COLOMBIA: Un conservador y un comunista en busca de la paz

Los himnos de Colombia y de las insurgentes FARC marcarán este jueves el inicio del diálogo de paz entre el presidente Andrés Pastrana y el líder guerrillero Manuel Marulanda en San Vicente del Caguán, en el corazón de la selva.

Pastrana y Marulanda ingresarán simultáneamente al parque central del pueblo. "Nadie debe esperar a nadie", según el protocolo convenido para el encuentro del mandatario conservador y el jefe de la organización guerrillera más antigua de América. Mientras, la banda municipal interpretará los dos himnos.

San Vicente del Caguán es uno de los cinco municipios, con una superficie de 42.000 kilómetros cuadrados, en los que el gobierno ordenó un repliegue militar por 90 días, entre el 7 de noviembre y el 7 de febrero, para propiciar una salida negociada a la guerra civil que comenzó a mediados de este siglo.

Los detalles de la reunión, en especial la seguridad, fueron acordados por el alto comisionado de Paz, Víctor Ricardo, y los comandantes Joaquín Gómez, Raúl Reyes, y Fabian Ramírez, negociadores de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), de orientación comunista.

Complementando una policía cívica constituida de forma transitoria, guerrilleros vestidos de civil patrullan, desde el lunes, las calles de San Vicente de Caguán y las zonas aledañas.

Algunos cobran peaje a los vehículos para "arreglar las vías, porque si el gobierno no lo hace nos toca a nosotros", según una guerrillera.

El presidente Pastrana será protegido por entre 50 y 60 miembros de su escolta personal y se movilizará en un vehículo blindado. En cuanto a la seguridad de Marulanda, también conocido como "Tirofijo", hay hermetismo y, si bien se confirmó su asistencia, sólo el jueves habrá certeza al respecto.

"Hay condiciones de seguridad tanto para él como para mí. Yo, como presidente, estoy en condiciones de asumir ese compromiso", aseveró Pastrana, quien al principio había condicionado su asistencia a la del jefe de las FARC.

Todo parece listo para la reunión de carácter simbólico a la que el gobierno invitó al cuerpo diplomático acreditado en Bogotá y las FARC a 150 personalidades internacionales y colombianas.

La negociación formal, que las FARC plantea en cinco mesas de diálogo simultáneas en los municipios despejados, será posterior al encuentro con Pastrana, que hizo de la paz el eje central de su Presidencia, iniciada el 7 de agosto.

"Yo creo en la palabra de Tirofijo. Nos hemos creído y por eso las cosas han fluido. Desde el momento en que nos conocimos tenemos buena química personal", dijo el presidente a la revista Semana.

La primera reunión que sostuvieron el mandatario y el comandante guerrillero fue en julio, cuando Pastrana aún no había asumido como presidente pero ya había sido electo.

Al referirse a la modalidad de la reunión de este jueves, Pastrana dijo que no hay nada prefabricado.

"Vamos a discutir sobre el terreno, en forma espontánea. Es más, puede que ellos (los guerrilleros) cambien de negociadores como puede que cambiemos nosotros", explicó.

Como contraparte a los comandantes de las FARC, Reyes, Ramírez y Gómez, el gobierno designó este lunes a cuatro delegados, que son mayoritariamente del Partido Conservador, en el gobierno.

Se trata de los conservadores Fabio Valencia, presidente del Senado, Nicanor Restrepo, del empresarial Sindicato Antioqueño, y Rafael Espinosa, gobernador del departamento del Atlántico, y de la liberal Maria Ema Mejía, ex canciller y ex candidata a la vicepresidencia.

Tras banbalinas, otra figura de gran ascendiente sobre las dos partes es el ex ministro conservador Alvaro Leyva, asilado en Costa Rica, a quien la Fiscalía sigue un proceso por supuesto enriquecimiento ilícito atribuido a aparentes relaciones con el narcotraficante cartel de Cali.

"Alvaro es un hombre cercano a las FARC. Cree firmemente en el proceso, y no de ahora sino desde hace mucho tiempo. El puede llegar a jugar un papel muy importante", dijo Pastrana a Semana.

El presidente no descarta que en una etapa posterior el diálogo se realice fuera del país. "A mi no me importa que sean adentro o afuera de Colombia siempre y cuando haya negociaciones", dijo.

Pastrana también confirmó que en su visita a Cuba, que se celebrará entre los días 14 y 16, solicitará al presidente Fidel Castro que actúe como "facilitador" del proceso de paz.

"Más que decir si la guerrilla le hace caso o no al presidente Castro lo importante es que su gobierno tiene voluntad de ser facilitador de las conversaciones", comentó.

Es evidente que tanto el gobierno como la guerrilla tienen interés en el escenario internacional.

En agosto, al celebrarse la 12 cumbre del Movimiento de Países No Alineados, en Durban, Sudáfrica, Pastrana lanzó su propuesta de "diplomacia para la paz".

El mandatario conservador se reunió entonces con Castro, el mandatario sudafricano Nelson Mandela y con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, antagonistas ideológicos pero proclives a una salida política a la guerra civil colombiana.

Pastrana consideró el asunto con el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en dos reuniones que mantuvo con él en Washington. "Estados Unidos está respaldando claramente el proceso", dijo Pastrana al explicar que la paz y la lucha contra el narcotráfico "van de la mano".

"Si las FARC están dispuestas a erradicar los cultivos ilícitos, ¿por qué no buscar un desarrollo alternativo para esas zonas? En esa tesis también nos apoya el presidente Clinton", dijo.

Con unos 400 reporteros nacionales e internacionales acreditados para cubrir el acto al aire libre, cuya duración está prevista para hora y media, la expectativa por el curso que tengan los diálogos es creciente.

Pastrana encabeza el bando de los que apuestan todo a una resolución política de la guerra civil. "Soy totalmente optimista", dijo.

Los escollos de un proceso que la mayoría vislumbra prolongado y tortuoso se traslucen del mensaje de fin de año que las FARC divulgó desde México.

"Hay perspectivas esperanzadoras para todos los colombianos, se abre paso la propuesta de buscar salidas diferentes a la guerra para el conflicto social y armado que sufre nuestro pueblo hace más de 50 años", sostuvieron las FARC.

Al señalar que mantienen en alto sus banderas y sus armas, las FARC denuncian el terrorismo de Estado contra el movimiento social y advierten que "el imperio acecha y amenaza con intervenciones directas, bajo el pretexto, por nadie creído, de su lucha contra el narcotráfico (FIN/IPS/mig/mj/ip/98

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