EE.UU.: FMI pierde una batalla, pero no la guerra en el Congreso

Una importante comisión del Congreso de Estados Unidos sólo aprobó 3.500 millones de dólares adicionales para el Fondo Monetario Internacional (FMI), 14.500 millones menos de lo que pretendían el gobierno de Bill Clinton y la propia institución financiera.

Antes de que la Cámara de Representantes vote el martes 15 sobre los fondos para el FMI, el Comité de Gastos de la cámara aprobó la noche del jueves 3.500 millones de dólares para una línea de crédito de emergencia con el fin de ayudar a la institución a superar las crisis financieras.

De esta manera sufren un golpe las esperanzas de Washington y el FMI de obtener los 14.500 millones de dólares para ampliar la base de capital de la institución, formada por cuotas de los estados miembros.

Pero la prolongada batalla sobre el estado de las finanzas del FMI está lejos de terminar, aseguraron analistas políticos y fuentes legislativas. El aumento de la cuota se puede agregar como una enmienda para que la consideren los 435 legisladores de la Cámara de Representantes.

La votación, prevista para el martes 15, podría aplazarse si los legisladores concentran su atención en el posible juicio político a Clinton, planteado por la relación que mantuvo con la ex becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky.

La financiación también podría conseguirse mediante un proceso de transacción, incluso si la cámara baja sólo aprueba los 3.500 millones de dólares. El Senado aprobó la semana pasada los 18.000 millones de dólares y toda diferencia entre las dos cámaras deberá negociarse.

"Aun si la Cámara de Representantes aprueba el proyecto de ley así como está, debería reconciliarse con el correspondiente proyecto del Senado (…) en uno de los grandes ejercicios de la democracia: el comité conferenciante de unos pocos representantes y senadores" que negocian una transacción tras puertas cerradas, dijo Soren Ambrose, analista del grupo Red 50 Años Bastan.

El resultado podría ser decisivo para el FMI, que propuso el aumento de la cuota desde 1995. La ampliación de capital debe ser ratificada por un número de países miembros que cuenten en conjunto con 85 por ciento de los votos en la institución multilateral.

Alemania y Japón prometieron aportar el dinero necesario, pero Estados Unidos, con 18 por ciento de los votos en el FMI, sigue siendo fundamental en el proceso, señaló una fuente de la institución.

La decisión del comité de gastos de negar la financiación completa se adoptó a pesar de la opinión contraria del Director de Presupuesto de la Casa Blanca, Jacob Lew.

"Rechazar o retrasar los fondos no sólo socavará el liderazgo de Estados Unidos en el mundo, sino que expondrá a los trabajadores, ahorristas, granjeros y empresarios estadounidenses a riesgos económicos inaceptables", escribió Lew al presidente republicano del comité, Bob Livingston.

La decisión se adoptó después de la audiencia sobre la conducta del FMI ante el colapso económico de Rusia, realizada por el subcomité Bancario sobre Control e Investigación del Gobierno.

En esa instancia, representantes estadounidenses y rusos de izquierda y derecha describieron a Rusia como un desastre político y económico y atribuyeron al FMI haber contribuido con la crisis.

"El Congreso no debe darle al FMI un centavo más del dinero de los contribuyentes para perpetuar sus políticas fracasadas", dijo el representante independiente Bernard Sanders tras la votación del comité de gastos.

"Debemos ayudar a los pueblos de países como Rusia, pero no a través del FMI. La actual política del FMI sólo protege a los especuladores extranjeros, los bancos internacionales y los ladrones de Rusia, creando la miseria de millones de habitantes", sostuvo.

Livingston, el presidente del comité de gastos y partidario del FMI, votó en contra de otorgar los 18.000 millones de dólares, pero aclaró que su decisión pretendía hacer tiempo para imponer condiciones más severas a las operaciones de la institución multilateral.

Otros pretenden que el FMI sea más transparente y limite los préstamos de emergencia a Rusia, señalaron fuentes políticas.

Según la ley estadounidense, el representante de Washington en el FMI debe procurar "vigorosamente" crear un departamento de investigaciones que verifique el impacto que las recomendaciones de la agencia tienen sobre la pobreza y el ambiente en los países que reciben los préstamos.

El representante estadounidense también debe emplear su "voz y voto" para oponerse a entregar préstamos a países con mala conducta en materia de derechos humanos y ambiente.

Este año, sin embargo, la directora ejecutiva de Estados Unidos en el FMI, Karin Lissakers, dijo a los legisladores que en pocas ocasiones votó en contra de esos préstamos porque el directorio de la institución evita votar sobre las decisiones más importantes, y en su lugar decide por consenso.

Lissakers también reconoció que el sistema contable del FMI no le resultaba "totalmente transparente".

Sanders y otros se escandalizaron con estas declaraciones, lo que podría aumentar la oposición a los fondos para el FMI cuando la Cámara de Representantes vote el asunto, dijeron analistas políticos.

Los opositores al FMI "podrían ser mayoría", dijo Livingston a la prensa. Pero "sospecho que el FMI contará con el respaldo necesario de ambos partidos en ambas cámaras", agregó. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/aq/ip-dv/98

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