El líder de la oposición de centroderecha de Italia, Silvio Berlusconi, fue condenado hoy a dos años y cuatro meses de cárcel por el financiamiento ilegal del ya desaparecido Partido Socialista Italiano (PSI), aunque no irá a presidio mientras la sentencia no sea firme.
Sobre el diputado Berlusconi, magnate de la televisión privada y primer ministro entre abril y diciembre de 1994, ya pesaban dos sentencias de prisión.
Ahora fue condenado por un tribunal de la norteña ciudad de Milán por el pago ilegal de 12 millones de dólares a Bettino Craxi, líder del PSI.
La transferencia se habría realizado entre enero de 1991 y noviembre de 1992 a través de la empresa Fininvest, la principal del grupo económico de Berlusconi, y con destino a una cuenta secreta en Suiza.
El mismo tribunal condenó a Craxi, quien se encuentra exiliado en Túnez desde 1992, a cuatro años de cárcel y al pago 12 millones de dólares.
Craxi, jefe del gobierno entre 1983 y 1987, ya había sido sentenciado en otros procesos contra la financiación ilegal de los partidos políticos a un total de 24 años de cárcel.
Berlusconi, 61 años, a quien el fallo judicial le impuso también una multa de seis millones de dólares, se declaró inocente y sostuvo que el dinero transferido por Fininvest fue destinado al pago de derechos de televisión a un hombre de negocios, Tarak Ben Ammar.
Por su parte, Ammar afirmó que el dinero fue entregado a la Organización para la Liberación de la Palestina, de Yasser Arafat, amigo de Craxi.
El tribunal de Milán acogió casi plenamente la condena solicitada por el fiscal, de dos años y seis meses, contra Berlusconi.
Se trata de la tercera condena contra el jefe de la coalición de centroderecha, todas en primera instancia. Berlusconi fue sentenciado la semana pasada a casi tres años de cárcel por el pago de soborno a agentes de la policía tributaria.
En diciembre, había sido condenado a 16 meses de prisión por una serie de irregularidades fiscales en la adquisición de una empresa cinematográfica.
Pero el dirigente políico no irá a la cárcel mientras el tribunal de apelaciones no cofirme las sentencias dictadas, y eso podría demorar 10 años.
Desde Hamamet, Túnez, Craxi envió a Roma una declaración para señalar que "la matanza continúa". El ex primer ministro socialista aseguró que "la sentencia estaba ya decidida aún antes del comienzo" del juicio en Milán.
"La falsa revolución (contra la corrupción política) continúa usando el arma de la justicia política contra sus adversarios, el principal de los cuales es hoy Silvio Berlusconi", agregó.
Berlusconi, que se considera víctima de persecución política, es el único líder de la oposición de un país europeo involucrado en procesos judiciales.
Ha sido acusado incluso de "concurso externo en asociación mafiosa", aunque fue absuelto de ese cargo.
Pierferdinando Casini, dirigente de un grupo de ex democristianos incorporados a la coalición de centroderecha, afirmó que la sentencia de este lunes estaba "anunciada" y que la forma parte de una maniobra política contra el líder de la oposición.
Por su parte, el dirigente Verde Mauro Paissan, de la alianza gobernante de centroizquierda, advirtió que los fallos judiciales contra Berlusconi se refieren a hechos en que éste incurrió en calidad de empresario y antes de 1994, elaño en que irrumpió en la actividad política.
El abogado defensor de Berlusconi, Ennio Amodio, señaló que las condenas dictadas presentan a su cliente como "el empresario más peligroso de la escena italiana".
Escudándose en la inmunidad parlamentaria, Berlusconi anunció este lunes que se negará a declarar ante un tribunal de España que lo juzga por fraude en la gestión del canal de televisión español Telecinco.
El juez Baltasar Garzón lo citó para el 23 y 24 de este mes por un proceso de fraude fiscal de 35 millones de dólares.
El fraude se habría cometido entre 1990 y 1995. Fininvest controla 25 por ciento del canal Telecinco, aunque los jueces españoles e italianos sospechan que la cuota es aún mayor y que transgrede las normas antimonopolio de España. (FIN/IPS/jp/ff/ip/98