BRASIL: Del neoliberalismo a "ola rosada" en tres semanas

Brasil vivió dos elecciones distintas con intervalo de tres semanas en octubre.

En la primera vuelta, que se realizó el día 4, los brasileños expresaron su deseo de mantener el modelo económico neoliberal en sus líneas fundamentales, al reelegir al presidente Fernando Henrique Cardoso por mayoría absoluta de votos.

En la segunda, el día 25, dos tercios de los 106 millones de electores enviaron un claro mensaje de que quieren revisiones en el modelo, con prioridad en el área social.

La forma de efectuar este planteo fue la "ola rosada", como se denominó la elección de varios políticos identificados eon la socialdemocracia para gobernar estados influyentes en la política nacional, como Rio de Janeiro, Minas Gerais y Rio Grande do Sul.

Estos tres estados, junto con Sao Paulo, responden por 85 por ciento del producto interno bruto brasileño y concentran casi la mitad del electorado de este país.

Esta es la lectura que hacen respetados analistas de la opinión pública, como la socióloga Fátima Jordao, del instituto Fato, Pequisa y Periodismo, de Sao Paulo.

Las dos caras del mismo proceso electoral explican la contundente derrota del candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luis Inacio Lula da Silva, mientras su partido logró un sorprendente y paradójico desempeño en las elecciones para gobernador, tres semanas después del fracaso en la presidencial.

"Lula encarnó la oposición al modelo. Por eso fue rechazado, mientras en la votación regional los electores manifestaron su deseo de mayor participación en la búsqueda de soluciones, dentro del modelo, para la violenta crisis social generada por la orientación económica neoliberal", sostuvo la socióloga.

Su evaluación se basó en resultados de encuestas cualitativas de opinión pública realizadas en seis estados brasileños antes de las dos vueltas electorales.

Tal actitud, aparentemente contradictoria, del elector brasileño se hizo más clara luego de conocidos los resultados electorales, cuando el presidente Cardoso anunció el paquete de medidas destinadas a reducir el déficit público en los próximos tres años.

Las duras medidas de austeridad eran esperadas desde fines de septiembre. Las primeras reacciones indican que los brasileños aceptan la necesidad de sacrificios, pero no entregar un cheque en blanco al gobierno central.

Las iniciativas, que comprenden recortes de gastos y aumento de impuestos por cerca de 23.000 millones de dólares y afectan duramente los funcionarios públicos, deben enfrentar fuertes cuestionamientos en el parlamento brasileño antes de su aprobación.

Se prevén modificaciones considerables en el proyecto oficial, por presión de los gobernadores estaduales recién elegidos, algunos incluso alineados con el presidente, como Mario Covas, de Sao Paulo, miembro del mismo partido de Cardoso pero que se opone a efectuar recortes presupuestarios en salud y educación.

Las dos elecciones brasileñas de octubre revelaron con claridad que el electorado rompió con la fidelidad a los partidos y a conceptos como izquierda y derecha. La votación del ajuste fiscal seguirá esta línea, según Jairo Nicolau, del Instituto Universitario de Investigaciones Políticas de Rio de Janeiro.

El fenómeno de la "ola rosada" no representa un abandono del modelo ni el retorno de políticas socialdemócratas, pero sí una corrección de rumbo en problemas específicos como empleo, salario, seguridad pública y previsión social, bajo creciente vigilancia del público, dijo la socióloga Fátima Jordao.

Eso se comprueba por encuestas que detectaron un acentuado crecimiento del PT entre electores de clase media que no votaron por Lula para presidente, aunque sabiendo que vendrían esas medidas tras las elecciones, y prefirieron candidatos laboristas en las elecciones regionales. (FIN/IPS/mo/mj/ip/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe