El Instituto de Salud Mental de esta capital, que funciona como hospital de día, con un tratamiento alternativo y renovador en Brasil, cumplió 11 años de actividad.
Para la ocasión, se prepararon numerosas celebraciones, en las que los protagonistas fueron los pacientes, quienes presentaron espectáculos de teatro, canto y danza. Luego, jugaron al fútbol y al vólebol.
El Instituto de Salud Mental de Brasilia está instalado en la granja de Riacho Fundo, ex residencia oficial de la Presidencia de la República, que tiene un área de 23 hectáreas.
Atiende a 70 pacientes, que llegan de lunes a viernes, temprano en la mañana, y al caer la tarde vuelven a sus casas.
Dentro del instituto participan de talleres de música, alfarería, arte, automasajes, biodanza y cultivan una huerta comunitaria.
"Estamos montando también un taller de informática, y ya tenemos 10 computadoras donadas por la cancillería", explica el administrador del centro sanitario, Ronaldo de Andrade Freitas.
El curso comenzará en pocas semanas, y permitirá a los pacientes adquirir nociones básicas de informática. Posteriormente, algunos de ellos podrán trabajar, por ejemplo de dactilógrafos.
El Instituto de Salud Mental se propone también construir nuevas dependencias para alojar a pacientes que no tienen familia en Brasil. Van a pasar el día, y luego también dormirán en el instituto.
Según De Andrade, uno de los factores que contribuye a la recuperación de los pacientes y a su rápido progreso es que se los valora como personas.
"Aquí, ellos viven en libertad. Vivimos en comunidad, incluso almorzamos juntos, médicos, psicólogos, funcionarios y pacientes", explicó.
Además de los pacientes del hospital de día, funciona también en esta estructura hospitalaria el Centro de Atención Psicosocial, que atiende una media de otras 70 personas, ex pacientes dados de alta y que sólo mantienen un tratamiento periódico. (FIN/IPS/dv/98
