VENEZUELA: EE.UU. y Chávez se entienden en contactos secretos

Estados Unidos y el candidato presidencial favorito en Venezuela, Hugo Chávez, han comenzado a entenderse y Washington ya no ve como un peligro la llegada al poder del ex comandante golpista, según revelaciones de la revista Primicia.

Figuras cercanas a la administración de Bill Clinton y "lobbistas" de alto nivel sostuvieron contactos privados con Chávez durante agosto en Caracas, destinados a distender las relaciones después que Washington negó dos veces la visa al candidato por haber intentado un golpe de Estado en 1992.

Primicia revela en su edición de esta semana, según el anticipo brindado a IPS, un memorando secreto para el embajador estadounidense John Maisto, en que dos directivos del grupo promotor The Americas Group, le relatan los buenos resultados de una segunda y larga cena con Chávez, el 26 de agosto.

Chávez aglutina una intención de voto de 44,8 por ciento, según la última encuesta nacional sobre las elecciones presidenciales del 6 de diciembre, que serán antecedidas el próximo domingo por los comicios regionales y legislativos, en los que se produciría un revolcón del piso político local.

Maisto sostuvo en septiembre un largo desayuno con Chávez, dentro de intensos contactos del candidato del Polo Patriótico de grupos de izquierda y militares que participaron en las dos asonadas de 1992 y varios de sus asesores con representantes del Departamento de Estado y otros poderes de Washington.

Clinton y el presidente argentino Carlos Menem "hablaron muy bien de Chávez" durante su encuentro en Washington en octubre, reveló también uno de los mayores intermediarios de los contactos secretos con el teniente coronel retirado de 44 años, el también candidato presidencial Ignacio Quintana.

Quintana, un empresario muy ligado a intereses estadounidenses que es uno de los aspirantes sin posibilidades a la presidencia, aseguró que "eso lo tengo absolutamente constatado".

Luis Miquelena, una de las figuras más cercanas a Chávez y que participó en todos los encuentros, indicó a Primicia que una delegación llegada de Estados Unidos también se encontró con el equipo económico del candidato y "quedó claro que no habrá ninguna emboscada" en materia financiera.

En la cena del 26 de agosto participaron Howard Glicken, muy cercano al vicepresidente Al Gore y quien recolectó fondos para éste y Clinton en su campaña de reelección, y el ex embajador estadounidense en Argentina, James Cheek, ahora promotor de negocios en ese país.

En el memorando confidencial de Glicken a Maisto del 16 de septiembre, que sigue a otro enviando sobre el primer encuentro, el 17 de agosto, se asegura que Chávez "está muy deseoso de establecer una relación de credibilidad, de diálogo y de trabajo con Estados Unidos".

Amplios sectores de los operadores financieros e inversores asentados en Nueva York han asegurado que el masivo retiro de capitales a lo largo de este año de Venezuela obedece a un "efecto Chávez", ante el temor por las políticas económicas de intervencionismo estatal y proteccionismo.

Glicken calificó a Chávez como franco, realista, conocedor de sus insuficiencias, inteligente e insaciable en su solicitud de insumos, "ubicado firmemente en el centro" pese a que sea percibido como extremista y muy receptivo a las críticas.

También aseguró que en los dos encuentros por largas horas, el segundo en casa del candidato Quintana, Chávez evidenció ser "cándido en cuanto a su necesidad y deseo de obtener ayuda y consejo, especialmente por parte de Estados Unidos".

El memorando califica como "muy maleable y receptivo" a la figura que parte del electorado apoya como "vengador" ante los responsables de las lacras del modelo político vigente desde 1958, que "arrase" según su oferta con los partidos tradicionales y lo "rescate" de su estado de pobreza.

También asegura que Chávez, al contrario de sus intervenciones públicas, no está orgulloso del alzamiento del 4 de febrero de 1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

Según el memorando, la reiterada explicación de Chávez sobre aquella acción, fue que entonces él "era un pobre muchacho del campo, educado y entrenado por los militares", que "quería sacar al país de la corrupción y no conocía otra manera de producir cambios".

Glicken, en el documento refrendado también por Cheek, añadió que Chávez agregó que "cuando vió que se estaba produciendo un baño de sangre, decidió ponerle fin y retirarse", entregándose a las fuerzas leales en Caracas, cuya toma estaba a su cargo.

"Lamenta profundamente su acción y ahora sabe que esa no es la vía para conseguir los cambios", concluye en ese aspecto Glicken.

Para los interlocutores estadodunidenses, Chávez mostró su posicion pro-democracia, pro-negocios, pro-privatizaciones, pro- inversiones extranjeras y pro-transparencia, aunque sea consciente de que ha asustado a la comunidad internacional con pronunciamientos apresurados. (FIN/IPS/eg/ip/98

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