Seis países expresaron fuertes reservas acerca de la prohibición del empleo de niños como soldados, que se propone como enmienda de la Convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Corea del Sur, Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel, Kuwait y Pakistán objetaron la enmienda, oficialmente denominada "protocolo opcional", que fijaría los 18 años como edad mínima para el reclutamiento militar y la participación en conflictos armados.
"Estados Unidos es el opositor más fuerte" al proyecto, señaló Jo Becker, portavoz de la Campaña Estadounidense contra el Empleo de Soldados Niños, una coalición de 40 organizaciones no gubernamentales (ONG), muchas de ellas dedicadas a la defensa de los derechos humanos.
El reclutamiento de niños para la milicia "es una de las tendencias más alarmantes y trágicas en la guerra moderna", advirtió la coalición en una carta enviada esta semana al presidente estadounidense Bill Clinton.
La carta expresó una "profunda desilusión" ante la posición de Washington sobre el asunto. Estados Unidos acepta el ingreso voluntario a las Fuerzas Armadas a los 17 años, con permiso paterno, y a eso se deben las objeciones a la enmienda de sus delegados ante la ONU.
Entre los firmantes del mensaje a Clinton figuran William Schultz, de Amnistía Internacional, Kenneth Roth, de Human Rights Watch, y Joan Brown Campbell, del Consejo Nacional de Iglesias.
También firmaron Robert Muller, de la Asociación Estadounidense de Veteranos de Vietnam, David Pruitt, de la Academia Estadounidense de Psiquiatría de Niños y Adolescentes, y Charles Lyons, de la comisión estadounidense para el Fondo de la ONU sobre la Infancia (Unicef).
Un grupo de trabajo de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU elabora desde 1994 el borrador de normas internacionales para proteger a los niños de la guerra. Fue este grupo el que impulsó el "protocolo opcional", que eleva a 18 años el actual mínimo de 15 para el reclutamiento militar.
El grupo, de 50 integrantes, tiene previsto reunirse en Ginebra el 15 de enero, pero Becker cree que demandará al menos otro año negociar un texto aceptable para todos. Esto es indispensable, ya que sólo se pueden adoptar decisiones por consenso.
En octubre, el Congreso de Estados Unidos aprobó una resolución presentada por el senador demócrata Paul Wellstone, pidiendo al gobierno que no se oponga a los esfuerzos internacionales por fijar los 18 años como edad mínima para participar en combate.
En su mensaje a Clinton, la coalición de ONG señaló que determinar esa edad mínima para el reclutamiento y la participación en un conflicto armado estaría de acuerdo con otras normas internacionales que garantizan especial cuidado y protección a los menores de 18 años.
Además de la propia Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, existen tratados internacionales que prohiben la participación de menores de 18 años en trabajos peligrosos, y la ONU fijó esa edad mínima para la incorporación a fuerzas de mantenimiento de la paz.
La Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU fue ratificada por una abrumadora mayoría de los países miembros, con sólo dos excepciones: Estados Unidos y Somalia.
Las ONG indicaron a Clinton que la mayoría de los soldados niños son demasiado jóvenes para comprender o resistir la violencia de la guerra.
"Si bien muchos de los jóvenes reclutas comienzan como mensajeros o portadores, es frecuente que terminen en la primera línea de fuego", agregaron.
La coalición también sostuvo que a algunos niños soldados se les asignan tareas especialmente peligrosas, como entrar a campos minados precediendo a los soldados mayores, e incluso misiones suicidas. Otros han sido obligados a cometer atrocidades contra sus propios familiares y parientes.
"Por su inexperiencia e inmadurez, entre esos niños hay muchas más bajas que entre los adultos. A menudo, los que sobreviven quedan marcados física o psicológicamente. Y como generalmente carecen de educación o habilidades para conseguir empleos civiles, su futuro es problemático", concluyó.
La coalición de ONG denunció que por lo menos 44 países siguen reclutando niños para el ejército. Entre ellos están Australia, Brasil, Canadá, Cuba, Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda, India, Israel, Italia, Japón, México, Namibia y Pakistán.
La ONU estimó que hay entre 300.000 y 500.000 soldados niños en todo el mundo, incorporados a ejércitos regulares y grupos armados irregulares.
Estados Unidos expresó el año pasado fuertes reservas ante una resolución de la Asamblea General de la ONU que pidió terminar con el empleo de niños en ejércitos nacionales.
El embajador estadounidense Seth Winnick dijo en aquella ocasión que su país ha permitido durante medio siglo el alistamiento voluntario en las Fuerzas Armadas, con permiso paterno, y que no prevé cambios de su legislación o práctica en la materia. (FIN/IPS/trad-en/td/mk/ego/mp-ff/hd/98