El Ministerio de Salud de Perú entrenó y contrató a 130 prostitutas para que promuevan entre sus colegas conocimientos y actitudes responsables como medio de frenar el contagio del sida.
Algunas de ellas, como Techi, que ejerce la prostitución hace cinco años, demuestran tener condiciones y creatividad en su tarea como promotoras de salud.
"De niña me gustaba escribir poemas y cuentos, pero dejé de hacerlo. Ahora uso mi habilidad para convencer a mis compañeras. Tomo mis vivencias y construyo historias que tienen que ver con el sida y otros males", dijo Techi, que dedica cuatro horas tres veces por semana a su nueva labor.
"Nosotras creemos que nadie nos puede querer porque trabajamos en esto, que no le importamos a nadie, que no interesa a la gente si nos enfermamos o morimos. Pero creo que mis historias sí las conmueven y convencen", expresó Techi.
La médica Ada Mejía, de la organización no gubernamental Vía Libre, trabaja con el Ministerio de Salud en el programa que emplea a meretrices como promotoras sociales. "Ochenta por ciento de las prostitutas en Lima son jefas de familia, tienen de tres a cuatro hijos y una muy baja autoestima", comentó.
"Es difícil para el personal del Ministerio de Salud acercarse a ellas, pero quienes se dedican a la misma actividad hablan su lenguaje y tienen mejores posibilidades para abordarlas y persuadirlas", explica.
De las 8.000 personas que ya desarrollaron el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en Perú, 65 por ciento viven en Lima y Callao. El segmento de población mas afectado es el de los varones jóvenes de entre 20 y 29 años.
Se calcula que otras 50.000 a 70.000 portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que todavía no presentan los síntomas ignoran su condición.
Si bien las prostitutas no figuran entre los grupos sociales que sufren mayor incidencia de sida, según las estadísticas oficiales en Perú, se las considera un sector de atención preventiva prioritaria por su potencialidad para la transmisión de la enfermedad.
Se calcula que cada una de ellas atiende a un promedio de cinco clientes por día. Considerando un día de descanso por semana, se estima que tienen 120 contactos sexuales por mes, 1.400 al año.
El programa de difusión preventiva entre prostitutas en el que participan las 130 trabajadoras sexuales, denominado "Educadores de Pares", se desarrolla hace 18 meses.
Según las autoridades, el programa logró mantener por debajo del uno por ciento la prevalencia del sida entre las 41.000 prostitutas de Perú, lo cual lo ubica como el país con menor incidencia de la enfermedad en ese sector de la población.
Patricia Segura, encargada del Programa de Control de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida del Ministerio de Salud, señaló que primero se hizo un estudio de las zonas de Lima con mayor índice de prostitución y se ubicaron 151 puntos, entre calles y establecimientos.
Luego, el Ministerio contrató a la organización no gubernamental Vía Libre.
"Esa organización ya era conocida porque daba ayuda sin hacer preguntas ni pedir identificación. Le encargamos que detectara líderes entre las trabajadoras sexuales y que tratara de captarlas", explicó Segura.
Primero se seleccionó a 20 mujeres que trabajan en prostíbulos de Lima y Callao, que participaron en talleres de capacitación en prevención del sida y otras enfermedades de transmisión sexual.
"Lo que se les da es muy poco en comparación con lo que pueden ganar desempeñando su oficio, apenas unos 80 dólares mensuales por tres medios días semanales, pero nos hemos dado cuenta de que no es el pago lo que más les interesa", añadió.
"Siempre tuve miedo al sida. Ayudar a mis compañeras me hace sentir mejor, más humana. El dinero no lo hace todo. Quizás con plata puedo comprar una casa, pero no un hogar… Sé que si me cuido no solo protejo a mi cliente sino también a mi propia familia", dijo Techi al respecto.
Techi y las otras prostitutas-promotoras de salud salen a las calles provistas de una buena cantidad de condones. Deben entregar por lo menos cuatro a cada una de las trabajadoras sexuales que contactan y enseñarles "técnicas" para negociar con sus clientes el uso del preservativo.
"Eso es importante, porque la mayoría de los hombres que recurren prostitutas se niegan a utilizar preservativos, y muchas veces ofrecen pagar más dinero si no tienen que utilizarlos", dijo Mejía.
También distribuyen "tarjetas de derivación", con las cuales las prostitutas pueden acudir a alguno de los tres centros médicos de Vía Libre en Lima y Callao, que llevan una numeración que permite calcular a cuántas mujeres deriva cada promotora.
Desde que se inició el programa, se han brindado 28.598 atenciones especializadas para diagnosticar o tratar enfermedades de transmisión sexual en los 17 centros de referencia habilitados en distintas ciudades del país. (FIN/IPS/al/mj/he hd/98