El presidente de Cuba, Fidel Castro, se dirigió a una multitud en esta capital durante su primera visita a Granada y habló de la necesidad que tiene el Caribe de recordar su lucha contra la esclavitud y el colonialismo.
El líder, que retornó a su país en la madrugada del martes, atacó a Estados Unidos por intentar imponer condiciones similares a la región, en referencia al bloqueo comercial sufrido por Cuba.
Pero Castro dijo que se aproxima el fin del bloqueo impuesto por Washington hace décadas y que llegó a aislar al país en el hemisferio.
El bloqueo "no puede durar para siempre" y será el pueblo de Estados Unidos el que "ponga fin a esa acción criminal e injusta", declaró el lunes por la noche.
Frankie Latouche, de 39 años, fue uno de cientos de granadinos que recibieron a Castro el domingo pasado en el aeropuerto internacional Point Salines, construido con ayuda cubana.
Latouche, con banderas de Cuba y Granada, nunca pensó que llegaría el día en que Castro visitara territorio granadino tras la invasión de Estados Unidos de esta isla caribeña en 1983, que algunos consideran tuvo el fin de aplastar la influencia cubana y soviética en el Caribe.
"Amo a este hombre. Hizo mucho por este país y soy demasiado viejo para cambiar mis sentimientos", dijo Latouche. En el pasado, muchos creyeron en las campañas de propaganda estadounidenses, que pintaban a Castro como un hombre perverso de un país perverso, señaló.
La visita de Castro puso en evidencia la relación especial existente entre Cuba y Granada, algo que Estados Unidos intentó destruir.
El ex presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, creía que la asistencia cubana para construir el aeropuerto en Granada era una pantalla que ocultaba la construcción de una base desde la cual Cuba y la Unión Soviética exportarían la ideología comunista a la región y a América del Sur.
Granada se encontraba inmersa en una revolución de izquierda. El Gobierno Revolucionario del Pueblo (PRG), encabezado por Maurice Bishop, llegó al poder en 1979 mediante un golpe de Estado que derrocó al primer ministro Eric Gairy.
Washington consideraba que la Granada de Bishop era una amenaza para la democracia en la región.
Una lucha de poder en el PRG derrocó a Bishop y terminó con su detención domiciliaria. En octubre de 1983, unos 10.000 partidarios liberaron al líder y se dirigieron a la sede del ejército para recuperar el control del gobierno.
En los combates que se sucedieron, Bishop, varios integrantes de su gabinete y algunos partidarios resultaron muertos.
Numerosos analistas aseguran que Estados Unidos aprovechó la confusión y la inestabilidad política de entonces para invadir el país, expulsar a los trabajadores cubanos, instalar un gobierno proestadounidense y aplastar la influencia de Cuba y la Unión Soviética en la región.
La hostilidad que demostró hacia La Habana el gobierno de Granada en los años posteriores congeló las relaciones bilaterales. La actual administración del primer ministro Keith Mitchell hizo mucho por cambiar la situación.
El resultado es la primera visita de Castro a Granada y su arribo al mismo aeropuerto que, según Washington, se construyó para recibir aviones de guerra soviéticos MIG.
Mitchell también fue uno de los primeros líderes del Caribe en realizar una visita oficial a La Habana. El jefe de gobierno desplegó la alfombra roja para Castro, lo recibió con una salva de 21 cañonazos y le permitió pasar revista a una guardia militar de honor.
Castro también tuvo el honor de inaugurar una placa que recuerda la asistencia cubana en la construcción del aeropuerto. Para muchos granadinos que lamentaban la actitud de gobiernos anteriores hacia Cuba, el gesto fue de gran importancia.
Cuando Reagan visitó Granada y descendió en el mismo aeropuerto en 1986, inauguró un pequeño monumento en conmemoración de los soldados estadounidenses que murieron en combate durante la invasión de 1983.
Durante tres días de lucha por el control del aeropuerto, murieron 45 granadinos, 29 cubanos y 18 estadounidenses.
"La construcción del aeropuerto fue lo más grande que pasó en esta isla", dijo Latouche, quien pasó un año recibiendo entrenamiento militar en Cuba en los años 80.
El aeropuerto al sur de la isla fue concluido por soldados estadounidenses, y ahora los turistas llegan todos los días en jets comerciales sin la incomodidad de tener que hacer traslados a aviones más pequeños, como ocurría antes.
El gobierno asegura que las relaciones con Cuba seguirán fortaleciéndose, sin importar la opinión de Washington, y argumenta que Estados Unidos también mantiene fuertes vínculos con China, a pesar de las dudas que persisten sobre el respeto por los derechos humanos en el país asiático.
Granada tampoco acepta la oposición de Estados Unidos al tratamiento preferencial del banano caribeño en el mercado europeo, y recuerda que la asistencia de Washington se redujo de 34 millones, en el año después de la invasión, a un millón de dólares este año. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/aq-ml/ip/98