El presidente de Cuba, Fidel Castro, calificó hoy de "verdaderamente truculenta" una nota aparecida en el diario estadounidense El Nuevo Herald sobre una supuesta enfermedad que afectó su cerebro en octubre.
"Esta es una mentira de cabo a rabo, falsa, burda y torpe", dijo el mandatario la mañana de este jueves y comentó que se sorprende de lo bien que se siente "a los 72 famosos años que voy a cumplir".
"Enfermarse no es ofensa. Lo que choca es la mentira", afirmó Castro.
El desmentido a El Nuevo Herald, que se edita en Miami, Estados Unidos, fue realizado durante una inusual reunión con corresponsales extranjeros entre las 23.20 y las 01.30 locales (3.20 y 5.30 GMT).
El diario estadounidense publicó el domingo una entrevista desde Costa Rica con una supuesta cirujana cubana, llamada Elizabeth Trujillo Izquierdo, que afirmó que Castro sufrió una encefalopatía hipertensiva capaz de paralizar las funciones cerebrales.
De acuerdo con El Nuevo Herald, Trujillo participó en un equipo médico que atendió a Castro cuando éste estuvo internado en el Centro de Investigaciones Quirúrgicas (CIMEQ), del 22 al 28 de octubre.
"Es la primera vez que oigo mencionar esa enfermedad. No estoy ocultando absolutamente nada. La mejor prueba de mi condición física está en el esfuerzo que hago", aunque "no soy eterno ni mucho menos", dijo Castro.
La entrevista central inauguró una serie periodística que colocó a la supuesta doctora en el centro de la atención de El Nuevo Herald y desplazó de la atención revelaciones comprometedoras sobre la derecha cubana.
La historia opacó el escándalo surgido a raíz de la publicación por The New York Times de una entrevista al exiliado cubano Luis Posada Carriles, quien afirmó que el fallecido líder anticastrista en el exilio Jorge Mas Canosa entregó fondos para la realización de actos trerroristas contra Cuba.
Hasta su muerte en noviembre, Mas Canosa fue el presidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana, la organización de exiliados cubanos con más influencia en Washington.
Castro indicó que el reportaje sobre su salud "posiblemente esté relacionado" con la denuncia del The New York Times sobre las actividades terroristas de Posada. "Alguien engañó al Nuevo Herald y éste engañó a millones de personas", sentenció.
"Ni la cirujana existe. Ni la que dice ser cirujana es médica y jamás ha trabajado en ningún hospital. Ni tiene relación con los servicios médicos de ningún tipo. Ni trabajó en ningún equipo médico", afirmó el líder cubano.
El presidente entregó a la prensa los datos, que aún deben ser investigados y precisados con más exactitud, de una investigación preliminar destinada a demostrar la falsedad de los reportes de El Nuevo Herald.
El documento asegura que Elizabeth Trujillo Izquierdo, de 35 años de edad, vivió hasta finales de 1995 junto con su esposo Félix Victoriano Ochoa Cabrera en una habitación alquilada en el barrio residencial de Atabey, en La Habana.
Las indagaciones etablecieron que en esa casa de Atabey vive un chofer del CIMEQ, donde supuestamente fue ingresado Castro. El chofer y su esposa aseguraron que la pareja vivió allí hasta finales de 1995 cuando viajó de forma legal hacia Colombia.
En los registros de Inmigración y Extranjería aparece el permiso de salida de septiembre de 1995 para viajar a Colombia y en el CIMEQ informaron que ninguna Elizabeth Trujillo trabajó allí como médico o personal de servicios, señaló el documento.
De acuerdo con El Nuevo Herald, Trujillo afirmó haber estado en Bogotá en 1995 y 1996, impartiendo clases de cirugía en la Universidad Nacional y que se encontraba trabajando en el CIMEQ "cuando escapó de Cuba" en abril pasado.
El informe preliminar de investigación entregado por Castro establece que Trujillo salió de la isla hacia Colombia el 22 de septiembre de 1995 y en 1997 pasó a Costa Rica.
Trujillo empezó pero no terminó estudios de enfermería, trabajó como secretaria y no aparece inscrita en el resgistro de profesionales del Ministerio de Salud Pública, agrega el documento.
El mandatario cubano desmintió también que la madre de la supuesta cirujana, Isabel Izquierdo, hubiera sido durante más de 30 su secretaria.
Castro se reunió con los periodistas para expresar su desacuerdo con una información de que él habría expulsado el martes a corresponsales extranjeros de la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento).
"No es justo decir que yo los invité a salir", dijo el mandatario cubano y recordó la práctica establecida durante años de que periodistas extranjeros, diplomáticos y otros empresarios asistan sólo a la apertura.
El presidente cubano aclaró que sus críticas a quienes tergiversan la realidad cubana, formuladas ese día antes del primer receso de la jornada, no tenían un carácter universal para toda la prensa extranjera. (FIN/IPS/da/mj/ip/98