KENIA-TANZANIA: Ministro grave por atentado en Nairobi

El ministro de Comercio e Industria de Kenia, Joseph Kamotho, sufrió graves heridas en el atentado con bomba que sacudió hoy a esta capital, poco después de reunirse con la embajadora de Estados Unidos.

Kamotho acababa de terminar una reunión con la embajadora Prudence Bushnell cuando la bomba explotó cerca de la embajada estadounidense en Nairobi.

El ministro se encuentra internado en uno de los hospitales de la ciudad y su estado es grave, según fuentes médicas. La embajadora Bushnell sufrió heridas leves.

El atentado, el primero de su tipo en este país de Africa oriental, mató al menos a 67 personas e hirió a más de 1.100, según los últimos informes. Entre los fallecidos hay ocho estadounidenses y siete más se encuentran desaparecidos.

En Dar es Salaam, Tanzania, otro atentado este viernes causó la muerte al menos a siete personas e hirió a 72, aparentemente por la explosión de un coche-bomba situado en un estacionamiento de automóviles cercano a la embajada estadounidense.

La explosión en Nairobi dañó severamente al edificio de 25 pisos del Kenya Cooperative Bank y a la sede de la embajada estadounidense, y derribó un edificio de siete pisos situado entre ambos.

Todas las ventanas de la embajada resultaron destruidas por la explosión y las antenas parabólicas y satelitales en el techo del edificio cayeron a la calle.

"Ibamos a cruzar la calle cuando de repente el mundo se vino abajo", dijo Monica Wanja, empleada pública de Nairobi. La mujer resultó herida de levedad, pero algunos de sus colegas murieron en la explosión.

Wanja, empleada en uno de los edificios cercanos que resultaron devastados por la bomba, señaló que se estaba despidiendo de un familiar que la había visitado en el trabajo. "Había muchas personas ensangrentadas, muertas o heridas cerca de mí", informó a IPS.

"Jamás había escuchado una explosión tan fuerte ni visto tanto humo. Por un momento pensé que era el fin del mundo", aseguró Immanuel Jumba, guardia de seguridad que trabaja frente al lugar donde se detonó la bomba. "Nairobi ya no es segura", opinó el guardia, herido por cristales rotos.

El presidente de Kenia, Daniel Arap Moi, interrumpió su visita al valle Rift, en el noroeste del país, y retornó a Nairobi cuando se enteró del atentado. El Ministerio de Salud Pública convocó al personal de licencia para hacer frente a la crisis que colmó las instalaciones médicas mal equipadas de la capital.

La radio nacional solicita constantemente a la población que acuda a los bancos de sangre y centros de salud más cercanos para donar sangre destinada a los heridos.

Un avión de Estados Unidos con suministros médicos y un equipo quirúrgico de la fuerza aérea de ese país estaría en camino a Nairobi desde una de las bases estadounidenses en Alemania.

Washington atribuyó los atentados al "terrorismo". Un equipo de investigadores de la Oficina Federal de Investigación (FBI) también habría sido enviado a Nairobi y a Dar es Salaam.

Las calles de Nairobi están desiertas, las tiendas cerradas y la población se encuentra recluida en sus hogares. La zona donde ocurrió el atentado parece una escena de guerra, con vidrios y ruinas que cubren las calles. No hay indicios aún sobre los responsables de las explosiones.

Observadores políticos señalaron que el atentado con bomba ocurre en un momento crítico en que Nairobi se encuentra asediada por el descontento laboral. Los trabajadores bancarios, los maestros y los empleados de la municipalidad están en huelga.

La economía sigue en decadencia y los analistas prevén que el atentado de este viernes reducirá aun más la confianza de los inversionistas en este país africano. (FIN/IPS/tra-en/pn/pm/aq-ml/ip/98

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