La 28 Asamblea General de la OEA resolvió llevar a cabo un plan de modernización para construir un nuevo sistema interamericano adecuado a las necesidades del siglo XXI, y pasó a La Habana el balón sobre el reingreso de Cuba.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el ex presidente de Colombia, Cesar Gaviria, fue derrotado en su aspiración de ser el gran gestor de la construcción de la futura OEA y de la renovación del sistena interamericano.
El presidente de la Asamblea General, el canciller venezolano Miguel Angel Burelli, sintetizó que la modernización de la OEA, la innovación en la cooperación, el compromiso para reformar la justicia y el debate sobre el reingreso de Cuba fueron los puntos medulares de las deliberaciones que se realizaron entre el lunes y el miércoles.
Estados Unidos bloqueó en Caracas los intentos por formalizar el debate sobre el reingreso de Cuba a la OEA, de donde fue expulsada en 1962, con lo que abortó la propuesta mexicana de crear un grupo formal de estudio de mecanismos para tratar el problema.
Burelli dijo que la asamblea no se sintió lista para tratar la readmisión cubana, porque el propio gobierno socialista de Fidel Castro "no ha manifestado deseo de volver" y que en este punto "el balón está ahora del lado cubano".
En la asamblea se adoptaron unas 60 resoluciones, entre las que se destacó la firme condena de los 34 gobiernos representados a los ensayos nucleares de India y Pakistán.
Respecto a la modernización, la Asamblea General resolvió que la tarea será realizada por un Grupo Especial de Trabajo Conjunto del Consejo Permanente de la OEA, que conforman los embajadores acreditados ante el organismo, en Washington.
Al secretario del foro, donde conviven todos los países americanos con excepción de Cuba, le quedó sólo la obligación de apoyar al grupo especial y de adoptar las medidas que se decidan para la renovación de la OEA.
Gaviria no se pronunció sobre el débil papel que le fue asignado en la implementación de su iniciativa de avanzar hacia un sistema moderno y eficaz, que responda a los nuevos tiempos abiertos con las cumbres hemisféricas, la segunda de las cuales se realizó en Santiago de Chile en abril.
Pero el secretario general aseguró que la asamblea de Caracas "fue la primera de los próximos 50 años de la OEA", que en abril cumplió medio siglo como foro norte-sur continental.
"Caracas es el punto de partida en el esfuerzo de la OEA por estar más cerca de los temas que duelen a nuestros pueblos", afirmó.
El esquema para la modernización interna de la OEA y la renovación de todo el sistema interamericano respondió a una iniciativa de Canadá, Colombia, México. Panamá, Venezuela y Perú, cuyo canciller manifestó su deseo de presidir el grupo especial.
Tras el fin de la guerra fría y la generalización de las democracias en el continente, los gobiernos de Canadá, Estados Unidos, América Latina y el Caribe coinciden en que su nueva agenda debe concentarse en el desarrollo, la educación, el ambiente, la pobreza, el narcotráfico y la corrupción.
Los derechos humanos, la democracia, la generación de una cultura de paz, la no violencia, la atención especial a la mujer y a los indígenas, junto con la promoción del comercio, quedaron también confirmados como nuevos temas de la OEA en una declaración denominada "Reafirmación de Caracas".
Además, durante la asamblea de Caracas, el país anfitrión trató de instituir un nuevo estilo, concentrado en "profundizar la búsqueda de soluciones a los problemas que nos agobian", pero con resultados parciales, porque varios cancilleres no lograron abandonar su gusto por la grandilocuencia.
Otro problema nuevo fue la difícil convivencia entre un organismo permanente como la OEA y el dinamismo y peso de las cumbres de gobernantes, que quedaron institucionalizadas en Santiago.
Esas cumbres adjudicaron a la OEA una treintena de tareas específicas, pero también redujeron el peso político del foro, por cuanto los gobiernos pasaron a conducir directamente muchos objetivos hemisféricos, incluido el proyecto de un Area de Libre Comercio de las Américas.
Los países establecieron un grupo propio para cumplir "la promesa de Santiago" y los jefes de la diplomacia de la llamada "troika" entre la cumbre de Chile y la que se realizará en Canadá -integrada por esas dos naciones y Estados Unidos- se reunieron en Caracas para estudiar el papel de la OEA ante las cumbres.
La troika anunció que en unos 20 días fijará criterios precisos para que la OEA y los demás organismos del sistema interamericano participen en el plan de acción emanado de Santiago y para que la conducción del proceso quede claramente en manos de los gobiernos, comentó a IPS un delegado estadounidense. (FIN/IPS/eg/ff/ip/98
