Argentina se convirtió en uno de los mayores proveedores de productos agrícolas orgánicos de la Unión Europea (UE), tras extender de 5.000 a 300.000 las hectáreas dedicadas a estos cultivos en los últimos cinco años.
A tal punto es así que productores y expertos en agricultura orgánica eligieron este país para realizar en noviembre la mayor reunión mundial en la materia.
La producción orgánica se basa en la aplicación de los principios del desarrollo sustentable del suelo, deshechando la utilización de pesticidas y plaguicidas y respetando los tiempos y procesos naturales de los cultivos y la cría de animales, lo que contribuye a una dieta más sana.
Un ejemplo de los efectos del consumo sostenido de alimentos cultivados con gran cantidad de fertilizantes es la disminución de la calidad del semen humano en las últimas décadas y el consecuente incremento de la esterilidad masculina, según el andrólogo argentino Jorge Blaquier.
La demanda de este tipo de productos aumenta en el Norte industrializado, y Argentina es uno de los países de América Latina donde más se está extendiendo la superficie dedicada a los cultivos orgánicos con el objetivo prioritario de exportar y de ganar consumuidores en el mercado interno.
Entre el 16 y el 21 de noviembre, la ciudad balnearia de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, será sede de un congreso y exhibición de productores orgánicos, científicos, comercializadores y funcionarios del área agrícola de América Latina, Africa, Asia y la UE.
Se trata de la XII Conferencia Internacional de la Federación del Movimiento de Agricultura Orgánica. La cita anterior se realizó en Copenhague y la próxima será en Basilea, Suiza. Pero este año le toca a Argentina, considerada país clave en el mercado mundial de productos orgánicos.
La producción orgánica tiene un mercado global estimado en más de 12.000 millones de dólares y una perspectiva de crecimiento de la demanda que se calcula entre 10 y 30 por ciento anual. "Si Argentina produjera más, vendería más", aseguró a IPS Ricardo García Vior, uno de los organizadores de la reunión.
En Argentina el negocio ronda los 15 millones de dólares al año, cifra aún lejana de los 4.000 millones de Estados Unidos, de los 4.500 millones de la UE o aun de los 2.000 millones de Japon, pero que constituye una franja en pleno crecimiento.
García pertenece al Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO), que nuclea a productores, ambientalistas y expertos en desarrollo sustentable. En Argentina hay unas 400 empresas y establecimientos agropecuarios habilitados para producir orgánicos.
Del total de lo que se produce, 75 por ciento está destinado a la UE, aunque las perspectivas señalan que Estados Unidos y Japón serán los grandes consumidores de estos productos en un futuro cercano, advirtió García. Por ahora, adquieren solo 15 por ciento de la producción.
Los orgánicos, que hasta el momento son una minoría dentro de la producción agropecuaria argentina, tienden a ser cada vez más demandados por consumidores de países industrializados, que prefieren pagar un sobreprecio de entre 10 y 50 por ciento para acceder a una alimentación más natural y saludable.
Así, Argentina coloca cereales, oleaginosas, hierbas aromáticas, carnes, yerba mate, azúcar, miel, jugos y vinos elaborados de acuerdo con las estrictas normas de calidad que rigen la producción orgánica.
"Los exportadores tradicionales no disponen de más tierra utilizable y aprovechan el espacio disponible abusando de plaguicidas y fertilizantes", reconoció este año el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Enrique Croto, en nombre de los grandes terratenientes que forman parte de esa organización.
"Pero el consumidor requiere una producción cada vez más natural", advirtió.
Un ejemplo de este tipo de desarrollo es el del azúcar, que se produce en la provincia argentina de Misiones. Unos 800 productores minifundistas llevaron a cabo un proyecto sustentable para la producción de azúcar orgánica, que tiene una demanda creciente para uso industrial (yogur, dulces, helados).
Este mes, los productores suscribieron un contrato por el cual toda su producción será adquirida por Estados Unidos. Se trata de 12.500 toneladas de azúcar natural en los próximos tres años. El precio del azúcar colocado es 35 por ciento más alto que el del producto tradicional.
El ingeniero agrónomo Diego Fontenla, otro miembro del MAPO, explicó que, si bien hasta ahora la oferta y la demanda de orgánicos se centra especialmente en productos de consumo directo como frutas y hortalizas, se comenzó a advertir un creciente interés por los productos primarios.
Productos como cereales, oleaginosas, carne vacuna o leche son demandados también a los productores orgánicos, lo que implica una especialidad dentro del desarrollo de materias primarias.
Para alcanzar un incremento en el consumo, los productores consideran fundamental la integración horizontal (la unión de varios productores para reunir un volumen adecuado a la demanda) y la llegada a los supermercados, donde se concentra hoy el consumo masivo de alimentos.
Es por eso que junto con el seminario y los talleres que se realizarán en Mar del Plata se realizará una muestra de productos que permitirá conocer envoltorios, etiquetados y formas de llegar al cliente en los distintos países, así como un seminario específico sobre la colocación de productos en supermercados.
En esta reunión participaran representantes de cadenas de supermercados, interesados en conocer algo más acerca de este tipo de oferta en aumento en muchos de los países en los que están instaladas. (FIN/IPS/mv/mj/en dv/98