El control militar de carreteras y de otros puntos clave limitó el impacto del levantamiento indígena comenzado hoy en Ecuador contra las medidas de ajuste fiscal del gobierno, pero los organizadores creen que el movimiento cobrará fuerza al acercarse la huelga nacional de este jueves.
Las protestas se producen desde la última semana, con cierre de vías de circulación, quema de neumáticos y pedradas contra vehículos particulares y de propiedad pública, y la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) sumó ahora sus fuerzas a la presión contra el gobierno de centro derecha de Jamil Mahuad.
La ministra de Gobierno, Ana Lucía Armijos, aseguró que la policía y las Fuerzas Armadas resguardarán el orden en operativos conjuntos en todo el territorio nacional, y garantizó la circulación en todas las carreteras del país.
El ejército patrulla las carreteras desde el lunes, y vigila las gasolineras y otros puntos claves. Armijos puntualizó que las fuerzas de seguridad no intervendrán contra manifestaciones pacíficas, pero reprimirán el vandalismo.
El presidente de la Conaie, Antonio Vargas, denunció la "total militarización de la sierra", y dijo que el gobierno quiere "imponer violencia e institucionalizar la miseria".
"No podemos quedarnos callados y sumisos cuando sabemos que las limosnas no solucionan nada, si no se adptan medidas serias para fomentar la inversión pública en construcción de caminos, alcantarillado, agua, educación", advirtió Vargas en un boletín de la Conaie.
También exigió "reactivar las economías indígenas, campesinas y de los sectores urbanos". Los dirigentes indígenas aseguraron que el levantamiento no se detendrá "hasta que la Conaie se siente con el presidente a dialogar".
"Queremos una explicación clara sobre las medidas económicas, sentarnos a dialogar personalmente con el gobierno para ver alternativas", declaró a IPS Manuel Castro, dirigente de la Conaie.
Las centrales sindicales organizan para este jueves un paro nacional que tiene la adhesión de los indígenas y de otros sectores sociales. El Ministerio de Educación ya suspendió los cursos para esa fecha.
El gobierno instalado en agosto dispuso el 14 de este mes la devaluación en 15 por ciento del sucre frente al dólar y la eliminación de los subsidios al combustible diesel, el gas de uso doméstico y la energía eléctrica.
La devaluación trajo como consecuencia el alza de los combustibles, lo que originó el aumento de 40 por ciento en promedio de pasajes del transporte público a partir del último viernes.
También fueron incrementadas las compensaciones por costo de vida y por transporte, pero el salario mínimo, de 136 dólares mensuales, se ubica muy lejos del costo de la canasta familiar básica, que es de 357 dólares.
Así mismo, Mahuad dispuso el pago directo de un bono compensatorio de 16 dólares mensuales a los más pobres.
Los dirigentes de la Conaie pretenden ser recibidos en el palacio de gobierno para presentar una propuesta económica que "responde a todos sectores sociales, especialmente a las nacionalidades indígenas", declaró Castro.
Ampán Karakras, también de la Conaie, dijo que las medidas económicas tomadas son para cubrir el déficit fiscal y el pago de la deuda, pero no contribuyen a la inversión. Agregó que urge una mayor inversión en la produccion agrícola, "para no tener que llegar a la mendicidad".
Karakras puntualizó a IPS que los indígenas no han organizado el levantamiento "para hacer caer a un gobierno", sino ejerciendo su derecho a la protesta.
El movimiento indígena ecuatoriano llegó a su posición más fuerte a principios de esta década, cuando en levantamientos nacionales (1990 y 1991) paralizó el país mediante la obstrucción de carreteras, y logró que sus reivindicaciones tuvieran atención nacional e internacional.
Pese a posteriores divisiones, los indígenas participaron activamente, junto con otros sectores, en el proceso que condujo a la destitución del presidente Abdalá Bucaram en 1997.
Luego, lograron que la nueva Constitución, en vigor desde agosto, reconociera su cultura y su derecho a tierras comunitarias y a la participación en los recursos naturales de sus regiones.
El nuevo levantamiento se traduce en el bloqueo de carreteras y caminos, manifestaciones, impedimento para el abastecimiento de las ciudades con productos del campo, y la toma de iglesias.
Los templos del centro de Quito tienen desde el lunes protección policial, y hasta este martes no se sintió escasez de víveres. (FIN/IPS/gm/ff/lb ip/98