Vietnam frenó su campaña de liberalización económica debido a la crisis de desempleo provocada por la campaña privatizadora de las empresas estatales y el afán de mejorar la productividad.
En 1996, la tasa de desempleo de este país de Indochina representaba 5,8 por ciento, frente a nueve y 10 por ciento de 1990. En la actualidad, las cifras oficiales revelan que el desempleo en Hanoi y Ho Chi Minh asciende a cerca de 11 por ciento, y en las provincias hasta 10 por ciento.
El Banco Mundial y los países donantes pretenden que Hanoi acelere la privatización de las empresas estatales y la liberalización del régimen de inversiones, pero el gobierno parece no prestar atención.
En cambio, Hanoi se concentra en la forma de buscar empleos, incluso en el exterior, para la población económicamente activa de sus más de 72 millones de habitantes. El gobierno ya fijó la meta de exportar 150.000 trabajadores a los mercados extranjeros para el 2000.
Una de las mayores paradojas de la rápida industrialización de Vietnam es que "la mayor productividad de un trabajador hace innecesaria la labor de su compañero", observó Dao Nguyen Cat, director de la publicación Tiempos Económicos de Vietnam.
"Por desgracia, no se crean nuevas empresas con la rapidez suficiente como para contratar a los desempleados recientes", añadió.
Hanoi se encuentra ante una encrucijada, dijo Cat. "Para que Vietnam realice su potencial económico, debe reformar sus empresas estatales. Pero toda reforma conlleva el alto precio del creciente desempleo, que el gobierno no puede amortiguar con beneficios de seguridad social", aseguró.
La otra opción sería seguir protegiendo a las empresas estatales, lo cual mantendría empleadas a muchas personas, pero en fábricas ineficaces cuyas operaciones representarían una pesada carga para la economía. "Es una opción que Vietnam no se puede dar el lujo de adoptar", agregó Cat.
La economía tuvo tasas de crecimiento anual de nueve por ciento desde que el país comenzó a liberalizarla en 1986. El buen resultado se atribuyó a la drástica mejoría de la productividad laboral, a consecuencia de las privatizaciones.
Pero a medida que aumentaba la productividad, caía la demanda de mano de obra agrícola. En 1995, el crecimiento del empleo rural se redujo a uno por ciento y el año pasado fue negativo.
Entre 1991 y 1995, las reformas del sector industrial ayudaron a crear nuevas empresas y a aumentar el empleo cinco por ciento. Pero en los últimos tres años, el desempleo creció rápidamente, a la par del proceso de privatización, lo que aumentó la productividad.
A la vez, cerraron muchas compañías que no soportaron la competencia. El desempleo es una consecuencia inevitable del proceso de reformas, explicó el principal economista del Banco Mundial en Hanoi, Kazi Matin.
Matin y otros expertos opinan que si Hanoi aplica las necesarias reformas de mercado, los empresarios fundarán nuevas compañías productivas para absorber a los trabajadores desocupados por los cambios de la estructura económica.
Por esa razón, sostienen, el Banco Mundial y otros donantes pretenden la privatización de más empresas estatales.
Este argumento no convence a personas como Nguyen Minh Tu, director del oficial Instituto de Administración Económica. Si Hanoi permite que las empresas estatales compitan por su cuenta en el mercado, la mayoría sucumbirá y se agravará aun más la situación de desempleo.
Un problema que preocupa a Hanoi, según Tu, es la forma de crear una red de seguridad social utilizando los propios recursos financieros del país. Inevitablemente, esta situación generará mayores impuestos.
Pero Matin, del Banco Mundial, rechaza esta forma de aumentar los recursos propios para proteger la mano de obra. "Las recargas impositivas significan mayores problemas en el futuro. No es una solución", advirtió.
Los donantes también están dispuestos a suplir los recursos estatales para proporcionar una red de seguridad social, si Hanoi adopta las reformas recomendadas, agregó Matin. "Pero Vietnam no recibe el respaldo que necesita de los donantes porque no está aplicando las reformas por completo", señaló.
Pero Hanoi parece demasiado ocupado en hallar una solución a la creciente desocupación para hacer caso a este tipo de argumentos. Cerca de un millón de trabajadores ingresa al mercado de trabajo todos los años.
El gobierno pretende crear al menos 1,5 millones de puesto de trabajo por año para superar lo que considera una bomba de tiempo social. Entre los planes para lograr ese objetivo están los préstamos bancarios a pequeños proyectos de inversión y mayores oportunidades de capacitación para los desempleados.
Pero la exportación de la mano de obra parece ser una de las principales soluciones al problema de desempleo. El gobierno incluso planifica crear una fuerza permanente de 400.000 trabajadores que laboren en el exterior.
La exportación de la mano de obra es lucrativa para los socios en el exterior que tendrán acceso a la mano de obra barata, y también para los trabajadores vietnamitas que recibirán mayores ingresos, según la publicación mensual Negocios de Vietnam.
El gobierno también considera la exportación de la mano de obra como una forma gratuita de capacitar a los trabajadores técnicamente y en idiomas extranjeros.
El programa de exportación laboral comenzó en los años 80 cuando unos 300.000 trabajadores, en su mayoría pescadores y expertos técnicos, aportaron 300 millones de dólares al presupuesto nacional. El año pasado, el aporte ascendió a mil millones.
Hasta el momento, los mayores mercados para los trabajadores vietnamitas fueron Corea del Sur, Japón, Kuwait, Laos, República Checa y Rusia.
Pero debido a que la crisis económica golpeó con fuerza a Corea del Sur y Japón, Vietnam ahora dirige su interés a los mercados laborales de Arabia Saudita, Brunei, Camboya, Emiratos Arabes Unidos, Iraq, Omán, Singapur, Taiwan y aun América del Sur.
En los próximos dos meses, 1.300 trabajadores vietnamitas partirán para Kuwait, gracias a tres acuerdos firmados en enero entre los dos gobiernos. (FIN/IPS/tra-en/ks/cb/aq-lp/if lb/98