GUATEMALA: Satélite revela deforestación en biósfera maya

Los satélites que monitorean los bosques de Petén, en el norte de Guatemala, para registrar el avance de la frontera agrícola que amenaza las zonas de reserva de esa región, detectaron 2.000 hectáreas deforestadas en los últimos dos años.

La Administración de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), en coordinación con la organización no gubernamental (ONG) Conservación Internacional Pro Petén, realizaron un monitoreo satelital de las cerca de dos millones de hectáreas de selva que conforman la Reserva de la Biósfera Maya.

La Reserva de la Biósfera Maya está formada por una combinación de grandes extensiones de bosques con cientos de sitios arqueológicos que la hacen única en el mundo, pero su mayor amenaza es la tala de árboles por campesinos que tratan de conseguir tierras para la agricultura y la ganadería.

Steven Sader, miembro del equipo científico de la NASA y director del Departamento de Manejo Forestal de la Universidad de Maine, presentó un informe según el cual no se ha logrado detener la deforestación en la Reserva, en especial en los parques nacionales, biotopos y áreas protegidas.

Sin embargo, en el caso del parque nacional Laguna del Tigre, su deforestación se duplicó en los dos últimos años, pasando de 0,28 a 0,57 por ciento por año. Según Sader, la principal causa de deforestación son las carreteras y entradas a las áreas protegidas y parques nacionales.

"Si el ser humano no puede ingresar a los bosques, no existe la posibilidad de deforestar los lugares protegidos", señaló.

El informe determinó también que la deforestación ha alcanzado el biotopo del cerro Cahuí en 0,26 por ciento, mientras que la depredación en su zona de amortiguamiento es de 3,28 por ciento, demasiado alta para frenar la frontera agrícola.

Según el científico, la mayoría de parques nacionales y biotopos ubicados en el extremo este de la Reserva de la Biósfera Maya tuvieron una mínima deforestación y esto se debe a la falta de caminos, "lo cual es un buen paso".

También por primera vez desde 1986, cuando la NASA inició el monitoreo de la Reserva, se detectó pérdida de aproximadamente nueve hectáreas de área boscosa en el parque nacional Tikal.

El departamento de Petén posee más de 15.000 kilómetros cuadrados de bosque tropical subhúmedo, pero las prácticas agrícolas inadecuadas, la precariedad en la tenencia de la tierra y el escaso apoyo institucional en la zona contribuyeron a la degradación de la riqueza natural y cultural de la región.

En 1990, el gobierno autorizó la protección legal de 1,6 millones de hectáreas que conforman la Reserva de la Biósfera Maya, cuyo manejo se encargó al Consejo Nacional de Areas Protegidas (CONAP), cuya misión es fomentar un manejo sustentable de los recursos de la región para lograr su conservación.

La Reserva, además de sus Zonas Núcleo, donde sólo se permite la investigación científica y el turismo de bajo impacto, tiene establecidas una Zona de Usos Múltiples, reserva extractiva de 850.000 hectáreas donde se permiten varios usos del suelo, y una Zona de Amortiguamiento de casi 500.000 hectáreas.

Es en estas zonas donde se permiten actividades económicas sustentables para evitar que la presión humana cause daños a las áreas de alto valor ecológico que están bajo protección especial.

En 1992, la Secretaría General de Planificación pronosticó que sin intervención, todo el bosque tropical de Petén desaparecería para el año 2010.

Sader indicó también que cada dos años la NASA entrega un informe del comportamiento de los bosques peteneros, con el fin de dirigir y encontrar los mecanismos para lograr los trabajos eficientes de conservación.

"Lo determinante es que los bosques que aún existen no se conviertan en accesibles, para poder conservarlos, pero más importante aún es que todas las instituciones realicemos un trabajo conjunto y comprendamos lo que representa la Reserva de la Biósfera Maya para toda América", dijo el experto.

Juventino Gálvez, coordinador del CONAP, dijo que se diseñó un programa de vigilancia que incluye la presencia de 300 guardarrecursos en la Reserva y 24 puestos de control distribuidos en toda la región.

Después de lograr que la deforestación se mantenga estable, el reto será disminuir la tasa de destrucción y añadió que "lo ideal sería que en las Zonas Núcleo no hubiera pérdida de selva".

Carlos Sosa, de Conservación Internacional Pro Petén, indicó que esta Reserva debería ser considerada como una unidad económica de valor para el país y se tendrían que impulsar actividades económicas, como el ecoturismo, para que las comunidades se beneficien directamente. (FIN/IPS/cz/ag/en/98

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