Mun Aung nació en Birmania y se hizo famoso interpretando canciones románticas en la década del 80, pero los tiempos cambiaron, ahora vive exiliado y el tema principal de sus baladas es la liberación de su país.
El cantante abandonó Birmania en 1988, justo cuando había aparecido en Rangún su cuarto disco, el más popular de su carrera. Era un año de protestas estudiantiles y agitación en las ciudades de ese país, y fue entonces que los militares decidieron imponer a los artistas una política de "cultura constructiva".
"Esta política exigía que cada cuatro canciones de un disco, se interpretara una pieza constructiva", dijo Mun Aung a IPS, después del lanzamiento de su último disco en esta ciudad del sur de Tailandia.
"Una canción constructiva debía apoyar al gobierno y la estabilidad nacional, así que algunos de nosotros comenzamos a cantar sobre reglamentos de tránsito o sobre la salud. A veces el resultado era divertido, pero también era muy triste", recordó el cantante.
Mun Aung aseguró que "las canciones son nuestras criaturas, las hacemos nacer, así que cuando veía cómo algunas personas las rechazaban casi sin leerlas, ansiosos por cumplir las reglas, decidí que era injusto para los compositores y no lo soporté más".
Un día simplemente se fue hacia la frontera con Tailandia. Pero una vez fuera de su país descubrió que ya no le salían las canciones de amor, especialmente después de una ofensiva de los militares de Birmania que causó la desaparición, muerte y encarcelamiento de opositores.
Así que su primer disco en el exilio estuvo compuesto por una colección de canciones y poemas dedicados a su pueblo. En el segundo disco decidió ir un poco más lejos, y lo dedicó a los participantes en el movimiento de 1988 y a los luchadores por la democracia.
Los dos discos lograron entrar a Birmania en la forma de grabaciones clandestinas y son muy populares. Su último trabajo, "Sendero de Libertad", fue producido en Holanda, donde vive actualmente, pero se empeñó en venir a presentarlo a esta zona de Tailandia, lo más cerca posible de la frontera con su país.
En este momento, todos sus discos están prohibidos en Birmania, pero Mun Aung espera que la situación cambie pronto.
De cualquier manera, sus canciones son muy diferentes a las baladas de amor interpretadas en su juventud, aunque las composiciones actuales siguen conservando una característica de su música: la combinación de pop occidental con música tradicional de Birmania.
Entretanto, en Birmania sigue vigente la política de "cultura constructiva" y según Mun Aung el Estado reprime la creatividad de los artistas.
"Tenemos artistas muy buenos pero no pueden expresarse, y es imposible que produzcan obras de calidad en estas circunstancias. Es terrible pensar que esta situación ya tiene 10 años de duración… ¿Qué tipo de cultura le dejaremos a las nuevas generaciones?", planteó.
Cuando comenzaron a imponerle la política constructiva, Mun Aung trató de evitarla recurriendo al doble sentido y de esa manera evitó la censura, pero se fue cuando la presión empezó a ser excesiva.
"Mi imagen de cantante de pelo largo y jeans empezaba a ser vista como amenazante para la seguridad nacional porque, según decían, representaba la influencia occidental sobre la juventud. Además, era evidente que yo simpatizaba con el movimiento estudiantil. Entonces, llegó la hora de partir".
Mun Aung sonríe cuando recuerda el título de su primer tema de éxito, "8/82 Inya". "En la Universidad, era el nombre del dormitorio de las mujeres, que no podían salir después de las 10 de la noche, y la balada habla de un muchacho que no logra dormir pues extraña a su novia".
"La escribí para divertirme pero pronto comenzó a oírse en todo el campus, así que la coloqué en el primer disco después de graduarme", contó. Ese fue el mismo nombre que eligió para el último disco antes de salir de Birmania.
Aún ahora, la canción se oye cuando la tararean en las calles de Birmania. "Incluso cuando llegué a la frontera, un soldado me reconoció y se puso a cantarla", relató el cantante. (FIN/IPS/tra-en/pd/cb/js/mk/lc-ml/cr/98