/BOLETIN-DD HH/

Cientos de personas protestaron esta semana frente a la embajada de Bélgica en Nigeria por la muerte de una joven nigeriana que había solicitado asilo en ese país europeo.

El grupo, encabezado por la Coalición Nigeriana de Derechos Humanos, presentó el viernes una petición al embajador y condenó la acción de la policía belga, que el 22 de septiembre provocó la muerte de Semira Adamu, de 20 años.

El cadáver llegó en la noche del jueves al Aeropuerto Internacional Mohamed Mortala, en Lagos.

La historia de Adamu comenzó hace seis meses cuando huyó a Bélgica y solicitó el asilo debido a que su familia intentaba casarla con un hombre polígamo, de 65 años, en el norte de este país.

Se trata de una práctica común en el norte de Nigeria, donde niñas y adolescentes entre 11 y 15 años son entregadas contra su voluntad, por lo general a hombres mayores, en matrimonios previamente arreglados.

Las autoridades belgas rechazaron la solicitud de asilo de Adamu, la detuvieron en el aeropuerto y la internaron en un campamento de refugiados, a 15 kilómetros de Bruselas.

Al proceder a su deportación, las autoridades habrían inyectado un sedante a Adamu, mientras seis policías la trasladaban al aeropuerto. La joven luego fue puesta a bordo de un avión de la compañía aérea Sabena, donde comenzó a gritar.

Con el presunto intento de tranquilizarla, la policía belga le puso un almohadón sobre el rostro. Posteriormente, Adamu entró en coma y murió de una hemorragia cerebral en un hospital de Bruselas.

"Es con gran horror que supimos de la muerte de Semira Adamu, una nigeriana, tras el maltrato sufrido a manos de los policías belgas que debían deportarla el 22 de septiembre", declaró la coalición en una carta firmada por Olawale Fapohunda, de la Organización de Libertades Civiles.

Las "circunstancias que produjeron la muerte de Semira Adamu son trágicas, conmocionantes y no respetan las normas de civilización que deben regir el tratamiento de toda persona", manifestó el grupo.

"Es más desalentador aún que este acto cruel e inhumano haya sido perpetrado por funcionarios de un país al que se califica de capital de Europa. Repudiamos con vehemencia este asesinato y pedimos la inmediata condena de los responsables, y la plena y adecuada compensación para la familia (de la víctima)", agrega la carta.

No es la primera vez que un ciudadano nigeriano que solicita asilo en Europa muere durante el proceso de deportación. Kola Bankole murió en 1995 tras haber sido sedado y amordazado mientras funcionarios de inmigración alemanes intentaban repatriarlo.

La muerte de Adamu, que causó grandes protestas en Bruselas y suspendió la deportación de otros solicitantes de asilo, fue condenada por organizaciones de derechos humanos en este país.

"El desgraciado problema de los africanos que buscan asilo en el exterior por la situación económica o política de su país seguirá mientras exista la pobreza en los países en desarrollo", dijo a IPS Sina Loremikan, del Comité en Defensa de los Derechos Humanos. (FIN/IPS/tra-en/to/mn/aq-ml/hd/98

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