La historia del jefe Bai Bureh y su enfrentamiento con los colonialistas británicos revivieron en los teatros de Sierra Leona, pero los elogios de algunos espectadores contrastaron con críticas al retrato que la obra hace de Africa.
El autor y director de "Bai Bureh va a la guerra", Abu Noah, argumentó que este jefe fue uno de los primeros luchadores por la libertad en este continente, y rechazó la interpretación de algunos historiadores europeos que lo consideran "una muestra de la forma en que los africanos rehúsan obedecer a la autoridad".
Bai Bureh y las tropas colonialistas se enfrentaron en 1898 en Kasseh, en el norte de la actual Sierra Leona, tras la negativa del jefe africano a pagar un "impuesto de choza" a los británicos.
La obra montada por el grupo de teatro Mount Everest Cultural Company se ha presentado en varios teatros de Freetown, donde los espectadores asisten a una revisión de los acontecimientos históricos que generaron la guerra por el impuesto.
Además, sugiere que Bai Bureh logró derrotar a los cañones con la fuerza de sus ancestros y de la brujería. Unos 80 intérpretes danzan, tocan música y cantan sobre el escenario, donde representan escenas de idolatría, magia e incluso de sacrificios humanos.
Para los espectadores, en especial para quienes no son africanos, la obra muestra antiguos valores y costumbres, pero los críticos arremetieron contra Noah por tratar de vender la imagen del "lado negro barbárico y ya superado" de Africa.
"La obra debió titularse 'Bai Bureh sacrifica una virgen' porque solamente se concentra en su afición a los sacrificios humanos, el canibalismo y la brujería, justo cuando nuestro país requiere modernidad y desarrollo", dijo el crítico de arte Mohamed Sasay.
Otro crítico de Freetown, Joseph Cole, dijo que la obra es "aficionada, primitiva y está desfasada con respecto a la realidad contemporánea".
Cole dice que Noah recrea "el pasado oscuro de Africa y plantea a los espectadores que deberíamos sentirnos orgullosos de los sacrificios humanos, la idolatría y el canibalismo".
"Pero colocar esos elementos en escena revela que no aprendimos nada de la crueldad de nuestra historia actual, plagada de calamidades, terror y asesinatos masivos de personas inocentes", afirmó.
Una de las escenas más polémicas se produce en el tercer acto con el sacrificio de una muchacha virgen, requerido por los dioses a través de un oráculo. Esta ofrenda habría garantizado el triunfo sobre las tropas coloniales.
La crueldad atribuida a esos tiempos resultó reflejada en Sierra Leona en tiempos recientes, cuando una junta militar gobernó este país en medio de increíbles actos de violencia contra las personas antes de ser derrocada en febrero de este año por una fuerza de paz de Africa occidental, ECOMOG.
Los opositores de esa junta eran detenidos o torturados e incluso los ejecutaban en pleno día, mientras que sus cuerpos eran mutilados y exhibidos en las calles.
"¿Acaso queremos decirle al mundo que hemos sido unos bárbaros desde la época de la colonia? La escena del sacrificio humano es repugnante", dijo la crítica Janet Bayoh.
Pero los extranjeros tienen otra visión. "Aprendí mucho sobre tradiciones y costumbres", comentó el alto comisionado británico Peter Penifold.
La directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Sierra Leona, Elizabeth Luanga, consideró que la obra "muestra la cultura de este país y enseña las virtudes de la vida familiar".
La esposa inglesa de Noah, Michaela, quien lo asistió en la producción, consideró que los críticos "tratan de distorsionar lo que en realidad es una muestra de la belleza, diversidad, riqueza y valores de una cultura civilizada". (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/mk/lc-ml/cr/98