Los médicos de buena parte del área metropolitana de la capital de Venezuela semiparalizaron hoy unos 20 hospitales y 600 ambulatorios públicos, al comenzar una huelga que suma un nuevo ingrediente a la ya explosiva crisis social y económica del país, en medio de una crucial campaña electoral.
La protesta, a la que se sumaron unos 1.200 de los 2.300 médicos convocados, cuenta con el seguimiento de los gremios de la salud de varias regiones del país y por ahora no afecta a las emergencias ni a los casos críticos.
Los médicos piden la casi duplicación de sus salarios, así como la no aprobación de un nuevo sistema de salud pública, que descentaliza el sector y elimina el corrompido y colapsado Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.
Este mismo martes, la Cámara de Diputados aprobó en su discusión definitiva la concesión al presidente Rafael Caldera de la llamada Ley Habilitante, que le faculta para instrumentar por decreto esa y otras reformas de la seguridad social, así como instrumentos para superar la crisis financiera.
"Tenían que haber venido 18 médicos, pero sólo llegaron 12 y con ellos estamos respondiendo a las emergencias", comentó el jefe del área del Hospital Clínico Universitario, Edgar Salas, mientras se afanaba por atender un recién llegado con un preinfarto.
En ese hospital los médicos decidieron en asamblea la noche previa que mantendrían la atención en las áreas de emergencia, obstetricia, pediatría y oncología, mientras realizarían las operaciones quirúrgicas que no puedan esperar.
Jessica Flórez, una madre de 24 años sin empleo con un niño de dos con síntomas de intoxicación, criticó mientras esperaba atención que los médicos abandonen sus labores, cuando los ciudadanos soportan ya un sistema de salud colapsado.
"Esta es otra cosa contra los pobres que no hallamos más que hacer, pedí prestado para llegar hasta aquí y no se cuando se ocuparán de mi muchacho (niño), los médicos estarán mal pero ellos tienen un juramento y están mejor que nosotros", comentó.
La ministra del Trabajo, María Bernardoni, indicó este martes tras fracasar las negociaciones para suspender el paro que los médicos deben mantener inalterada la atención de emergencia porque su derecho a la huelga tiene que ser compatibilizado con el derecho de los ciudadanos a la salud.
Los médicos demandan la casi duplicación de su salario para ser elevado al equivalente actual a 1.030 dólares, 20 meses después de una traumática lucha para otro incremento, que dejo al país sin atención sanitaria pública por varias semanas.
El gobierno ha ofrecido hasta ahora 773 dólares de salario básico, el pago de 15 mensualidades anuales y otros incentivos económicos, pero la oferta fue rechazada por el Colegio de Médicos del Distrito Federal en asamblea la noche del lunes.
Los gremios profesionales del sector público y en especial los demás del sector de la salud están pendientes del resultado de la huelga médica y ya anticiparon que demandarán ventajas similares a las que se obtengan, lo que significaría una cadena de demandas salariales que el gobierno no tiene cómo afrontar.
Venezuela se sumergió en una emergencia financiera por la caída de cerca de 35 por ciento de los ingresos por petróleo, ante el hundimiento de sus precios a raíz de la crisis asiática, lo que supone una merma de divisas de más 6.000 millones de dólares.
Como consecuencia, el gobierno enfrenta un déficit fiscal cercano a 4.500 millones de dólares, pese a dos recortes a los gastos, mientras la economía entró en una nueva fase recesiva, con la elevación del desempleo a cerca de 13 por ciento de los más de nueve millones de personas activas.
De los ocupados, casi 50 por ciento trabajan en el desprotegido sector informal, mientras la pobreza azota a 70 por ciento de la población, según cifras oficiales, que indican además que la canasta alimentaria esencial está 45 dólares por encima del salario mínimo.
La ministra Bernardoni indicó que más de 50 por ciento de los asalariados venezolanos ganan el salario mínimo, situado en la actualidad en el equivalente a 172 dólares.
La pauperización de amplios sectores de los 23 millones de habitantes de Venezuela, junto con el colapso de los servicios, la corrupción y el rechazo al modelo partidista de la democracia nacional, son factores que impulsan la candidatura del ex líder golpista Hugo Chávez para los comicios de diciembre.
Chávez es el favorito para convertirse en el sucesor de Caldera, según todas las encuestas, con una plataforma de un cambio radical en el sistema político venezolano y un discurso proteccionista e intervencionista en lo económico.
Pero esa perspectiva electoral genera también una alta tensión política y son variados los comentaristas que pronostican un convulso futuro postelectoral en el país, mientras la inversión nacional e internacional abandona la plaza en espera de que se aclare el panorama político.
Con ese contexto, la huelga médica en Caracas y otras regiones del país, que deja sin atención a los sectores más desposeídos de la sociedad, es vista como un ingrediente que puede caldear una situación ya de por sí caliente.
Los jóvenes médicos residentes de los hospitales públicos, que ven como su salario se ha proletarizado después de exigentes y largos estudios y que soportan la falta de insumos, medicinas y equipos, son de los profesionales que han pasado a hacer campaña en sus trabajos en favor de Chávez, comentan jefes y pacientes (FIN/IPS/eg/mj/ip lb/98