Altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tomaron distancia esta semana de las posiciones neoliberales más ortodoxas predominantes en el campo económico internacional, al analizar la apertura de los mercados y la crisis asiática.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, desechó la idea de los países industrializados de condicionar el comercio al cumplimiento de las normas laborales.
Annan respaldó la continuidad del proceso de liberalización del comercio, pero llamó la atención sobre la variedad de puntos de vista existentes respecto de las vías para realizar esa apertura.
"Algunos proponen el empleo de las normas comerciales para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, el ambiente y los derechos humanos", lamentó el funcionario.
En contraste, Annan sostuvo que para lograr esas metas se debe utilizar el sistema de la ONU.
Los países industrializados intentaron sin éxito que la Organización Mundial del Comercio (OMC), una institución ajena al sistema de la ONU, controle la vigencia de las normas laborales y su influencia en el comercio.
La iniciativa fue rechazada en la conferencia ministerial de la OMC en Singapur, en 1996.
Una propuesta con la misma finalidad auspiciada por las centrales obreras mundiales y los países desarrollados tampoco obtuvo consenso en la conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), realizada en junio.
El intento de usar al sistema multilateral de comercio para resolver problemas en esas áreas (trabajo, ambiente y derechos humanos) puede ocasionar tirantez en el régimen comercial, previno Annan.
El jefe de la ONU expuso sus opiniones el lunes, en Nueva York, durante la apertura de la sesión anual del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de la organización internacional.
En el mismo debate, el secretario de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rubens Ricupero, resaltó las crecientes diferencias de conceptos sobre la globalización que existen en la escena internacional.
Ricupero citó la disputa en Estados Unidos sobre la vía rápida ("fast track") para negociar acuerdos internacionales, las manifestaciones contra la OMC durante la conferencia ministerial de mayo en Ginebra y la suspensión de las negociaciones del Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI).
El secretario de la UNCTAD coincidió en parte con las opiniones de los sectores liberales que exaltan los resultados de los acuerdos multilaterales establecidos por la OMC.
Empero, criticó la aplicación de esos acuerdos, que no se ejecutan "a ritmo y proporción satisfactoria para todos los miembros de la OMC".
La falta de una aplicación total y fiel de los acuerdos "puede poner en peligro la credibilidad de la misma OMC", previno.
Los países en desarrollo y en especial los menos avanzados denunciaron en la última conferencia de la OMC que las mayores dilaciones en la aplicación de los acuerdos se verifican en los pocos rubros que pueden beneficiarlos.
Los países de bajos ingresos y los menos desarrollados concentran su mayor interés exportador en los productos agrícolas y en otros de valor agregado y contenido tecnológico bajos, como vestido, textiles, calzado y artículos de cuero.
En esos rubros, precisamente, son más altas las barreras al acceso a los mercados (arancelarias y no arancelarias) impuestas por los países industrializados y también por países en desarrollo, admitió un estudio conjunto de la OMC y la UNCTAD.
En su posición comercial, los países en desarrollo resultarán más perjudicados por la crisis asiática que los países industrializados, debido a las tendencias negativas en el volumen y en los precios de sus exportaciones, anticipó Ricupero.
Desde Chile, Cuba, Ecuador y Perú en América Latina, hasta Angola, Congo, Tanzania y Zambia en Africa, incluyendo a Kazajstán, Rusia y Rumania, los países en desarrollo de todas las regiones han dependido de Asia oriental para colocar gran parte de sus exportaciones.
Kofi Annan coincidió en que los países en desarrollo están menos capacitados que las naciones industrializadas para resistir las consecuencias de la crisis en Asia. Las naciones africanas sienten los coletazos en la forma de reducción de precios de sus materias primas, ejemplificó.
Mientras prosiguen los debates sobre las interpretaciones de la crisis, "aprendimos la dura lección de que existe una distinción importante entre flujos de capitales especulativos a corto plazo y compromisos a largo plazo como las inversiones extranjeras directas", dijo Annan.
Ricupero convino en que debido al carácter esencialmente volátil de los flujos de corto plazo y a que "los mercados financieros no son como los mercados de papas", resulta mucho más difícil integrarse al mercado internacional de capitales que al sistema internacional de comercio.
Los países asiáticos en crisis tuvieron éxito en el sistema comercial pero se desempeñaron con menos habilidad en el de capitales, concluyó.
Por esa razón, dijo Ricupero, se debe evitar "empujar o presionar a los países en desarrollo para que adopten liberalizaciones financieras prematuras", como promueven las autoridades de la OMC y los países industrializados.
El secretario de la UNCTAD ofreció los últimos indicios de que la crisis asiática, en lugar de apaciguarse, se está profundizando.
El crecimiento económico y las exportaciones disminuyen en China, junto con una declinación de precios por séptimo mes consecutivo.
En Hong Kong, se registró el primer trimestre de 1998 una caída de dos por ciento del producto interno bruto (PIB).
La recesión y la depreciación continuada del yen en Japón determinó que Pakistán devaluara su moneda por segunda vez en nueve meses.
El dólar australiano ha caído y las exportaciones de materias primas de Australia disminuirán probablemente por primera vez en 20 años, ocasionando un déficit de cuenta corriente superior al 6,5 por ciento del PIB.
El gobierno de Nueva Zelanda advirtió que la economía se encuentra a mitad de camino de la recesión pues el PIB declinó 0,9 por ciento en el primer trimestre de este año.
En el mismo período, Taiwán registró su primer trimestre con déficit comercial en los últimos 17 años, dijo el secretario de la UNCTAD.
Debido a las sombrías perspectivas de recuperación en Asia del este, "estimamos que se ampliará la brecha entre los ingresos del Norte y del Sur", vaticinó Ricupero. (FIN/IPS/pc/mj/dv if/98