Cuba aspira a aumentar sus exportaciones de cítricos hacia el mercado europeo con el respaldo del crecimiento sostenido de su producción y la presencia de capital extranjero.
Los cítricos, el tabaco, el café y la miel son los cuatro principales rubros de exportación agropecuarios de Cuba y, por tanto, una importante fuente de ingreso de divisas.
Se estima que el complejo agroindustrial del cítrico que destina a la exportación cerca del 70 por ciento de su producción, genera anualmente ingresos brutos de unos 20 millones de dólares.
En medio de una crisis económica que comenzó en 1990, expertos consultados por IPS aseguran que las autoridades comerciales cubanas miran directamente al mercado europeo para potenciar la producción de cítrícos.
El año pasado, la producción citrícola creció 39 por ciento con relación a la de 1996, recolectándose 843.700 toneladas y aproximándose así a la cosecha récord de 1990, que ascendió a 1.017 000 toneladas.
El "milagro" parece responder a la combinación de los resultados de reformas empresariales aplicadas en el sector con el aporte de capital aportado por la creación de empresas mixtas con empresas privadas de Israel y Chile.
Expertos aseguran que la inversión extranjera facilitó la modernización de los complejos industriales, la compra de fertilizantes y pesticidas, y la introducción de nuevas tecnologías.
Al mismo tiempo, permitió el acceso a nuevos mercados internacionales, principalmente de la Unión Europea (UE), donde la fruta fresca y los concentrados cubanos deben competir con los procedentes de Estados Unidos, Israel y España.
Cuba pretende conseguir condiciones preferenciales para su exportación de cítricos a los países de la UE para el próximo siglo, con el programa que deberá aprobarse en sustitución de la cuarta convención de Lomé.
Las negociaciones para dicho programa, que se iniciarán en septiembre y en las que Cuba participará como observador, establecerán las vías de ayuda de la UE a las antiguas colonias de sus países miembros, que integran el Grupo de naciones de Asia- Caribe-Pacífico (ACP).
El gobierno cubano se comprometió con los miembros del Grupo ACP a no competir nunca por el mercado azucarero europeo, lo que aumentó la importancia del cítrico en el futuro plan de exportaciones a la UE.
Pero el país caribeño tiene que enfrentar ahora la tendencia a la baja de los precios de los cítricos en el mercado mundial, que se observa sobre todo en los precios del concentrado congelado de jugos, principal rubro exportable, que cayó de 1.500 a 1.000 dólares la tonelada.
Entre las medidas adoptadas por las autoridades cubanas para elevar la producción se cuentan la descentralización empresarial y una vinculación real del complejo científico existente en el país a las necesidades de la producción.
En la empresa de Jagüey Grande, el mayor enclave citrícola del país, situado a 200 kilómetros de La Habana, el personal se redujo a poco más de 4.000 personas, de las más de 10.000 de la década pasada.
La mayor parte de la cosecha pasada, de 490.000 toneladas, estuvo a cargo del Ejército Juvenil del Trabajo de las Fuerzas Armadas, formado por jóvenes que cumplen el Servicio Militar General, que está a cargo de los dos mayores centros citrícolas del país, ubicados en Jagüey Grande y en la Isla de la Juventud.
Informes oficiales indican que el rendimiento por hectárea se incrementó en el último trienio hasta 40 por ciento. En la zona de Jagüey Grande se alcanzan hasta 19,8 toneladas por hectárea.
La eficiencia también ha aumentado. En 1990, en el complejo industrial de Ceballos, a unos 700 kilómetros de La Habana, se empleaban 16,9 toneladas de naranja para elaborar una tonelada de jugo concentrado. Hoy se utilizan sólo 9,59 toneladas.
La tradición del cultivo de cítricos en Cuba es tan antigua como la de su principal cultivo, la caña de azúcar. Colonos llegados de Estados Unidos a principios de siglo dieron auge a dicha actividad como un cultivo de plantaciones, para enviar la producción directamente a su país de origen.
Pero el incremento de los aranceles y problemas de transporte hicieron fracasar con el tiempo las exportaciones. Antes del triunfo de la Revolucion encabezada por Fidel Castro en 1959, las plantaciones de cítricos sólo ocupaban unas 12.000 hectáreas.
En la década del 70, el país multiplicó por 12 esa extensión de frutales para abastecer a los países del extinto bloque socialista, destino del 90 por ciento de las exportaciones de cítricos, a los que la isla llegó a exportar medio millón de toneladas en los años 80.
De esa época de expansión es el plan citrícola de Jagüey Grande, uno de los mayores del mundo, con un área de 38.918 hectáreas, 22.864 de las cuales ocupadas por las plantaciones de naranjas, mandarinas, limones y toronjas (pomelo).
En ese lapso también se crearon 20 plantas de envasado y tres plantas industriales que procesaban más de 200.000 toneladas de frita en forma de jugos simples y concentrados. Por otra parte, el consumo local ascendió a las 300.000 toneladas. (FIN/IPS/da/ag/if/98