El huracán Mitch, que devastó América Central, dejando un saldo de más de 25.000 víctimas ente muertos y desaparecidos, recordó a la región la falta de atención dada por los gobiernos a los problemas del deterioro ambiental.
Un informe conjunto de organizaciones no gubernamentales, la Organización de las Naciones Unidas e instituciones financieras internacionales divulgado el día 2 en esta capital destacó que la deforestación y la erosión del suelo aumentan en América Central.
"Los bosques desaparecen a un ritmo de 388.000 hectáreas por año y la pérdida de suelo es la norma debido a la falta de planificación de la agricultura, la minería y la construcción de represas hidroeléctricas", aseguró el informe, Estado del ambiente y los Recursos Naturales en América Central 1998.
El documento fue producido por la Comisión Centroamericana sobre Ambiente y Desarrollo, la Organización de Estados Americanos, el Instituto Recursos Mundiales, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Banco Mundial, la Unión Mundial de Conservación y la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID).
En gran parte, la situación ambiental se deterioró debido a que las leyes internacionales existentes, o las regulaciones en los países de América Central no fueron cumplidas o resultaron ineficaces, agregó el informe.
"La legislación actual es deficiente, incongruente y duplicada, la mayoría de las leyes no son reguladas y tienen lagunas", indicó.
A pesar de la aprobación de legislación ambiental general en casi todas las naciones en la década de 1990, las regulaciones son fragmentadas y se relacionan a recursos naturales individuales en lugar de tener un foco más holístico.
El juego de la pobreza y la distribución desigual de la tierra es otra causa de problemas ambientales en la región.
En el sector rural, la concentración de la tierra es mayor que la revelada por las estadísticas. "Las mejores tierras son ocupadas por quienes tienen los medios y la tecnología, dejando a los pobres en la tierras de mala calidad de las laderas", indicó el informe.
Esta presión causa en tierras frágiles "deforestación y altos niveles de erosión y pérdida de suelo que afectan la región.
América Central poseía siete por ciento de la biodiversidad del mundo, y es una de las regiones más ricas en términos de variedad de especies de plantas y animales. Muchas especies, incluyendo muchas ranas y una especie de águila sólo se encuentran en esta región.
En los últimos años, a medida que la pérdida de hábitats y la deforestación resultaron obvios, los gobiernos mapearon reservas protegidas en que estas especies podrían refugiarse.
Pero esto no impidió la desaparición de 44 hectáreas por hora de bosques centroamericanos, incluyendo tierras protegidas, indicó el informe.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó que, entre 1990 y 1995, la región perdió 2,284 millones de hectáreas de bosques.
Las especies se extinguieron y la vida silvestre quedó aislada y fragmentada en pequeñas reservas. Estas poblaciones fueron especialmente vulnerables a enfermedades y desastres naturales, como inundaciones e incendios.
El informe recomienda la formación de un "corredor mesoamericano" que conecte las reservas naturales desde Panamá hasta Guatemala.
Esta conexión impediría que especies de fauna y flora queden atrapadas en pequeñas reservas y permitiría su reproducción y evolución, como lo hicieron durante miles de años en toda América Central.
El informe reconoció que la pobreza de América Central obligó a la gente a talar los bosques para obtener leña o para trabajar la tierra e instó a los gobiernos a aumentar las oportunidades de empleo y educación.
Otro problema para el ambiente fue la contaminación causada por vehículos motorizados, la industria y la generación de energía a través de la quema de petróleo y gas, según el informe.
Aunque América Central emite mucho menos dióxido de carbono y otros "gases invernadero"-a los que se atribuye el incremento de la temperatura mundial- que los países industrializados, la contaminación del aire sigue siendo un problema importante en muchas zonas urbanas de la región.
América Central no utiliza el tipo de "tecnologías limpias" empleadas en Europa y América del Norte que redujeron las emisiones de dióxido de azufre y de óxido nitroso, los químicos responsables de causar la lluvia ácida.
El plomo de la gasolina y las industrias también contaminó el paisaje urbano, indicó el informe.
El informe también advirtió que la escasez del agua y la mala calidad del elemento serán uno de los problemas ambientales más urgentes de la región en el próximo siglo.
"Ahora, a causa de las inundaciones, todos se preocupan por el exceso de agua en América Central, pero la gran crisis ambiental del futuro será la falta de agua", dijo Kirk Rodgers, ex director de la Unidad de Desarrollo Sustentable y Ambiente de la Organización de Estados Americanos.
La escasez se debe a "la mayor demanda de agua y el incremento demográfico, principalmente en zonas urbanas y la región del Pacífico de América Central, donde hay menos agua disponible que en el lado del Atlántico", precisó el informe.
La calidad del agua es otro problema. La falta de acceso al agua potable sigue siendo una causa importante de enfermedad en la región.
Entre 60 y 80 por ciento de las enfermedades se atribuyen a la mala calidad del agua, ya que más de 95 por ciento de las aguas servidas municipales y los residuos industriales se arrojan a los sistemas fluviales sin tratar, explicó el informe. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp-aq/en/98