comenzó a desafiar abiertamente la semana pasada la prohibición de vuelos al norte del paralelo 36 y al sur del 33 que le imponen Estados Unidos y Gran Bretaña. El gobierno de Saddam Hussein considera ilegal esa prohibición y se declaró decidido a enfrentarla.

Mientras, Estados Unidos y Gran Bretana aludieron a "provocaciones" y "amenazas" de Iraq. Los aviones aliados dispararon contra una escuadrilla iraquí el martes y, dos días después, lanzaron un misil contra una bateria antiaérea.

La tensión aumenta, incluso por las revelaciones en Nueva York de que Washington utilizó con fines de espionaje a integrantes de la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM) encarhada de fiscalizar la eliminación de las armas de destrucción masiva de Iraq.

Esas revelaciones profundizaron las divisiones en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Estados Unidos, respaldado por Gran Bretaña, afirma que su imposición de las dos zonas de exclusión aérea en Iraq tiene el proposito de proteger a los habitantes de esas regiones de las políticas represivas del régimen de Saddam Hussein.

Washington insiste que su acción esta respaldada por la resolución 688 de la ONU, del 5 de abril de 1991. Sin embargo, esa resolución no menciona específicamente ninguna de esas zonas de exclusión, ni el derecho de imponerlas.

Bagdad declaró que, al ingresar sin su expresa autorización en el espacio aereo iraquí, los aviones de combate de Estados Unidos y Gran Bretaña violan la soberanía nacional y se exponen a un ataque. Tambien recordó a Washington y Londres que, en su momento, rechazó la imprecisa resolución 688.

Al contrario de otras resoluciones sobre Iraq, votadas por el Consejo de Seguridad de la ONU con posterioridad a la invasión iraquí de Kuwait, el 2 de agosto de 1990, la 688 no menciona el Capítulo VII de la Carta del foro mundial, que se titula "Medidas respecto de amenazas a la paz y actos de Agresión".

Cuando se produjo la votación de la Resolución 688, cinco de los 15 miembros permanentes del Consejo de Seguridad -incluyendo a China, miembro permanente- votaron en contra o se abstuvieron, lo cual fue la proporción mas alta en la serie de medidas aprobadas contra Iraq desde la invasión.

En cuanto a los miembros no permanentes del Consejo, India se abstuvo y Yemen, Cuba, y Zimbabwe se opusieron. La resolución fue aprobada a raíz de una ofensiva del ejército iraquí para recuperar tres provincias kurdas que se habían rebelado a fines de marzo de 1991.

La represión desatada provocó la huida a Irán y Turquía de casi la mitad de los 2,3 millones de kurdos que habitaban en la llamada Región Autónoma de Kurdistán.

La resolución exigíó a Iraq que "permitiera el acceso inmediato de organizaciones humanitarias internacionales para todos aquellos que necesitaban asistencia".

También solicitó al secretario general de la ONU que continuara su esfuerzo humanitario en Iraq, destinado sobre todo "a la población kurda, que sufre la represión de las autoridades iraquíes".

Poco después, el gobierno iraquí y las guerrillas kurdas firmaron un cese del fuego. Estados Unidos y Gran Bretaña instalaron refugios para los kurdos en el norte y supervisaron la asistencia humanitaria de la ONU a la población.

En mayo, dos líderes kurdos mantuvieron conversaciones con Saddam Hussein en Bagdad y lograron un proyecto de acuerdo, aunque el pacto naufragó en agosto de 1991.

Posteriormente, las ultimas tropas estadounidenses se retiraron del Kurdistán. En octubre, tras la evacuación de las fuerzas iraquíes, Estados Unidos apoyado por Gran Bretaña y Francia, impuso las zonas de exclusión aérea.

En el verano boreal de 1992, Bagdad intentó la captura de ciudadanos iraquíes, la mayoría musulmanes chiítas, que se habían refugiado en las vastas y casi inaccesibles marismas del sur. Algunos habían desertado del servicio militar durante la guerra Irán-Iraq (1980-1988), o participado en la rebelión chiíta que estalló durante la guerra del Golfo.

La policía y el ejército emplearon helicópteros para perseguirlos, y Estados Unidos y Gran Bretaña decidieron entonces actuar bajo los términos de la resolución 688.

El primer ministro británico de la época, John Major, anunció que los aviones de combate de Estados Unidos y Gran Bretaña iban a efectuar una vigilancia aérea sobre Iraq las 24 horas del día.

El anuncio se produjo en la víspera de la Convención del Partido Republicana en Estados Unidos, reunida para designar nuevamente al presidente George Bush como candidato a la Casa Blanca.

Iraq no se opuso en forma estentórea. La razón, explicada posteriormente por el viceprimer ministro Tariq Aziz, fue que si rechazaban con vehemencia la nueva iniciativa de Washington y sus aliados podrían convertir a Bush en un héroe.

Bush, que comandó la coalición internacional para expulsar a Iraq de Kuwait, fue finalmente derrotado en las elecciones por Bill Clinton.

La mayoría de los aviones de vigilancia de las zonas de exclusión fueron proporcionados por Estados Unidos, que tuvo el apoyo de pequenos contingentes de Gran Bretaña y Francia.

En el norte, dos partidos kurdos encabezadas respectivamente por Masoud Barzani y Jalal Talabani establecieron un Kurdistán autónomo, en el cual cooperaron en medio de luchas intermitentes entre ambos hasta septiembre de 1996.

A fines de agosto de ese año, Barzani pidió ayuda a Saddam Hussein para reconquistar Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, que había caído en poder de Talabani. El presidente otorgó el apoyo militar solicitado.

Ese espisodio disgustó a Washington y Londres, que decidieron extender la zona de exclusión aérea en el sur hasta el paralelo 33. En cambio, Francia suspendió sus participación en la vigilancia aérea del norte y se rehusó a sobrepasar el paralelo 32 en el sur.

A mediados de diciembre de 1998, cuando Washington y Londres montaron juntos la Operación Zorro del Desierto, Francia manifestó su oposición mediante el cese de sus vuelos en el sur de Iraq.

Ahora, en su calidad de miembros permanentes del Consejo de Seguridad, China y Rusia cuestionan la validez de las zonas de exclusión aérea bajo la Resolución 688.

Pero no hay indicios de que Washington, apoyado por Londres, esté dispuesto a abandonar dos zonas que controla desde el aire desde hace siete anos. (FIN/IPS/tra-en/dh/ak/kb/ego/ff/ip/99)

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