VENEZUELA: El juego de equívocos del "sufragio a la venezolana"

Si escoges los rostros de estos dos candidatos, estarás votando por el contrario, y si rellenas el óvalo de aquellos tres, se contará nulo, repiten advertencias de última hora sobre el juego de equívocos en que se convirtió la crucial elección presidencial de este domingo en Venezuela.

Son 36 las boletas impresas en el llamado tarjetón electoral, con símbolos de los grupos que los respaldan y los rostros de los 14 candidatos que hasta hace 15 días competían por los comicios en que el favorito es el ex lider golpista Hugo Chávez y el único rival con posibilidades es el ex gobernador Henrique Salas.

Los dos partidos tradicionales del sistema imperante por 40 años que será enterrado este domingo, abandonaron sus candidatos y el martes y el miércoles postularon como su nuevo abanderado a Salas, un independiente crítico de los partidos, pero cuyas posibilidades se fraguan en esa inédita alianza.

En tanto, tres aspirantes sin chance alguno formalizaron su renuncia y un cuarto anunció el traspaso de su candidatura a Chávez pero no lo formalizó ante las autoridades electorales.

En Venezuela, la política está en crisis y 73 por ciento de la población culpa a los políticos de sus males, pero ser un candidato de relleno para cargos públicos es casi un deporte nacional.

"Uh, oh, votar en Venezuela es realmente complicado", comentó sin poderse contener Jimmy Carter, uno de los más de 300 observadores internacionales, al ver por primera vez el abigarrado tarjetón, en que pese a la mecanización del voto se busca atraer al elector mediante colores, símbolos y fotografías.

Venezuela estrena este año una nueva ley del sufragio que incluye un Consejo Nacional Electoral (CNE) de personalidades independientes, miembros escogidos por sorteo en las 23.000 mesas electorales y la mecanización del voto y el recuento, para evitar manipulaciones partidistas.

Rafael Parra, presidente del CNE, trataba de no enredarse cuando este sábado pretendía aclarar el galimatías en que todos estos movimientos convirtieron el ya complicado tarjetón de sufragio, con continuas apariciones por televisión.

También insistió una y otra vez que el elector sólo podrá llenar el óvalo de una de las tarjetas de cada candidato, después que los dos partidos tradicionales, Acción Democrática (AD) y Copei, buscaron sin éxito que valiera, como antes de la automatización, que se marcarán varias.

"La máquina leerá como nulo todo voto que se repita por un candidato, como leerá nulo el voto de cualquier candidato que haya formalizado su renuncia, no hay manera de que reconozca un voto doble por el mismo postulado", insistía Parra.

Sin tiempo, para reimprimir ese anacrónico tarjetón adaptado a la lectura óptica mediante óvalos para rellenar a cada lado de las tarjetas, la fórmula legal que queda para aclararle las cosas al confundido elector es la de la "fe de erratas", los anuncios por la prensa y los carteles en las mesas de votación.

El más traumático cambio fue el del socialdemócrata AD, que en los comicios legislativos de noviembre conservó su primer lugar aunque con un menguado 24 por ciento y el nuevo partido de Chávez, el Movimiento V República, pisándole los escaños.

AD abandonó hace una semana a su otrora férreo "caudillo" Luis Alfaro, hundido en los sondeos, para apoyar a Salas, por una imposición de sus gobernadores recién electos, que siempre lo han sentido como un líder de la descentralización que encarnan.

Pero Alfaro, de 77 años, no renunció y reclamó la pertenencia de la tarjeta que durante los 40 años de democracia ha estado "arriba y a la izquierda" con su distintivo color blanco.

Esa rebeldía le valió la expulsión, el lunes, y fue dirimida por el CNE, que decidió unánimemente que la razón legal era de AD, en lo que Chávez y dirigentes adeptos han criticado ácidamente. Por ello, quien marque la tarjeta blanca estará votando por Salas, y así lo contarán las máquinas.

Pero no tienen nada que temer los fieles de Alfaro. Podrán votarle en otras seis tarjetas de minifuerzas que buscaron sobrevivir sumándole algún sufragio a quien impuso en AD purgas ante cualquier disenso y ahora recibió de su propia medicina.

Chávez gana a Alfaro y es el rey del tarjetón, al contar con nueve boletas mediante las cuales fuerzas de izquierda, el MVR, grupos de empresarios proteccionistas y vestigios de la última dictadura (1948-1958) reclaman con su fotografia la atención de los 11 millones de electores.

Irene Sáez, la ex alcaldesa de un municipio de Caracas famosa por haber sido Miss Universo, tenía cinco tarjetas con su cara de "Barbie" y su rubia melena, pero se quedó con cuatro, después que el segundo partido del sistema representantivo establecido, el socialcristiano Copei, se fugó con Salas.

Sáez devolvió la tarjeta -"nunca me perteneció", dijo- no sin antes hacerle el máximo daño que pudo a Copei por su desplante, al declararse abandonada por el partido que se casó con ella cuando reinaba en los sondeos y se divorcia cuando lo que creyeron portaviones se demostró un submarino.

Sáez intentó que se tachase de la tarjeta de Copei su cara en los 15 millones de tarjetones ya repartidos por los 8.000 centros de votación, aduciendo una "virtual oferta engañosa", pero una vez más el programa de las máquinas impidió hacerlo.

Lo que las máquinas no evitarán es que si Salas llega a dar la sorpresa de vencer a Chávez, desmintiendo a todas las encuests, el antiguo comandante y el Polo Patriótico que lo respalda, impugnen los comicios, bajo la premisa de que habría sido gracias a la tarjeta blanca de AD.

Chávez dijo que era ilegal que se adjudicaran los votos de AD a Salas sin la renuncia previa de Alfaro, y sintetizó su opinión sobre los cambios de última hora diciendo: "en lugar de una fe de erratas, esto es una ilusión de ratas". (FIN/IPS/eg/ag/ip/98

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