ECUADOR-PERU: La integración para consolidar la paz

El presidente de Perú, Alberto Fujimori, reconoció en plena ceremonia de demarcación fronteriza que el Acuerdo de Paz con Ecuador, que él firmó en octubre, no tiene aún el respaldo total de sus compatriotas.

"Aunque las críticas contra el Acuerdo de Paz siguen, estoy dispuesto a defenderlo a fondo porque será la consolidación de la paz entre Ecuador y Perú", declaró Fujimori luego de la ceremonia que protagonizó con su par ecuatoriano, Jamil Mahuad, en la frontera entre ambos países.

Estas expresiones, que podrían considerarse inoportunas por el momento y el lugar en las que se emitieron, reflejan la difícil coyuntura política en que se encuentra el mandatario peruano.

Los dos presidentes se reunieron el lunes 18 en Lagartococha (lago de los lagartos), paraje abrupto y pantanoso cercano a la zona donde las tropas de sus países se enfrentaron entre enero y marzo de 1995 en una guerra que fue detenida por acción diplomática de la comunidad internacional.

Los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos, países garantes del Tratado Limítrofe entre Perú y Ecuador de 1942, consiguieron que Quito aceptara la frontera fijada en dicho convenio a cambio del derecho de navegar por el río Amazonas y establecer dos centros comerciales en territorio peruano.

El Acuerdo de Paz incluye también la donación de un kilómetro cuadrado de selva virgen en territorio peruano, en el lugar donde tuvieron lugar los combates más encarnizados, para que Ecuador instale allí un parque y un monumento de homenaje a la paz.

El convenio originó inmediatas y explosivas reacciones de oposición en Perú, especialmente en Iquitos, capital de la región amazónica peruana. Los disturbios provocaron seis muertos, centenares de heridos y el incendio de varios edificios públicos, bancos y establecimientos comerciales.

"El Acuerdo de Paz no retrocederá, es irreversible e imparable, los que se oponen a los mecanismos de integración comercial incluidos en el Acuerdo lo hacen por interés político o por ignorancia de las ventajas que traerá para todos", dijo Fujimori.

"Los que dicen no querer el Acuerdo quizás prefieran la paz armada o la guerra (…) Pero los políticos que critican no mandarían a sus hijos a pelear. La mayoría de los soldados que morían o quedaban inválidos eran peruanos y ecuatorianos humildes", añadió.

Pero Efrocina González, presidenta del Frente Patriótico de Loreto, replicó este martes al mandatario que "quienes se oponen no son unos cuantos sino la mayoría de la población de la selva" peruana, y puntualizó que no rechazaban la paz "sino los enclaves comerciales concedidos a Ecuador".

Fujimori anunció que el viernes próximo se designarán las comisiones mixtas encargadas de preparar las condiciones para poner en ejecución el Acuerdo de Integración Fronteriza y el Tratado de Libre Navegación.

Una de las comisiones se encargará de fijar la ubicación de los dos centros comerciales que Ecuador instalará en territorio peruano, cerca del río Amazonas.

"Antes las comisiones se nombraban para dilatar las cosas, pero ahora se encargaran de acelerar la concreción de los instrumentos de integración, porque la amistad y la paz serán reforzadas por el incremento del comercio", afirmó Fujimori.

El mandatario subrayó que Perú y Ecuador, que vivieron enfrentados en "una paz armada interrumpida por guerras", gastaban unos 1.500 millones de dólares en armas, que ahora podrán destinarse a combatir la pobreza.

El ex secretario general de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuellar, principal líder opositor, opinó que la ceremonia del lunes entre Fujimori y Mahuad "no tiene la importancia histórica que se pretende darle, porque se trata sólo de enmendar el incumplimiento ecuatoriano de los términos del tratado de 1942".

Raúl Zevallos, dirigente de la Coordinadora Democrática Por la Defensa de Ucayali, creada para oponerse al Acuerdo de Paz, anunció este martes una nueva movilización popular el viernes 29, contra las concesiones comerciales y de navegación a Ecuador.

La oposición al Acuerdo de Paz es alta en los departamentos selváticos peruanos, cuya población siempre se ha sentido amenazada por las reinvindicaciones territoriales de Ecuador. Pero en Lima y en las ciudades de la sierra y la costa de Perú se tiende a aceptar la paz, aunque se critican las condiciones.

El sociólogo y ex parlamentario izquierdista Manuel Benza interpretó estas reacciones adversas al Acuerdo de Paz como resultado de las tensiones políticas generadas por la aspiración de Fujimori de postularse a una segunda reelección presidencial consecutiva en el año 2000.

"En otras circunstancias, la noticia del fin del conflicto limítrofe con Ecuador sería recibida con júbilo, pero los grupos políticos y la mayor parte de la población no quieren aceptar nada que pudiera favorecer la presunta reelección de Fujimori", señaló Benza.

"En consecuencia, el desgaste político de Fujimori afecta la aceptación popular plena de los términos de la paz concertada con Ecuador, pero el rechazo tiende a declinar y disminuirá en la medida que avance proceso de integración entre ambos países", vaticinó el sociólogo. (FIN/IPS/al/ag/ip/99

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