Brasil privatizó hoy su sistema telefónico y obtuvo un inesperado sobreprecio de 63,74 por ciento, en medio de una batalla entre policías y manifestantes que desató el caos en el centro de Río de Janeiro durante más de seis horas.
La venta de las 12 compañías telefónicas en que se dividió al conglomerado público Telebrás, en su mayoría a grupos extranjeros, representó ingresos para el Estado por 18.930 millones de dólares, cifra que superó las más optimistas previsiones del gobierno y de expertos del mercado.
Las compañías de España y Portugal fueron las grandes vencedoras, pues se adueñaron de las operadoras de la telefonía fija y celular del estado de Sao Paulo, dos empresas consideradas las "joyas de la corona".
La española Telefónica Internacional encabeza el consorcio que decidió pagar 4.950 millones de dólares, 64,28 por ciento más que el precio mínimo fijado por el gobierno, por la Telesp, que opera 5,6 millones de teléfonos fijos en esa ciudad y cuenta con una demanda estimada de ocho millones de nuevas líneas.
Conquistar la telefónica de Sao Paulo era indispensable para cumplir el "proyecto de liderazgo en Iberoamérica", justificó Juan Villalonga, presidente de la transnacional.
Telefónica Internacional también participa en consorcios que compraron operadoras de teléfonos celulares, como la Tele Sudeste Celular, que presta servicios en los estados de Río de Janeiro y Espíritu Santo, que costó 1.165 millones de dólares.
Portugal Telecom ofreció 3.070 millones de dólares por TELESP Celular. El sobreprecio fue de 226,18 por ciento, uno de los más elevados. La empresa anunció que venderá parte de sus acciones a la compañía Telefónica de España.
La subasta sorprendió también por la duración de solo cuatro horas, de 10 a 14 horas de Río de Janeiro (13 a 17 GMT), lo cual contrarió las previsiones de que insumiría por lo menos cinco horas y media.
El gobierno logró neutralizar más de cien acciones judiciales con que sindicatos, personalidades y grupos nacionalistas intentaron suspender la privatización.
La guerra callejera entre 3.000 policías y varios miles de manifestantes opuestos a la privatización empezó antes de la subasta y se prolongó por la tarde.
Por lo menos 10 heridos recibieron asistencia en el hospital más cercano y 15 personas fueron detenidas por daños a bienes públicos y desacato a las autoridades.
Con bombas de gas lacrimógeno, la policía dispersó a los manifestantes que bloqueaban una avenida cercana al edificio de la Bolsa de Valores, donde se realizó la subasta. Los comercios próximos cerraron sus puertas.
Los estudiantes, sindicalistas, campesinos sin tierra y otros opositores respondieron tirando piedras y extendiendo los enfrentamientos por varias calles céntricas de Río de Janeiro. También hicieron barricadas de madera encendida y grandes piedras.
Hubo por lo menos un tiroteo y los manifestantes destruyeron las ventanas de la sede del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, al que pertenece el presidente Fernando Henrique Cardoso.
Esta "guerrilla para defender privilegios" y el elevado sobreprecio obtenido comprobaron "la imprevisión de la oposición", comentó el ministro de Comunicaciones, Luiz Carlos Mendonza de Barros, al celebrar el resultado "superior a las expectativas" de la subasta.
El gobierno ya recaudó más de 26.000 millones de dólares al privatizar las telecomunicaciones, al sumarse a la subasta de hoy los 7.500 millones de dólares por concesiones anteriores de telefonía celular, destacó José Pio Borges, vicepresidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
El BNDES, que coordina el Programa Nacional de Desestatización, ofreció créditos a empresas nacionales, en un intento por neutralizar la gran ventaja financiera de las extranjeras.
Con ese apoyo, grupos brasileños conquistaron algunas de las 12 telefónicas. El banco de inversiones Opportunity encabezó el consorcio que, junto con Italia Telecom, asumió el control de la Tele Centro Sul, una de las tres empresas en que se dividió el sistema de telefonía fija en Brasil.
El mismo grupo triunfó en la puja más intensa, entre diez competidores, por la Telemig Celular, que actúa en el estado de Minas Gerais.
La Tele Norte Leste, que opera teléfonos fijos en la mayor parte del país, también quedó en manos nacionales de un consorcio liderado por la Constructora Andrade Gutiérrez que ya anunció inversiones de 8.400 millones de dólares para los próximos cinco años.
La telefonía en Brasil queda a partir de ahora totalmente en manos privadas, con la venta del sistema antes controlado por la Telebrás. Son 16 operadoras de telefonía celular, dos en cada una de las ocho áreas en que se dividió el país, y tres de telefonía fija, según otra división territorial.
En situación especial permanece Río Grande do Sul, donde opera la Compañía Riograndense de Telecomunicaciones (CRT), perteneciente a ese estado e independiente del sistema Telebrás, también adquirida por el consorcio encabezado por Telefónica de España.
Antes de fin de año, el gobierno brasileño licitará las concesiones para otras tres empresas de telefonía fija, que competirán con las tres privatizadas ahora. El objetivo es evitar el monopolio en cualquier área y modalidad de telefonía.
La Empresa Brasileña de Telecomunicaciones (Embratel), de comunicación a larga distancia e internacional, fue adquirida por la estadounidense MCI por 2.270 millones de dólares. El sobreprecio, esta vez de 47,22 por ciento, también fue sorpresivo pues no se esperaba puja.
También en este caso se creará, para asegurar la competencia, una "empresa espejo" cuya licitación se anuncia para este año. (FIN/IPS/mo/mj/if cr/98