La Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe impedir que la expulsada alianza militar de Sierra Leona continúe su campaña de matanzas y mutilaciones con el fin de retornar al poder, urgieron destacados grupos defensores de los derechos humanos.
El martes pasado, víspera de una nueva ronda de reuniones en la ONU para considerar el conflicto de Sierra Leona, Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional exhortaron al foro mundial y a todos los gobiernos preocupados a poner fin a la horrenda campaña.
Luego de la restauración en el poder del presidente Ahmed Tejan Kabbah, en febrero, con la ayuda de una alianza militar regional encabezada por Nigeria, la depuesta junta y sus aliados del Frente Revolucionario Unido (FRU) mataron a miles de sierraleonenses, según ambos grupos de derechos humanos.
Un informe de HRW publicado este miércoles con el título de "Sierra Leona: Siembra de terror", acusa al antiguo Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas y al FRU de "cometer numerosas atrocidades contra civiles desarmados con la finalidad de recuperar el poder".
En una campaña de los rebeldes llamada "Operación ningún ser viviente", cientos de personas fueron mutiladas y torturadas, y presenciaron la matanza de hombres, mujeres y niños.
"Me capturaron y me dijeron: 'Tírese en el suelo' ", relató Helen C., una vendedora de pescado, a los investigadores de HRW. "Un niño me cortó. Luego pusieron mi mano sobre una piedra y me la amputaron. Me dijeron que le contara a Kabbah lo sucedido", agregó.
Franklin M., un agricultor, contó una historia similar: "Vi gente con pistolas y alfanjes. Comencé a correr, pero me atraparon y me cortaron ambas manos. Dijeron que yo era un partidario de Tejan Kabbah".
"No hay palabras para condenar este tipo de prácticas", declaró Sergio Vieira de Mello, subsecretario general de la ONU para asuntos humanitarios, que visitó Sierra Leona en junio.
El funcionario afirmó que la campaña de la antigua junta militar y el FRU contra la población civil es la más brutal que observó en sus 29 años de labor humanitaria.
"Lo que ocurre en Sierra Leona es tan horripilante que desafía la imaginación. Los civiles son el objeto de estas horrendas violaciones", sostuvo Peter Takirambudde, director ejecutivo de HRW/Africa.
Otras prácticas, cometidas por todos los bandos, también son causa de indignación internacional. Los militares siguen reclutando a soldados menores de edad y secuestrando a niñas y mujeres para usarlas como esclavas sexuales. La ONU condenó ambos delitos en reiteradas ocasiones.
Pero el actual gobierno de Tejan Kabbah también reclutó a soldados menores de 18 años, a pesar de que había prometido no hacerlo, sostiene el informe de HRW.
Partidarios del gobierno, entre ellos los combatientes del grupo étnico kamajor que formaron su propio grupo paramilitar, también fueron acusados de cometer violaciones de los derechos humanos contra la alianza de los militares y el FRU.
"Los kamajores decapitaron a un soldado que se rindió, y yo los vi comer su hígado y corazón crudos", aseguró un sacerdote católico a HRW.
Este mes, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la creación de una Misión Observadora en Sierra Leona (Monusil) encargada de ayudar a ECOMOG, la alianza militar de Africa occidental, a desarmar y replegar a los soldados, además de supervisar la situación de la seguridad y los derechos humanos en el país.
HRW considera que la misión también debe controlar el tráfico de armas, sobre todo después de que la organización de derechos humanos concluyera que las fuerzas de la dictadura derrocada siguen recibiendo armas desde el exterior.
"La fuerte presencia de Monusil será necesaria para vigilar y disuadir el apoyo militar a la alianza rebelde, sobre todo en la frontera con Liberia. La vigilancia de la frontera liberiana se debe realizar en conjunto con las fuerzas de ECOMOG en Liberia", exhorta el informe.
"Los observadores de derechos humanos que Monusil despliegue en las zonas del país donde se cometieron violaciones de los derechos humanos, en especial en las provincias del este y el norte, deben contar con los recursos adecuados", señala Amnistía Internacional en otro informe sobre la crisis.
Algunos indicios ofrecen esperanzas con respecto al conflicto de Sierra Leona, como el llamado realizado este miércoles por el dirigente del FRU, Foday Sankoh, para que los insurgentes dejen de combatir. Sankoh fue transferido esta semana de su arresto domiciliario en Nigeria a un centro de detención en Freetown.
"Las autoridades de Nigeria deportaron a Foday Sankoh, y él apeló a sus partidarios a que detengan las matanzas y dejen de mutilar a la gente", informó el miércoles el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Ahora, la cuestión es si el FRU acatará al pedido de su líder, agregó.
Annan espera que la reunión de la ONU sobre Sierra Leona a celebrarse esta semana "trascienda la etapa de la reconstrucción" y abarque los problemas de largo plazo del país.
La reunión de la ONU tiene el objetivo de recabar apoyo financiero para las actividades de desmovilización de Monusil, la ayuda a los niños soldados y demás combatientes. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ml-aq/hd-ip/98