El peligroso estancamiento del proceso de integración de América Central amenaza con aislar el istmo de las corrientes comerciales mundiales, advirtió esta semana en Honduras el ex vicepresidente de Guatemala Roberto Carpio.
"Vemos con tristeza cómo la integración camina con muletas. Los centroamericanos no entendemos aún la importancia de unirnos en bloques y negociar con mayor facilidad", dijo Carpio en una disertación sobre el futuro de la unión regional.
El ex vicepresidente guatemalteco sostuvo que, mientras no exista en los gobiernos una voluntad política para concretar en el corto plazo la integración económica, social y política, la región seguirá "caminando con carreta, mientras el resto de regiones imprimen una velocidad más acelerada a sus procesos".
"Hace siete años que vengo diciendo lo mismo y ojalá que alguien me escuche, porque el proceso integracionista no puede ser lento y progresivo. Debe ser violento, si queremos avanzar", afirmó el martes pasado en presencia del presidente de Honduras, Carlos Flores.
"Yo creía que la integración centroamericana sería un hecho para el 2000, pero veo con tristeza que sigue siendo una utopía. Pareciera que no hay en los gobiernos claridad ni decisión para construir una nación hoy, no mañana", agregó.
"Usted tiene en sus manos la responsabilidad de empujar este proceso, porque si bien hemos avanzado en muchas cosas, estamos demasiado lentos y no podemos seguir dormidos en nuestros laureles", le dijo Carpio a Flores.
El presidente hondureño está hoy a cargo de la presidencia rotativa semestral de América Central, mecanismo creado por los gobiernos para dar mayor dinamismo a los acuerdos de integración y representar como bloque a la región ante los foros políticos internacionales.
Los centroamericanos no han podido alcanzar la meta de una unión regional porque los problemas internos de países impiden un "enfoque global" y el avance se ha vuelto "tedioso y lento", según Carpio.
Las palabras del político guatemalteco sacudieron a los participantes al foro sobre "La Utopía Centroamericana de la Integración", patrocinado por la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en la celebración de su décimo Semana Nacional Científica que concluye este viernes.
Sin rodeos, Carpio, integrante del Parlamento Centroamericano (Parlacen), foro político de la integración regional, fue claro al señalar que el país que más pierde con la lentitud del proceso es Honduras, que posee estructuras desfasadas y no define con claridad su papel en este proceso.
Tegucigalpa carece de estructuras competitivas con el resto de países, dijo. Costa Rica, por ejemplo, resolvió sus problemas de exportación porque tiene lo que "le hace falta a Honduras, una tecnología de punta y hábiles negociadores".
Las apreciaciones de Carpio coincidieron con una evaluación hecha hace dos semanas por el gabinete técnico del gobierno de Flores, que concluyó que este país carece de negociadores y de personal capacitado en materia de integración y globalización.
Según el gabinete técnico, el país pierde muchas negociaciones y oportunidades de obtener recursos en el exterior porque no sabe plantear los proyectos. Por no haber elaborado ni planteado a tiempo una serie de programas, la Unión Europea no pudo aumentar su ayuda económica este año al país, como se esperaba.
La integración centroamericana, que cobró impulso a principios de la década del 90, sufrió en los últimos ocho años una serie de altibajos que, según los analistas, constituyen un "estancamiento" no sólo en el aspecto económico, sino en lo político.
Si bien el comercio intrarregional entre los países mostró signos de mejoría en los últimos seis años, aún no se cristalizan acuerdos comerciales con México y con países de América del Sur que permitan dar nuevos brillos al esquema de integración y de acceso a mercados.
Si bien ha mostrado interés en empujar la integración, Flores no tiene aún un concepto definido de lo que representa la inserción del istmo en los mercados globales, dijo a IPS Víctor Meza, analista del Centro de Documentación de Honduras.
"El presidente Flores aún no aclara cómo acelerará la integración en esos seis meses. Parece que ve esa presidencia rotativa como elemento de imagen personal más que como cuestión regional. Pero confiemos en que esa percepción cambie pronto para el bien de la región", dijo Meza.
No obstante, el mandatario hondureño dijo el martes que promoverá la integración "en todos sus frentes". "No queremos ser una isla y, en el caso de Honduras, las definiciones del papel que tendrá en ese proceso se están afinando", dijo. (FIN/IPS/tm/mj/ip if/98