El desmantelamiento de una supuesta red de espías cubanos en Estados Unidos continuaba sin respuesta oficial en Cuba, mientras el gobierno mantenía su cautela característica ante estos temas.
"Ni afirmo ni desmiento, simplemento escucho para afirmar después", dijo el canciller Roberto Robaina, devolviendo el tema al terreno contrario, al asegurar que tras este caso puede esconderse una nueva campaña contra Cuba.
"Ese tipo de campaña, de maniobra, de orquesta, de fanfarria, es la especialidad de la prensa norteamericana", afirmó Robaina, quien añadió que "en su momento Cuba dirá la respuesta que tiene que decir".
"No es la primera vez que se levantan acusaciones. Si de información se trata, han sido centenares los que ellos dicen que son espías", dijo el canciller cubano.
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos anunció el lunes que ocho hombres y dos mujeres fueron acusados por un tribunal federal de ese país de transmitir información a Cuba sobre instalaciones militares y grupos opositores al gobierno de Fidel Castro en ese país.
El agente especial del FBI Raúl Fernández aseguró que la mayoría de los acusados son oficiales de los servicios de inteligencia del gobierno de Cuba, que residían en Estados Unidos con identidad falsa.
Los cubanos enfrentan cargos de "conspiración y fraude contra el gobierno", violación de la ley que obliga al registro de "agentes de un país extranjero" y "envío de información relacionada con asuntos de defensa a un gobierno extranjero".
Los acusados son René González, Linda Hernández, Nilo Hernández, Alejandro Alonso, Manuel Viramontez, Joseph Santos, Antonio Guerrero, Amarilys Silverio-García, Rubén Campa y Luis Medina.
El informe de la investigación, iniciada en 1994, indica que estas 10 personas se comunicaban con La Habana por medio de radios de onda corta y ordenadores portátiles sobre temas como las instalaciones militares y el Comando Sur del Ejército estadounidense.
Entre sus objetivos estaban las actividades de los grupos de exiliados cubanos Hermanos al Rescate y Movimiento Democracia, así como la Fundación Nacional Cubano-Americana, la organización más influyente de la comunidad cubana en Estados Unidos que encabezaba el fallecido Jorge Mas Canosa.
Uno de los miembros del grupo logró trabajar en una base naval estadounidense, pero según el FBI, el éxito en la desarticulación de la red se debió justamente a esa persona.
Según versiones, algunos de los detenidos estuvieron relacionados con Juan Pablo Roque, un piloto de Hermanos al Rescate que huyó a Cuba la víspera de que fuerzas aéreas cubanas derribaran dos avionetas de ese grupo, el 24 de febrero de 1996.
De confirmarse la versión, esta sería la primera vez que las autoridades estadounidenses logran desarticular una red de espías cubanos dentro de su territorio.
La Habana ha revelado en varias ocasiones las historias de sus agentes infiltrados en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos o en organizaciones de exiliados cubanos en ese país.
Las autoridades cubanas consideran que ésta es una forma de defensa contra la organización y financiamiento, desde territorio estadounidense, de sabotajes en la isla o de atentados a altos representantes gubernamentales, en especial contra Castro.
"Sólo conocemos lo que se ha informado a través de los cables de prensa. Este es un asunto en el que las que están envueltas son las autoridades norteamericanas y no es responsable pronunciarnos sobre un tema que desconocemos", dijo el vocero de la cancillería cubana Alejandro González.
"Ya era hora", comentó el director de la Fundación Nacional Cubano-Americana, Alberto Hernández. "Llevamos años quejándonos ante las autoridades estadounidenses de que los agentes de Castro trabajan con impunidad aquí en Miami".
El congresista republicado Lincoln Díaz-Balart dijo a la prensa en el sur de Estados Unidos que este arresto "demuestra la verdadera naturaleza del estado terrorista de La Habana" y servirá para recordar "la amenaza que sigue representando el régimen totalitario cubano".
"Esta red fue enviada por el gobierno cubano para golpear el corazón mismo de nuestro sistema de seguridad nacional", comentó el fiscal federal Thomas Scott.
Un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos fue sometido a revisión en abril pasado, a petición del Congreso de ese país, por concluir que Cuba no representa un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos. (FIN/IPS/da/ag/ip/98