Los desplazados por la violencia en Colombia, que en el primer semestre de este año llegaron a 150.000, deben ser considerados dinamizadores del proceso de paz en ciernes, sostuvo hoy un organización no gubernamental.
La Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento Forzado (Codhes) afirmó que la concreción del "retorno voluntario de estas personas a sus hogares" tiene un estrecho vínculo con "el acatamiento del derecho humanitario" por parte de los bandos en pugna en el conflicto armado.
La Codhes pronosticó que el regreso de los desplazados contribuirá "a generar inversión social" en las zonas que han sido escenario de los enfrentamientos.
El rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que han declarado por separado la apertura de sendos procesos de paz, se comprometieron por escrito a impedir que el conflicto armado afecte a la población civil.
El informe del Codhes indica que en el primer semestre de este año el desplazamiento forzado fue la consecuencia más grave del enfrentamiento.
Germán Rojas, director de Codhes, dijo a IPS que 29.000 familias, la mayoría de campesinos, abandonaron sus lugares de origen debido a una veintena de masacres (asesinatos de más de cuatro personas en un mismo sitio) que dejaron un saldo de 276 muertos.
Estas personas prefirieron huir de las zonas de conflicto y "se han dispersado por el territorio en medio de la desprotección, marginalidad y precaria atención del gobierno" para defender sus vidas, según Rojas.
El presidente Ernesto Samper atribuyó este miércoles a "acción u omisión" de funcionarios del Estado las masacres que entre 1991 y 1993, antes de su mandato, dejaron un saldo de 49 muertes.
Bogotá sigue siendo el principal destino de los desplazados, pero el Codhes señaló que en el primer semestre del año aumentó la afluencia hacia otras zonas, como los departamentos de Nariño (sur), Guajira (norte) y Quindío, Caldas y Risaralda (centro).
La mayoría de los campesinos se dirigen a los departamentos de Cundinamarca (centro), Atlántico (norte), Santander (noreste) y Meta (sudeste).
Las situaciones más conflictivas en relación con el desplazamiento se viven este miércoles en Bogotá y en el puerto petrolero de Barrancabermeja, en Santander.
Doce familias de campesinos ocuparon este miércoles la iglesia de San Francisco, en el centro de la capital, para pedir al gobierno que los ayude a instalarse en otras ciudades y les otorgue créditos para un proyecto de subsistencia.
También en Bogotá decenas de mujeres, ancianos, niños y adultos permanecen por cuarto día consecutivo en un seminario de sacerdotes católicos y otro grupo, amenazado por supuestos paramilitares, acampa desde la semana pasada frente a la embajada de Estados Unidos en actitud de protesta.
Otro grupo de campesinos que también huyen de paramilitares llegó en procura de refugio a la localidad de Usme, en la periferia de Bogotá.
Además, según las autoridades locales, en Barrancabermeja se vive una situación sanitaria delicada por la llegada masiva de campesinos que huyen de las amenazas de supuestos paramilitares del departamento de Bolivar, en el norte.
El gobierno atribuyó las protestas a grupos de la guerrilla de estarían utilizando a los desplazados con fines políticos para que protesten por la presencia de grupos paramilitares.
"Lamento sinceramente que el tema de los desplazados esté siendo utilizado" en muchos casos para crear situaciones de caos e incertidumbre entre la pobre gente "que unos amenazan y otros desplazan", afirmó el presidente de la República, Ernesto Samper.
Varios estudios indican que entre 1985 y 1994 fueron desplazadas de sus hogares 586.261 personas, pero en el último cuatrienio la cifra prácticamente se ha duplicado.
Pilar Umaña, psicóloga de la no gubernamental Fundación Social Colombiana (Cedavida) que presta apoyo a las víctimas, dijo que las personas salen de sus casas básicamente por amenazas de la guerrilla o de los grupos paramilitares que los acusan de asistir al bando contrario.
Pero, según analistas del Centro de Educación y Cultura Popular (CINEP), los desplazamientos en Colombia se producen en diferentes contextos que llevan una multiplicidad de violaciones de los derechos fundamentales de las personas.
En unos casos, los desplazamientos son consecuencia del conflicto armado, pero en otros responden a procesos de "acumulación violenta de capital, compra forzosa de tierras, megaproyectos de desarrollo (hidroeléctricas, acueductos) o conflictos sociales", según CINEP.
La impunidad de las violaciones de derechos humanos llega en Colombia a 97 por ciento de los casos, según cálculos de organizaciones no gubernamentales. (FIN/IPS/yf/mj/ip hd pr/98