El presidente de Rusia, Boris Yeltsin, regañó, sobornó y suplicó hoy a sus parlamentarios para que aprobaran un plan de austeridad y cumplieran las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI insiste en que Rusia apruebe leyes para reordenar su fallido sistema impositivo antes de entregar un préstamo de emergencia de 17.100 millones de dólares cuya meta declarada es apuntalar el mercado financiero ruso y detener la amenaza de un colapso de la moneda.
"No podremos implementar el programa si ustedes no lo confirman", dijo Yeltsin a los legisladores antes del inicio del debate del plan. "Puedo decidir algunos asuntos por mí mismo, pero en lo grueso, el destino del esquema depende de ustedes".
El gobierno de Yeltsin presentó este miércoles 27 propuestas a ser consideradas en la Duma, la cámara baja del parlamento, donde la oposición al recorte de gastos y el aumento de los impuestos es generalizada.
Los recortes, en especial del déficit, presionarán aún más a los rusos, en especial a aquellos en centros industriales, donde muchos trabajadores no reciben su salario debido a la crisis de dinero circulante en la economía, en gran parte aún bajo dominio del Estado.
El gobierno de Yeltsin afirma que los préstamos impedirán la devaluación del rublo, restaurarán la confianza de los inversores y permitirán que el estado comience a pagar sus deudas.
Los nuevos préstamos, resueltos el lunes, aumentarán los fondos recibidos por Rusia a 22.600 millones de dólares este año y el próximo.
El FMI entregará 11.600 millones de dólares, el Banco Mundial 4.000 millones y Japón 1.500 millones. Esto se suma a préstamos combinados para 1998-99 por 5.500 millones de dólares.
Si el programa logra el respaldo del parlamento, el FMI liberaría los primeros 5.600 millones de dólares en una semana.
El jefe del equipo negociador de Rusia, el viceprimer ministro Anatoly Chubais, sostiene que la deuda es manejable. La deuda total del país asciende a unos 120.000 millones de dólares, con 30.000 millones en préstamos de corto plazo, y alrededor de 60.000 millones de dólares de deuda federal.
Esto suma 40 por ciento de su producto interno bruto (PIB), contra escasas reservas de divisas de unos 16.000 millones de dólares, o tres meses de importaciones. Un nivel manejable, según Chubais.
Las reservas cayeron a partir del nivel de octubre de 23.000 millones de dólares, cuando el Kremlin luchó por impedir la devaluación después que el mercado de valores ruso se hundiera el 27 de mayo.
La devaluación de la moneda provocaría hiperinflación, la cual golpea más duro a los pobres de Rusia. Además, podría cerrar algunos bancos rusos, que en conjunto tomaron préstamos extranjeros por unos 15.000 millones de dólares.
"Los nuevos préstamos ayudarían a estabilizar las finanzas rusas por el momento, pero no serán suficientes (por sí mismos) para garantizar el rescate de la recuperación económica de Rusia", dijo el vicepresidente de la Duma Vladimir Ryzhkov, miembro de la facción aliada al gobierno Nuestro Hogar es Rusia.
Pero Viktor Ilyukhin, miembro comunista de la Duma, dijo antes del debate que los diputados resistirían nuevos préstamos que simplemente "prolongan la agonía del régimen de Yeltsin".
El representante del FMI en Moscú John Odling-Smee destacó que el Kremlin había prometido reducir su déficit fiscal a 5,6 por ciento del PIB este año, y a 2,8 por ciento en 1999, lo cual implica recortes más drásticos en el presupuesto y más desempleo para los rusos.
El paquete incluye legislación impositiva para permitir a las regiones el derecho a introducir gravámenes a las ventas de entre cinco y 10 por ciento.
Además, prevé el aumento del control estatal sobre el mercado del alcohol, la reducción del número de empleados de gobierno y los subsidios federales y el aumento de los aranceles sobre las importaciones.
Chubais también planifica reducir los muy criticados valores del Estado, con altas tasas de interés y calendarios de pago de 294 días. Descritos por un crítico como una "pirámide de delincuencia auspiciada por el Estado", deberán ser reemplazados por los denominados eurobonos de entre siete y 20 dólares.
El presupuesto de 1998 asume un interés promedio de sólo 25 por ciento y promete limitar el servicio de la deuda a un cuarto del gasto público. Altas tasas de interés dejarán a la industria sin inversiones, y el gobierno podría hundirse bajo el esfuerzo de renegociar la deuda interna.
La directora del Departamento de Valores Bella Zlatkis anunció que el gobierno no realizaría el habitual remate de la deuda esta semana, y utilizaría el dinero de sus cofres para comenzar a comprar pagarés del Tesoro de corto plazo en circulación.
La posible popularidad del eurobono ruso es desconocida. Al inicio de la crisis en mayo, el servicio de tasación de créditos Moody advirtió que Rusia podría incumplir con el pago de bonos.
La Duma debería dar aprobación preliminar a partes claves del paquete, pero no a todos los proyectos de ley. Además, la cámara debatió también sobre nuevos préstamos.
El gobierno de Rusia prometió recortar el presupuesto en 11.000 millones de dólares, y eliminar unos 200.000 empleos del sector estatal este año.
Yeltsin admite que las protestas por atrasos en el pago de salarios plantean serios riesgos sociales y políticos. El día 10, el presidente ordenó a sus comandantes de policía que se prepararan para un posible "intento" extremista de tomar el poder.
Docenas de anteriores reformas estructurales e iniciativas de eficiencia se hundieron en el pasado, y algunos dudan si el rescate del FMI marcará alguna diferencia.
El influyente diario Nezavisimaya Gazeta describió el paquete del FMI como una nueva forma de posponer "la sentencia de muerte" sobre la economía de Rusia. (FIN/IPS/tra-en/sb/mom/rj/lp/if/98