La Organización de las Naciones Unidas (ONU) organiza una misión para investigar la muerte de nueve diplomáticos iraníes en el norte de Afganistán.
El presidente del Consejo de Seguridad, Hans Dahlgren, de Suecia, confirmó que, tras debates en la noche del jueves, el Consejo de 15 países acordó la necesidad de una "investigación urgente de esos crímenes".
El Consejo propuso también una misión investigadora en el terreno que involucre a Irán, Pakistán -aliado de Talibán, que gobierna más de 90 por ciento del territorio de Afganistán- y la ONU, dijo Dahlgren.
El destino de otros iraníes en Afganistán en las últimas semanas permanece siendo un misterio. Dahlgen dijo que dos diplomáticos iraníes aún están desaparecidos, aunque a comienzos de esta semana Talibán regresó a cinco conductores de camiones de iraníes capturados durante combates en el norte, como señal de buena voluntad.
En total, se estima en 40 el número de iraníes desaparecidos en Afganistán.
La tensión aumentó, no obstante, entre Talibán e Irán, que ha respaldado a varias fuerzas anti-Talibán. Irán se manifestó indignado ante la muerte de los nueve diplomáticos, cuyos cuerpos fueron recuperados el jueves.
En los últimos días, Irán despachó unas 70.000 tropas a la frontera afgana para realizar lo que anunció como un "ejercicio militar".
Algunos diplomáticos del Consejo de Seguridad manifestaron su preocupación de que la acumulación de tropas conduzca a combates entre Teherán y Talibán si no se resuelven las tensiones por los diplomáticos asesinados.
Irán condenó duramente los asesinatos de los nueve diplomáticos, asesinados después que la ciudad Mazar-e-Sharief fuera tomada por Talibán en duros combates, tres semanas atrás.
Once iraníes, entre ellos un periodista, habían desaparecido del consulado de Teherán en Mazar-e-Sharief desde que la cuidad, durante años base de fuerzas anti-Talibán, cayera en manos de los radicales islámicos.
"Este crimen de guerra debe ser condenado, los responsables detenidos y extraditados a Irán para ser juzgados", escribió el embajador de la ONU Hadi Nejad-Hosseinian en una carta a Dahlgren.
Abdul Hakim Mujahid, designado por Talibán como embajador de Afganistán a Pakistán, uno de los tres países que reconoce el gobierno de Talibán, dijo desde Islamabad que Talibán también investiga los asesinatos y podría presentar un informe la semana pasada.
Una fuente en la ONU dijo a IPS que Talibán responsiblizó de la matanza a "elementos radicales" que actuaron por voluntad propia tras la caída de Mazar-e-Sharief.
Algunos grupos partidarios de Talibán, incluyendo la Asociación Cultural Afgana de Nueva York, el Consejo de Cooperación de Inmigrantes Afganos en el Norte de California y la Asociación de Doctores Afganos-EEUU, acusaron a Irán por las hostilidades.
Este viernes, los grupos alegaron en una declaración que "la presencia de diplomáticos iraníes" y otro personal militar fue una violación directa a la Carta de ONU", y agregó que el despliegue de tropas "amenaza la soberanía e integridad territorial de Afganistán".
Nejad-Hosseinian describió las muertes como "un asesinato a sangre fría" y sostuvo que sólo es la última atrocidad cometida por Talibán.
Grupos de derechos humanos, incluyendo Amnistía Internacional, acusaron a Talibán de cometer masacres y otras atrocidades en la provincia central de Bamiyan, en que vive la minoría étnica hasara, perteneciente a la secta chiíta del Islam, al igual que la mayoría de los iraníes.
Talibán está en general integrado por musulmanes hanafi radicales de la ortodoxia sunita de la religión islámica, y, en el pasado, fue acusado de persecución de hazaras. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/lp/ip/98