SALUD: Foro sobre sida concluye sin resolver carencias mundiales

La 12 Conferencia Mundial sobre Sida concluyó formalmente hoy en esta ciudad sin que 13.000 científicos y trabajadores de la salud lograran reducir la brecha entre países ricos y pobres en el acceso a los tratamientos farmacéuticos para el VIH/sida.

El tema de la conferencia, "Reduciendo la Brecha", reconoció que entre 30 y 40 millones de personas en todo el mundo son portadoras de VIH (virus de inmunodeficiencia humana) o padecen sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), 90 a 95 por ciento de ellos en los países en desarrollo.

Para la mayoría es imposible el acceso a los poderosos fármacos que cuestan más de 10.000 dólares por año y por paciente, aunque estas medicinas se recetan y administran en forma habitual en los países industrializados.

Una de las mayores decepciones de los delegados del Sur en desarrollo fue la incapacidad de la conferencia para cerrar la brecha y persuadir a las transnacionales farmacéuticas representadas en la conferencia a reducir sus precios, aunque sólo fuera para los países pobres.

En la última Conferencia Mundial sobre Sida, realizada en Vancouver en 1996, las compañías farmacéuticas generaron esperanzas al anunciar el descubrimiento de un cóctel de medicinas que controlarían la enfermedad, aunque sin curarla.

Pero el costo del tratamiento aumentó con cada novedad farmacéutica anunciada desde entonces, lo que amplió, en lugar de reducir, la llamada "brecha del tratamiento".

"¿Qué les voy a decir a los pacientes de mi país?", preguntó Radium Bhattacharya, trabajadora de la salud de India.

"Con todos los descubrimientos anunciados aquí e informados por la prensa, me van a preguntar '¿qué medicinas tiene para nosotros?' ¿Qué puedo decirles? A nivel comunitario, nuestra labor es muy difícil. Los pacientes se deprimen, los niños terminan en orfanatos", explicó.

Bhattacharya trabaja con 75 portadores de VIH en Ahmedabad, ciudad occidental de India. Todos sus pacientes fueron donantes de sangre y se contagiaron por vía intravenosa. "Pienso que si no nos concentramos en el acceso al tratamiento, es mejor no realizar este tipo de conferencias", opinó.

Gran cantidad de delegados del mundo en desarrollo comparten la opinión de Bhattacharya. Los países pobres deben luchar por el acceso al tratamiento y a la información, y "el Norte debe mostrar su solidaridad", dijo Winstone Zulu, del Centro de Consejo de Kara, de Zambia, en la ceremonia de clausura.

"El derecho a la salud es un derecho humano básico", sostuvo Ana Luisa Liguori, de la Fundación MacArthur, con sede en México. "Ahora debemos trabajar para reducir las desigualdades, en lugar de esperar la solución perfecta".

"Para cerrar la brecha entre lo que sabemos y lo que debemos hacer hace falta un activismo de grandes proporciones. Existen instrumentos internacionales de derechos humanos que nos permiten responsabilizar a los países por sus acciones o falta de acción", afirmó Liguori.

La brecha entre países ricos y pobres es pronunciada. La incidencia del sida está disminuyendo en el mundo industrializado.

Los nuevos fármacos antirretrovirales controlan la transmisión del VIH de las mujeres embarazadas a sus hijos, y la combinación de los tratamientos con múltiples fármacos redujo drásticamente la mortalidad en los países industrializados.

Pero el número de afectados por la pandemia crece en el mundo en desarrollo. Más de 21 millones de hombres, mujeres y niños portadores, o dos tercios de la población con VIH en el mundo, viven en Africa subsahariana.

Así mismo, los expertos opinan que el VIH/sida es como un volcán dormido en los países del sudeste y sur de Asia. Además, se deberán sortear desigualdades de género, información y raciales.

La forma más común de transmisión del VIH es por vía sexual de hombres a mujeres. Cerca de 12,2 millones de mujeres portadoras sufren la discriminación de sus esposos o las instituciones médicas.

Es común que las mujeres casadas con VIH o sida en India sean expulsadas de sus hogares, aunque casi siempre son sus esposos quienes les transmiten el virus.

La actitud de los círculos médicos se refleja en la resistencia opuesta por las firmas farmacéuticas a investigar y desarrollar microbicidas vaginales, cuyo uso externo puede ayudar a impedir la transmisión del VIH a las mujeres.

Esta situación persiste, aunque un estudio mundial realizado por la Unión Europea reveló la gran demanda existente de estos productos. Aunque las compañías investigan y desarrollan tratamientos, muy poco se ha hecho para elaborar una vacuna o un microbicida porque se los considera menos lucrativos.

Muchos participantes de la conferencia consideran que los científicos viven en su propio mundo. "Es una lástima que los científicos no hayan estado con nosotros, los trabajadores de la salud, para escuchar nuestras opiniones y las de las personas que viven con el VIH/sida", dijo Winstone Zulu.

"Me gustaría darle las gracias a los científicos. Respetamos lo que están haciendo, pero no les tenemos aprecio", añadió Bhattacharya.

Richard Horton, editor de The Lancet, una publicación médica de Gran Bretaña, señaló en la ceremonia de clausura que en reiteradas ocasiones observó a científicos de América del Norte y Europa retirarse de las sesiones cuando hablaban delegados del mundo en desarrollo.

La próxima Conferencia Mundial sobre Sida se celebrará en Durban, Sudáfrica. "Las necesidades de los países en desarrollo estarán en el centro de las discusiones" de entonces, sostuvo Clarence Mini, del comité organizador.

También se debe trabajar para cerrar la brecha entre las compañías privadas y los organismos gubernamentales. A medida que el VIH/sida se expandía por el mundo, las firmas respondieron a la crisis en menor medida que los gobiernos.

"Las compañías farmacéuticas deben terminar con la retórica y actuar. En las conferencias futuras, no serán solamente exhibidores, deben ser elementos activos. Ya no podrán decir que no pueden hacer nada", dijo el presidente de la ceremonia de clausura, Warren Lindner.

La organización de la conferencia se financió con dos millones de dólares aportados por 125 compañías farmacéuticas. "No nos gusta morder la mano que nos da de comer. Esta 'traición' se acrecienta en cada nueva conferencia", aseguró Horton. (FIN/IPS/tra-en/dds/aq-lp/he if/98

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