Las familias cubanas, divididas por el estrecho de la Florida, se beneficiarán a partir de hoy con la reanudación de los vuelos directos entre La Habana y Miami.
Al menos 1.000 cubanos radicados en Estados Unidos llegarán a La Habana cada semana sin tener que pasar por la ciudad mexicana de Cancún o por Bahamas, las rutas establecidas para poder llegar a la isla hace más de dos años.
Más que kilómetros de distancia, el desvío convertía los minutos en horas y hacía el viaje verdaderamente difícil para ancianos y parejas jóvenes que viajaban con niños pequeños.
"Mi sobrino vino hace dos meses y demoró 12 horas entre la aduana del aeropuerto de Miami y su aterrizaje en La Habana", dijo a IPS Melba Acosta, una jubilada de 61 años que tiene una hija, un hermano y varios sobrinos en la ciudad estadounidense.
El vuelo entre las dos ciudades, que cubre poco más de 300 kilómetros y dura alrededor de 45 minutos, se dilataba innecesariamente entre las minuciosas revisiones de aduana y la espera para despegar en aeropuertos de terceros países.
Acosta aguarda ahora con alegría el arribo de su hermano este jueves, un empresario de 60 años que desde 1980 no viaja a Cuba.
"Mi hermano venía aplazando el viaje hace mucho tiempo, pero cuando (el presidente estadounidense Bill) Clinton anunció el reestablecimiento vuelos directos fue de los primeros en ir a la agencia a apuntarse para venir", dijo Acosta.
Se estima que más de dos millones de cubanos viven fuera de la isla, la mayoría de ellos en la ciudad estadounidense de Miami, al sur del estado de Florida.
El Censo de Población realizado en Estados Unidos en 1990 reveló que 80 por ciento del más de un millón de cubanos radicados en ese país tenían familiares cercano en la isla.
Cálculos independientes indican que 100.000 cubanos radicados en Estados Unidos viajarán este año a Cuba, cifra que podría crecer con la decisión de Clinton de restaurar los vuelos comerciales directos entre los dos países.
El presidente estadounidense anunció en abril el levantamiento de un grupo de sanciones vigentes hasta entonces contra Cuba, un gesto de su gobierno al pedido de apertura hacia la isla realizado por el papa Juan Pablo II en enero pasado.
La flexibilización incluyó la autorización de vuelos de ayuda humanitaria y del envío de remesas de hasta 100 dólares mensuales y la facilitación de los trámites para la exportación de medicinas y equipos médicos a Cuba.
Pero la reanudación de los vuelos comerciales beneficiará solo a los cubanos radicados en Estados Unidos, a sus descendientes o a personas que vivan en ese país bajo el mismo techo que un cubano.
Los ciudadanos estadounidenses que no sean de origen cubano seguirán necesitando una licencia especial viajar y gastar dinero en la isla, según las normas establecidas por el bloqueo de Estados Unidos.
Este miércoles se inauguraron los vuelos de la compañía United Airlines, contratados en Miami por la agencia ABC Charters, con una frecuencia de cinco semanales y una capacidad para 205 pasajeros en cada viaje.
Otras dos compañías C&T Charters y Wilson International aspiran también a operar entre Miami y La Habana, pero aún no han recibido todos los permisos requeridos por los gobierno de ambos países.
"La capacidad (de los aviones) no alcanza para la demanda que hay", dijo en Miami Nilda Serret, propietaria de Cuba Paquetes, una de las agencias de viaje que vende pasajes a la isla.
Los vuelos directos fueron cancelados por Clinton en febrero de 1996 en respuesta al derribo por la fuerza aérea cubana de dos avionetas civiles del grupo anticastrista Hermanos al Rescate, con sede en Miami.
Estados Unidos suspendió las líneas regulares de comunicación con Cuba en 1962. Aunque las salidas legales de cubanos se reestablecieron entre 1963 y 1975, solo en 1978 los emigrantes pudieron regresar de visita a su país.
El llamado "reencuentro familiar" se interrumpió luego del éxodo masivo de 1980 por el puerto del Mariel, fue renovado en 1984 y volvió a suspenderse un año después, cuando Estados Unidos aprobó las transmisiones de Radio Martí, emisora anticastrista que transmite hacia Cuba.
Los vuelos volvieron a realizarse de una u otra forma en los años 90 hasta su nueva suspensión en respuesta a la decisión cubana de abrir sus costas durante la crisis de los balseros de agosto de 1994.
Clinton volvió a reanudarlos en octubre de 1995, como parte de una política destinada a aumentar los contactos informales entre los dos países. Pero la decisión duró sólo hasta inicios del próximo año.
"Uno vive con el miedo de que ahora es de una forma y mañana de otra. Por eso mi hermano quiso aprovechar la oportunidad bien rápido", dijo Acosta, que pensaba cuando su hermano se fue en 1965 que "no lo vería nunca más".
Expertos estiman que durante décadas las familias cubanas han sido los rehenes del conflicto entre Cuba y Estados Unidos, separadas en dependencia de los vaivenes de la política y de la excesiva politización por ambas partes del problema migratorio. (FIN/IPS/da/mj/ip/98