Argentina es percibida junto con Ecuador, Venezuela, Honduras y Paraguay entre los países de América Latina más afectados por la corrupción, según la encuesta mundial anual de la organización no gubernamental Transparencia Internacional difundida hoy en esta capital.
Las denuncias de corrupción en la administración pública de Argentina, país considerado de desarrollo medio, aumentaron durante la gestión del presidente Carlos Menem, que comenzó en 1989.
Un escándalo resonante involucra hoy a la transnacional de la informática IBM, que habría sobornado a funcionarios para obtener una millonaria licitación.
Transparencia Internacional fue creada con el objeto de ayudar a mejorar la transparencia en los sectores público y privado y disminuir así la corrupción que impide el desarrollo de los países y perpetúa la pobreza entre los más atrasados.
Su principal tarea en los últimos tres años fue la difusión de su escala de corrupción, que mide la percepción que en la materia tienen sobre distintos países personas comunes y empresarios, analistas políticos y calificadoras de riesgo que influyen en decisiones de inversión.
La tarea es realizada en base, entre otras evaluaciones, a las efectuadas por la firma encuestadora internacional Gallup, la Political Risk Services y el informe anual del Banco Mundial. En el resultado final, los países ubicados en los últimos lugares son los considerados más corruptos.
En 1997, sobre un total de 52 países computados, Argentina se ubicó en el lugar 41. Este año, según el informe, Argentina quedó en el lugar 61 entre 85 países considerados.
"Por su nivel de desarrollo, Argentina podría mejorar su posición en esta escala", advirtió Miguel Sholtz, director de Transparencia Internacional, quien reconoció que el país perdió puntos respecto del año anterior.
En la nómina hay otros países latinoamericanos percibidos como menos vulnerables a la corrupción como Chile (en el lugar 20) o Costa Rica (27). Uruguay (42) y Brasil (46) tienen una posición intermedia, apenas mejor que la de México (55).
Los peor ubicados son Argentina (61), Ecuador y Venezuela (juntos en el lugar 77), Honduras (80) y Paraguay (84), penúltimo en la calificación mundial.
Al igual que en años anteriores, entre los primeros lugares siguen ubicados Dinamarca, Suecia y Finlandia. "No es que allí no exista la corrupción sino que son percibidos por el mundo de los negocios y los ciudadanos en general como menos sensibles a la corrupción", remarcó.
El ex fiscal argentino Luis Moreno Ocampo, director de la división latinoamericana de Transparencia Internacional, señaló que la corrupción es la principal preocupación de los ciudadanos en la región según una encuesta realizada por Gallup en 1997. Esa percepción no se modificó de manera positiva este año.
La organización planteó la necesidad de una alianza contra la corrupción entre la sociedad civil, empresarios e instituciones internacionales, nacionales y municipales en el libro "La hora de la transparencia en América Latina – Manual de la anticorrupción en la función pública", publicado en junio.
Para Transparencia, la corrupción, que es mayor en los países más pobres, impide remover la pobreza y distrae recursos que deberían ser destinados a la acción social.
La fundación argentina Gerenciar estimó que la corrupción equivale en este país a cinco por ciento del producto interno bruto.
Las áreas más delicadas son los servicios públicos, las licitaciones, la recaudación de impuestos, el nombramiento de funcionarios y las administraciones de gobierno locales.
Las modalidades más comunes son el abuso de poder, la aceptación de dádivas o comisiones ilegales, la evasión, el fraude, el cohecho y el nepotismo. (FIN/IPS/mv/mj/ip if/98