Permanecer en lugares cerrados y protegerse las vías respiratorias son algunas de las recomendaciones hechas hoy por las autoridades de México para enfrentar la contaminación generada por los incendios, que desde enero devastaron 248.000 hectáreas de zonas verdes.
Hospitales de diversas regiones del país reportaron un aumento de enfermedades y consultas médicas por problemas respiratorios, mientras cuidades del sur de Estados Unidos se vieron afectadas por el desplazamiento de humo y en algunas urbes mexicanas, entre ellas la capital, la visibilidad disminuyó drásticamente.
Los cerca de 10.000 incendios registrados desde inicios de año, el mayor número desde 1980, arrasaron con bosques y pastizales en 31 de los 32 estados del país y cobraron hasta el momento más de 50 víctimas.
Autoridades informaron que en la capital y otras ciudades se registraron en las últimas horas altas concentraciones de partículas suspendidas en el aire como consecuencia de los incendios, por lo que pidieron a la población no salir a lugares abiertos y cuidar en especial a niños y ancianos.
El intenso calor, que en la capital llegó a una temperatura sin precedentes en el siglo de 34 grados, y la falta de lluvias a causa del fenómeno de El Niño, fueron factores que agudizaron el problema de los incendios, al que grupos ambientalistas consideran fuera de control.
El cielo de la capital y de su zona conurbana, donde viven alrededor de 20 millones de personas, permanece semicubierto por una nube de humo. En varias zonas de la ciudad se percibe olor a quemado y pueden verse cenizas flotando en el aire.
Senadores de Estados Unidos pidieron este jueves al presidente Bill Clinton entregar ayuda a México en la lucha contra los incendios, pues el humo ya afecta a ciudades de su país y puede transformarse en un grave problema de salud púlica.
"Parece claro que los gobiernos de México", así como de algunos países centroamericanos, "son simplemente incapaces de combatir esos enormes incendios", dijo el senador Phil Gramm.
La secretaria (ministra) de Medio Ambiente de México, Julia Carabias, acusada por ambientalistas y políticos de oposición de ineptitud para enfrentar el problema, sostuvo que el ciclo de incendios está a punto de terminar, pues en un par de semanas más comenzarían las lluvias.
La sequía y el calor llegaron a tales niveles en los últimos días que autoridades de varios estados pidieron al gobierno de Ernesto Zedillo declarar sus territorios en emergencia, pues el sector agrícola y ganadero ha sufrido severas pérdidas.
Estimaciones de la Universidad de Chapingo, uno de los principales centros de estudio de los problemas del campo mexicano, indican que este año se perderán en las zonas rurales alrededor de 300.000 empleos debido a la sequía y los incendios.
Las presas de agua del país están hoy a solo 27 por ciento de su capacidad, informó la Comisión Nacional del Agua.
El Grupo de Economistas y Asociados, centro privado de investigaciones socioeconómicas, afirma que las importaciones de granos han debido multiplicarse hasta niveles que harán impacto en las principales variables de la economía.
Solo en enero, México debió comprar 22 millones de toneladas de maíz en el extranjero, más del doble de lo importado en ese mismo mes de 1997.
Alrededor de 40.000 personas, entre militares, bomberos y voluntarios combaten hoy los incendios en México con el apoyo logísticos de más de 50 aeronaves.
Las autoridades afirman que la negligencia origina 90 por ciento de los incendios y solo 10 por ciento se deben estrictamente a fenómenos naturales. Se afirma que muchos de los incendios son generados por narcotraficantes, que queman predios para luego sembrar amapola o marihuana en ellos.
Cada año desaparecen en México por tala, quema y extensión de zonas urbanas y agrícolas entre 300.000 y 700.000 hectáreas de bosques, uno de los más rápidos ritmos de deforestación en el planeta.
Muchos de los bosques perdidos este año demoraran siglos en recuperarse, advierten los expertos. (FIN/IPS/dc/mj/en he/98
