LIBERIA: Temen más violencia de la policía secreta contra civiles

El proceso en Liberia contra 32 personas acusadas de traición, iniciado en noviembre, despertó el temor de que la policía secreta desate una nueva ola de violencia contra los opositores al presidente Charles Taylor.

Entre los acusados figuran dos dirigentes del Movimiento Unido de Liberación de Liberia para la Democracia (ULIMO), ambos de la facción ULIMO-K: Alhaji Kromah, de la etnia mandingo, y el general Roosevelt Johnson, de la etnia krahn.

También se imputa traición al general Prince Yormie Johnson, ex líder del Frente Patriótico Nacional Independiente (del cual proviene el presidente), y a Ellen Johnson-Sirleaf, a quien Taylor acusa de pedir apoyo internacional para derrocarlo.

Sólo 15 de los 32 acusados han comparecido en el Tribunal A del fuero penal, en Monrovia. Los demás están fuera del país y serán juzgados en rebeldía, informaron funcionarios del gobierno.

Roosevelt Johnson escapó de Liberia tras los enfrentamientos armados del 18 y 19 de septiembre, en los cuales unas 300 personas, en su mayoría de la etnia krahn, murieron a manos de la temida Unidad Especial de Seguridad (SSU), policía secreta de Taylor.

La violencia estalló cuando agentes de la SSU intentaron arrestar a Roosevelt Johnson por supuesta posesión ilegal de armas.

Segun el Acuerdo de Abuja, que puso fin a ocho años de guerra civil en 1997, la responsabilidad de recolectar las armas de las distintas facciones no correspondía al gobierno sino a la fuerza de paz (ECOMOG) de la Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental (ECOWAS).

Roosevelt Johnson se refugió en la embajada de Estados Unidos en Monrovia. Cuatro de sus partidarios resultaron muertos cuando las fuerzas de Taylor abrieron fuego en territorio de la embajada, y dos estadounidenses fueron heridos.

Personal de la ECOMOG e infantes de marina estadounidenses llevaron a Johnson a Nigeria, tras un acuerdo entre los gobiernos de Estados Unidos y Liberia.

Siete de los acusados de traición, que comparecieron el 12 de noviembre, no pudieron reunir los 600.000 dólares que se les exigía para pagar su defensa. "Estamos incapacitados financieramente", dijo el abogado defensor Charles Breeze, un ex ministro, en defensa de sus colegas.

Benedict Sannon, del Centro para la Enseñanza de la Ley y los Derechos Humanos, con sede en Monrovia, aceptó defender a los acusados sin cobrar honorarios.

Otro acusado, James Chelley, dijo que desde septiembre tiene prohibido leer diarios y escuchar la radio. Los periodistas que cubren el proceso no pueden llevar al tribunal equipos de grabación ni cámaras fotográficas.

Según algunos liberianos, la finalidad del juicio es eliminar a los opositores políticos de Taylor de la etnia krahn, a la que pertenecen más de 75 por ciento de los acusados.

El jefe de la Policía, Joe Tate, confirmó que muchos de los acusados son ex funcionarios del régimen de Samuel Doe, también krahn, quien tomó el poder en 1979 y lo mantuvo hasta ser asesinado en 1990 por las tropas de Prince Johnson.

El año pasado, cinco meses después de que Taylor ocupara el gobierno, su principal rival, Samuel Dokie, fue asesinado junto con su esposa, una hermana y otros miembros de su familia. Esas muertes son atribuidas a agentes de la SSU.

La tensión ha ido en aumento desde la audiencia del 12 de noviembre, porque los agentes de la SSU aterrorizan casi a diario a civiles indefensos en Monrovia.

Las fuerzas de paz protegieron a los liberianos durante la guerra civil, que causó unas 250.000 muertes, pero hoy tienen poca presencia en el país, y los espantados civiles han quedado en manos de los antiguos rebeldes.

Taylor ha impedido que la ECOMOG organice y entrene a un nuevo ejército nacional antes de retirarse, cumpliendo el papel que se le asignó el Acuerdo de Abuja.

Muchos temen un nuevo baño de sangre. "No estoy satisfecha con lo que sucede en Liberia. Espero que estos hombres entren en razones y permitan que prevalezca la paz", dijo la antecesora de Taylor, Ruth Perry, en una conferencia de paz realizada en noviembre en Estados Unidos.

"Necesitamos que la ECOWAS sea muy firme y asegure que el gobierno de Liberia cumpla los acuerdos que firmó", agregó Perry.

Desde los enfrentamientos de septiembre la seguridad se ha deteriorado a cada minuto. Taylor anunció el día 26 el cierre de fronteras con Sierra Leona, alegando que liberianos exiliados en ese país planeaban derrocar a su gobierno.

El anuncio, realizado mediante la radio oficial de frecuencia modulada, expresó que, según informes recibidos por las autoridades, se planeaba una invasión desde Sierra Leona con 5.000 personas armadas, para derribar a Taylor en una operación llamada "Diciembre Negro".

"Cada vez que Taylor comienza a aullar como un lobo, quiere decir que desea llevar a cabo algún acto siniestro contra sus supuestos enemigos", declaró a la prensa el jefe de la ECOMOG en Liberia, brigadier general Maxwell Khobe. (FIN/IPS/trad- eng/jc/mn/ego/mp/ip hd/98

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