RUSIA: Protesta nacional convocará a millones de manifestantes

Mineros, líderes sindicales y la oposición dominada por los comunistas amenazan con paralizar este miércoles a Rusia con una protesta nacional en reclamo de salarios adeudados y en contra del gobierno.

El Kremlin se encuentra impotente ante el agravamiento de la crisis económica, y activistas de la oposición predicen que hasta 36 millones de personas saldrán a las calles este miércoles en la "Día de Protesta Toda Rusia".

En un "ensayo" del evento, manifestantes liderados por comunistas construyeron barricadas en torno a Moscú la semana pasada.

Ignorando un pedido del gobierno para detener la desobediencia civil, el Partido Comunista organizó bloqueos simbólicos de tres minutos en las autopistas, en los que participaron unas 1.000 personas, la mayoría científicos de centros académicos en los suburbios de la capital.

Unos 10.000 estudiantes se sumaron con demostraciones en todo el país contra el deterioro de las condiciones de vida y académicas.

Sindicatos rusos amenazaron durante largo tiempo con lanzar una huelga nacional para protestar contra salarios no pagos y el programa de austeridad del gobierno. Ahora, "si el gobierno quiere la guerra total, la tendrá", según dijo Andrei Issayev, secretario de la Federación Rusa de Sindicatos (RFTU).

La desilusión general tras siete años de dolorosas reformas post-soviéticas no cristalizó en protestas masivas, pero esta vez el Partido Comunista, el más numeroso en el parlamento, se propone respaldar activamente la protesta nacional.

Según el líder comunista Gennady Zyuganov, los manifestantes exigirán la renuncia del presidente Boris Yeltsin y un cambio de política económica.

Pero los críticos afirman que la posición del Partido Comunista es hipócrita, porque los comunistas también son responsables del caos económico, tras haber dominado el parlamento ruso durante más de cuatro años.

Ivan Grachev, vicepresidente del comité de Propiedad, Privatización y Actividad Económica de la Duma (cámara baja), se preguntó "¿Quién les impidió que aprobaran leyes para combatir salarios? Con un escenario de descomposición económica, es extremadamente peligroso presionar por protestas masivas".

Mijail Shmakov, dirigente de la Federación de Sindicatos Independientes, prometió al ministro del Interior, Sergei Stepashin, que se tomarán todas las medidas para asegurar que la huelga no se vuelva violenta. Subrayó, sin embargo, que grupos "extremistas" podrían causar disturbios.

Trabajadores que no recibieron sus salarios en Rusia luchan por sobrevivir con empleos de medio tiempo, cultivando vegetales en jardines suburbanos y con préstamos de familiares.

Con el severo invierno ruso a la vuelta de la esquina, la Cruz Roja hizo un llamado de emergencia pidiendo 15 millones de dólares para ayudar a los rusos a sobrevivir el invierno con alimentos, vestimenta y medidicinas para un millón y medio de personas, en especial pobres y ancianos.

Antes de la crisis actual, cientos de mineros exigiendo el pago de salarios de meses iniciaron un bloqueo de la vía férrea transiberiana. Como resultado, varios dirigentes sindicales fueron detenidos e interrogados por la policía a comienzos de este año.

Mineros en huelga aún protestan frente a la Casa Blanca, el edificio del gobiero ruso en Moscú.

Varios cientos de mineros en toda Rusia están acampados desde hace más de tres meses ante edificios sede del gobierno en demanda del pago de salarios adeudados. Tres veces al día se reúnen y gritan consignas e insultos contra Yeltsin y el gobierno ruso.

El presidente Yeltsin, quien llegó al poder en 1991 favorecido por las huelgas de los mineros, admitió que la política rusa podría ser más inestable si aumentan las protestas. Aunque muchos moscovitas han expresado simpatía con los mineros, pocos se les han sumado.

Esto en parte se debe a que, mientras las regiones de Rusia permanecieron en la pobreza, Moscú se mantuvo relativamente bien, pagando salarios y pensiones a tiempo. Pero la crisis cambió la situación.

Unos 200.000 empleos bien pagos se perdieron con la debacle económica, los ingresos resultaron golpeados por la devaluación del rublo, y el capital podría demostrar ser más vulnerable a los disturbios sociales.

Algunos expertos alegan que el futuro social y económico de Rusia quedará en manos de la emergente clase media, que finalmente será capaz de utilizar su poder de voto para suplantar a las elites de funcionarios ex comunistas y empresarios.

Pero todo esto llevará mucho tiempo, y en el corto plazo la creciente brecha entre los ricos y los pobres plantea la mayor amenaza a la estabilidad de Rusia, sostuvo Yevgeny Yegorov, ministro del gobierno de la ciudad de Moscú a cargo de los programas para respaldar pequeñas empresas.

"Creanos unos tres millones de empleos en 240.000 pequeñas empresas privadas en Moscú, contribuyendo a la estabilidad social. Pero si este problema no se resuelve, podríamos enfrentar protestas masivas, como la acción del 7 de octubre, y por lo tanto, el desastre social", dijo Yegorov a IPS. (FIN/IPS/tra-en/sb/an/mk/lp/ip/98

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