Documentos confidenciales de Estados Unidos presentados hoy al público añadieron nuevos detalles sobre el papel de Washington en la desestabilización del gobierno del presidente de Chile Salvador Allende, que culminó hace 25 años en un sangriento golpe de Estado.
Además, revelan el apoyo inmediato de Estados Unidos al general Augusto Pinochet, quien desplazó a Allende el 11 de septiembre de 1973, incluyendo órdenes a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para que "asista a la junta para lograr una imagen más positiva, en Chile y el exterior".
Los documentos reconocen la importancia del papel secreto de Estados Unidos en la preparación del clima para el golpe militar.
En un informe, la CIA destaca que su subsidio de 1,5 millones de dólares y asesoramiento al diario anti-Allende El Mercurio "jugó un papel significativo para crear el escenario para el golpe militar".
Los documentos, obtenidos por la organización independiente Archivo de Seguridad Nacional (NSA), demuestran la falsedad de las afirmaciones del presidente Richard Nixon y el entonces asesor de seguridad Henry Kissinger.
El ex presidente y su asesor aseguraron haber cancelado planes para fomentar un golpe contra Allende después de que asumiera la presidencia en noviembre de 1970.
NSA publicó los documentos en el sitio en Internet http://www.seas.gwu.edu/nsarchive.
En un memorando secreto que relata una conversación entre Kisssinger, el general Alexander Haig, y dos altos oficiales de la CIA el 15 de octubre de 1970, Kissinger ordenó a la CIA "continuar manteniendo la presión sobre cada punto débil de Allende, -ahora, después del 24 de octubre (cuando su elección fue confirmada por el parlamento chileno) y en el futuro, hasta que se den nuevas órdenes".
Un cable secreto enviado al día siguiente desde oficinas de la CIA al jefe de la agencia en Santiago ordenaron que, incluso si un golpe militar no se materializaba antes de la asunción de Allende, "los esfuerzos en este sentido continuarán vigorosamente a partir de esta fecha".
"Debemos continuar generando una presión máxima para este fin, utilizando todos los recursos apropiados", indica el cable.
Aunque el papel de Estados Unidos en la campaña de desestabilización fue primero detallado en audiencias sin precedentes en el Senado de Estados Unidos a mediados de los años 70, la presentación de unos nuevos 30 documentos, algunos de los cuales aún están censurados, ayudan a aclarar los hechos.
La publicación "comienza a ventilar los secretos nacionales en Chile y Estados Unidos", dijo Peter Kornbluh, analista del Archivo.
"Estos documentos son un recordatorio sobre una historia oscura que el poder establecido en Santiago y en Washington prefería olvidar", sostuvo el investigador.
Las audiencias de 1970 establecieron que el gobierno de Nixon adoptó una estrategia secreta de dos vías para asegurar que el socialista Allende fuera derrotado en su cuarto intento por llegar a la presidencia de Chile en las elecciones de ese año.
La primera vía, una campaña política y psicológica contra Allende, difirió poco de los anteriores intentos multimillonarios de la CIA para evitar su elección en 1957, 1962 y 1964.
La segunda vía, tan secreta que incluso el embajador estadounidense en Santiago no estaba informado al respecto, se aplicó luego de que Allende ganó por estrecho margen la campaña electoral el 4 de septiembre de 1970.
"El 15 de septiembre, el presidente Nixon informó al director de la CIA, Richard Helms, que el régimen de Allende en Chile no sería aceptable para Estados Unidos y ordenó a la CIA tomar un papel directo en la organización de un golpe de Estado militar en Chile para impedir el acceso de Allende a la presidencia", escribió el Comité Selecto de Inteligencia del Senado.
Kissinger luego afirmó que la segunda vía había sido "desactivada" tras el fracaso en octubre de un golpe de Estado liderado por un general al que la CIA entregó armas y asesoramiento.
En sus memorias de dos tomos, en las cuales sólo dos páginas se dedicaron a Chile, Nixon dijo que ordenó "a la CIA abandonar la operación" a mediados de octubre. En el mismo pasaje, el ex presidente dijo que el golpe fue la consecuencia de "tres años de gobierno ineficaz".
Pero altos funcionarios de la CIA dijeron al Congreso que la segunda vía no fue cancelada. En conjunto, la CIA gastó al menos ocho millones de dólares entre 1970 y 1973 en actividades para desestabilizar al gobierno de Allende.
Los nuevos documentos revelan que el nombre en código de la segunda vía era "operación FUBELT" y confirman que el propio Kissinger ordenó la continuación de las actividades de desestabilización tras la asunción de Allende y que la CIA confirmó esas órdenes inmediatamente a sus agentes en Chile.
También incluyen un comunicado de Helms, fechado el 16 de septiembre de 1970, en el que se sostiene que "el presidente solicitó a la Agencia (CIA) que impida el acceso de Allende al poder o lo derribe".
Los documentos también revelan que la CIA procuró apelar al "machismo" del entonces presidente Eduardo Frei para impedir la asunción de Allende y respaldar un golpe militar.
"Frei confió a altos oficiales militares que no se opondría a un golpe, con la velada implicación de que incluso podría respaldarlo", informó Helms a Kissinger. Pero Frei dio marcha atrás luego del golpe frustrado a mediados de octubre.
Los documentos incluyen un informe secreto sobre las gestiones de Estados Unidos para impedir que Chile recibiera préstamos de organismos internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, y su consideración de una iniciativa para expulsar a Chile de la Organización de Estados Americanos.
Telegramas de la embajada de Washington en Santiago, hasta ahora secretos, revelan que los funcionarios diplomáticos sabían de las ejecuciones y torturas perpetradas por el régimen militar, pero su atención se concentró en la muerte de dos ciudadanos estadounidenses en el Estadio Nacional.
Los dos asesinatos supusieron "una difícil situación de relaciones públicas", según un cable fechado el 21 de octubre de 1973.
Los telegramas también revelan que varios funcionarios de la embajada, con el apoyo de la oficina de planeamiento político para América Latina del Departamento de Estado, pidieron en julio de 1975 que Estados Unidos cesara la ayuda económica y militar a la dictadura chilena, con el fin de obligarla a mejorar su conducta en materia de derechos humanos.
El Congreso canceló en 1976 la mayor parte de la ayuda a Chile.
Un documento de Kissinger fechado el 5 de noviembre de 1970 revela las razones por las que Nixon y Kissinger estaban tan decididos a bloquear el acceso de Allende al poder o a derrocarlo.
"Impedir el establecimiento de un régimen marxista autoritario, impedir que el régimen caiga bajo el poder comunista, e impedir que influya sobre el resto de América Latina, como modelo o a través de sus políticas externas", señala el documento.
Nixon dijo en sus memorias que con Allende en el poder en Chile, junto con Fidel Castro en Cuba, "América Latina será un sándwich rojo", según palabras de un empresario italiano no identificado. (FIN/IPS/tra-en/jl/lp-aq/ip/98