Un subterráneo descubierto durante el allanamiento de la ex Colonia Dignidad en Chile confirmaría que allí habría funcionado un centro de detención y torutura durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).
Los primeros resultados del allanamiento ordenado hace una semana por el juez Juan Guzmán, quien se ocupa en Chile de las demandas contra Pinochet, reactivando investigaciones en el cuestionado enclave alemán creado en 1961 a unos 340 kilómetros al sur de Santiago, fueron difundidos por la prensa este sábado.
Su líder, Paul Shäfer, quien se encuentra prófugo, es acusado de violar a niños y jóvenes y de mantener un sistema de vida similar al de una secta en la ex colonia, también denominada Villa Baviera.
Las diligencias realizadas en la ex colonia buscaban comprobar la existencia de tumbas ilegales con restos de detenidos- desaparecidos y confirmar su funcionamiento como centro de tortura de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), que mantuvo detenidas allí a unas 60 personas durante la dictadura.
Guzmán investiga la desaparición de 38 personas que, según la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, fueron vistos por última vez en Villa Baviera.
Los opositores de Pinochet detenidos en el enclave señalaron al juez que en una de las celdas de este subterráneo se torturaba mientras se colocaba música clásica a alto volumen para que el resto de los detenidos no sintiera los gritos de las víctimas y las voces de los torturadores.
Ex presos políticos acompañaron a Guzmán en sus diligencias dentro de la villa y reconocieron el subterráneo de una bodega que almacena trigo como el lugar de su detención.
Los testigos señalaron al juez que durante su reclusión sentían el ruido de un río y de aviones. Con estas pistas fueron guiándolo hasta el subterráneo ubicado a 50 metros del río Perquilauquén y a 150 del aeródromo de la villa.
Las descripciones de los testigos coinciden con este subterráneo de 15 metros de largo por 12 de ancho, que estaba dividido en pequeñas celdas donde los prisioneros dormían encadenados.
Durante el allanamiento no se encontraron cadáveres y, según una investigación realizada por el diario chileno La Nación, el médico de la villa, Hartmutt Hopp, habría sacado los cuerpos del lugar para enviarlos a distintos cementerios del país.
Por este motivo se cree que los restos orgánicos encontrados por Guzmán durante los allanamientos no corresponden a detenidos- desaparecidos.
Si bien la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, que publicó en 1991 un informe sobre violaciones de los derechos humanos, señala que está comprobada la relación entre la DINA y la ex colonia, ésta será la primera vez que un juez comprueba la veracidad de los testimonios de las víctimas.
La secretaria general del Partido Comunista, Gladys Marín, pidió el viernes que se investigara el supuesto traslado de cadáveres y se interrogara a Pinochet, actualmente detenido en Londres a la espera del fallo sobre su extradición pedida por el juez español Baltasar Garzón por genocidio, terrorismo y tortura. (FIN/IPS/as/ag/hd/99
